Ayer Square Enix levantaba los vítores de muchos seguidores del rol clásico con la presentación de Project Octopath Traveler, una obra que, pese a no contar aún con un título definitivo, llega con unos ideales claros y un puñado de novedades y características propias que le llevan a destacar. La compañía ya había dejado claro que apoyaría la nueva consola de Nintendo y, de hecho, poco tardó en anunciar algunas joyas como Dragon Quest X y XI, pero pocos esperaban que fuese a traer todo un resurgimiento de la ‘edad de oro del JRPG’ con el ya existente I Am Setsuna en la eShop y Lost Sphear calentando motores antes de la llegada de Octopath Traveler.
Este último ha querido pasearse ya por nuestras Nintendo Switch para mostrarnos una precioso mundo que sabe tanto a Bravely Default como a Mario Paper, una combinación de lo más extraña pero que funciona realmente bien. Posiblemente se deba a ese estilo tan único del juego, al que sus creadores han bautizado como “HD-2D”, y a que ofrece una suerte de reminiscencia de los escenarios de Final Fantasy VI (ay, si solo fuese por los escenarios…) con una gran calidad de detalles y un puñado de físicas para darles vida.
En contraposición a esa suerte de mundo en tres dimensiones que ofrece, se encuentra el trabajo de Shizuka Morimoto, que nos brinda unos delicados personajes, planos y pixelados, los cuales harán las delicias de todos los seguidores de las raíces del género. Sobre este cuadro se pinta otra de las referencias a la sexta fantasía final, con unos aires teatrales y una grandiosa actuación de sus personajes, que se acogen al más profundo significado de ‘rol’ gracias a sus acciones de senda. Estas habilidades, únicas por cada héroe, nos permiten retar a los viandantes con el guerrero Olberic o seducir a casi cualquier hombre con la bailarina Primrose.
Y ,hablando de héroes, toca destacar el papel de estos dentro de su mundo. Y es que, pese a que la demo solo permite acceder a dos de ellos, parece que Octopath Traveler apuntará a un tinte más bien triste; cargado de crudas realidades, personajes rotos y ligeros —aunque lejanos— destellos de esperanza que guiarán su historia. Parece que la misión de cada uno de ellos (por lo visto en la demo, fantasmas del pasado y venganzas personales) los llevarán a unirse entre ellos y compartir el camino, aunque en su versión de prueba se ha omitido el evento que debería representar el encuentro de los dos héroes.
No nos olvidamos tampoco del sistema de batalla que, además de hacer un excelente trabajo jugando con la iluminación y los efectos visuales sobre los sprites de los personajes, da alguna que otra vuelta al clásico sistema de turnos. Con un puro estilo a lo Bravely Default, nos permite gastar turnos adicionales para encadenar ataques o potenciar nuestras habilidades. También tiene un efecto similar en la defensa, que ofrece características especiales según el personaje que lo use. Además de esto sus enemigos cuentan con una barrera que debemos superar para robarles un turno y causarles daños más grandes si descubrimos cuales son sus debilidades — aunque no permite apalizarlos con un All-Out Attack.
Muy buenas vibraciones transmite Octopath Traveler en líneas generales. La experimentación con la que funciona su entorno gráfico y como la combina con su narrativa ofrece una obra de tintes clásicos pero con un aspecto refrescante y adictivo. Su sistema de combate va más allá de lo establecido, intentando ofrecer algo nuevo que, por el momento, tiene buen color. Nos tocará esperar hasta el año que viene para poder juzgarlo de forma definitiva, pero lo haremos con ganas.