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ANÁLISIS | Mary Skelter: Nightmares

written by Oscar Martínez 19 septiembre, 2017

Desde los albores de la humanidad, la sangre ha tenido una importancia vital. Dejando de lado las razones biológicas, muchísimas culturas a lo largo de nuestra historia han adoptado creencias y mitos sobre la misma. Desde las Estirge presentes en la mitología romana hasta el Drácula de Bram Stoker. Siguiendo esta estela nos llega Mary Skelter: Nightmares presenta un argumento de tintes oscuros y plagado del líquido más simbólico de nuestra historia.

Con un trasfondo que recuerda al visto en Shin Megami Tensei IV, el argumento de Mary Skelter: Nightmares nos pone en un mundo caótico en el que los humanos se han visto encerrados en una suerte de jaula orgánica, habitada por extraños monstruos que hacen las veces de carceleros y esclavistas. Como no podría ser de otra forma, el jugador se pondrá en la piel de un grupo de humanos que resiste a sus terribles cazadores. Para ser más exacto, tocará ponerse en la piel de un grupo de chicas, conocidas como «Blood Maidens», siendo estas las únicas capaces de acabar con la amenaza en cuestión.

Mary Skelter: Nightmare

Convirtiendo esta temática en el núcleo jugable del título, resultará indispensable explotar las debilidades elementales enemigas y buscar la forma de asestar golpes críticos a los enemigos para hacerlos pedazos y bañarnos en su sangre. Literalmente. Y es que las Blood Maidens, como su propio nombre indica, reciben sus poderes de la sangre de sus enemigos. Hacerlo correctamente les llevará al superestado «Massacre», logrando habilidades especiales y ataques devastadores. Aunque esa no será la única función del líquido, que podrá llevar a las chicas a una suerte de estado berseker llamado «Blood Skelter» si no vamos con cuidado e incluso lamerse (aunque pueda resultar de mal gusto) para obtener algunas bonificaciones en batalla.

Fuera del combate, y en forma de Dungeon Crawler clásico, Mary Skelter: Nightmares también extiende su trasfondo a las laberínticas zonas que tocará explorar en primera persona. Atsushi Ishizuka, director de la obra en cuestión, declaraba recientemente al portal Dualshockers sobre la decisión de trabajar con espacios estrechos y oscuros para potenciar esa sensación de sentirse atrapado en un entorno hostil, en una verdadera caza. Sin embargo, lejos del terror gótico que inspiró Bloodborne tomando elementos similares, Mary Skelter tropieza con su diseño, perdiendo el efecto inmersivo que parece querer transmitir. Destaca la inexperiencia del equipo directivo al tratar el terror ofreciendo un entorno oscuro y opresivo pero que dista mucho de inspirar miedo en los jugadores.

El peor aspecto en este sentido es que olvida por completo el factor sorpresa. Cada zona resulta casi una extensión de la sala que la abre, como si fuesen generadas procedimentalmente. Son entornos vacíos y faltos de vida que dificultan mucho la experiencia. Compensa, eso sí, el diseño de niveles que los componen. Además de las múltiples trampas y un pequeño puñado de puzzles que resolver, nos encontraremos con unos jefes de área un tanto peculiares. Bajo el acertado nombre de «Nightmares», estos seres nos perseguirán por la mazmorra en un permanente estado de invencibilidad hasta que consigamos llegar al núcleo de la zona y destruirlo.

Otro aspecto que a destacar sobre el diseño de los escenarios del juego es el de los personajes que lo componen. Este corre a cargo de Kei Nanameda, conocido por su trabajo en Hyperdimension Neptunia o Trillion: God of Destruction, quien se basa en las historias de los hermanos Grimm para ilustrarlos. Tanto el diseño de los diferentes oficios de las protagonistas como sus conversiones gracias a la sangre de sus enemigos ayudan a causar una mínima inmersión pese a tratarse el combate siempre en primera persona. Digna mención también a las actrices de voz que participan en la obra, adaptando a la perfección el estado de tensión y locura al que se ven sometidas las chicas durante dichas transformaciones.

Mary Skelter: Nightmares

Mary Skelter: Nightmares es un título de luces y sombras. Su argumento per se resulta poco original e incluso demasiado lineal, pero sabe cómo trabajar con su guión, causando la confusión en el espectador con sus giros y centrando su terror en lo desconocido. No solo en las intenciones de los enemigos, si no también en la de sus aliados. Tanto el diseño de personajes como el de su sistema de combate (pese a algunas decisiones desagradables en relación al trato a la dignidad de las protagonistas) resultan grandes aciertos, pero caen en saco roto por las pocas virtudes que presenta el resto del juego. La jugabilidad en primera persona se ve entorpecida por un entorno reprochable y la estructura de sus diálogos, en forma de novela visual, frenan el avance de su argumento. Son errores que, pese a no arruinar la experiencia, la hacen algo más obtusa. El juego funciona, sí. Y realmente transmite la sensación de la que hablo más arriba, pero Mary Skelter: Nightmares podría haber sido mucho más de lo que es.

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