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ANÁLISIS | Battle Chasers: Nightwar

written by Oscar Martínez 21 octubre, 2017

Vivimos en una época de cambios. El videojuego, como cualquier otro medio cultural, se encuentra en plena expansión y se convierte en algo común el huir de su pasado para construir algo nuevo. Es la corriente actual y quizás el movimiento lógico a la hora de evolucionar. Pero hay quienes, igual que otros desafían los métodos clásicos, se vuelven contra esta metodología y abrazan lo clásico. Battle Chasers: Nightwar es un ejemplo de ello, uno de cómo el pasado puede convertirse en algo nuevo con una vuelta de tuerca y unas bases bien pensadas.

Tras el título de la obra en cuestión se encuentra Joe Madureira, conocido como el creador y diseñador de Darksiders. Aunque antes de eso era reconocido por Battle Chasers, un cómic de carácter occidental que no teme en coger «un poco de aquí y otro de acá» del manga japonés. Su historia se desenvuelve en un mundo de fantasía clásica y, como tal, se encuentra llena de elementos conocidos como artefactos mágicos, caballeros que buscan la redención, magos, golems de guerra mecanizados y criaturas malvadas dispuestas a causar el caos en el mundo. Su producción quedó parada en 2009 con un cliffhanger como broche final cuando su autor decidió dedicarse a su auténtica vocación: los videojuegos. Por suerte, Madureira no ha olvidado su obra y ahora vuelve con una potente combinación entre sus dos pasiones más remarcadas.

Battle Chasers: Nightwar arranca con pura acción. Tras demostrar su inconfundible estilo nos pone en la piel de Gully, una encantadora joven que resulta ser hija de uno de los mayores héroes de su mundo y portadora de los guanteletes mágicos que le hicieron merecedor de su título. Junto a ella encontramos una serie de personajes que responden a todos los arquetipos clásicos del género pero que actúan siempre con una gran personalidad, demostrando así su propia individualidad. El juego no niega en ningún momento que se trate de «una historia de fantasía más», pero demuestra confianza en su estilo, resultando en el desarrollo de una historia simple —que nos pondrá a la caza de una misteriosa nigromante en una isla repleta de misterios— pero con mucho fuelle.

El diseño que acompaña su estilo narrativo le sienta como anillo al dedo. La estética de su obra original se extiende a lo largo y ancho del juego, como si se tratase de un tributo a los cómics de finales de los 90.  Incluso consigue representar la viva sensación de encontrarse en uno de ellos, gracias a sus escenarios, que hacen un gran uso de los colores pese a lo simples que pueden llegar a resultar. Sus personajes tampoco escapan de este filtro, con líneas marcadas y anatomías exageradas. Aunque es algo que toma fuerza en las animaciones. Y es que Battle Chasers dedica un mimo extremo a las acciones de sus héroes. Incluso cuenta con cierto componente kinestésico, ofreciendo una sensación de movimiento muy real durante los combates; especialmente en el uso de habilidades pesadas — aunque también aporta que el mando vibre a cada golpe.

Sus combates no se quedan atrás. Las batallas se realizan bajo un nostálgico sistema clásico por turnos en el que contamos con tres héroes disponibles. Cada uno de ellos cuenta con una variada baraja de habilidades (todas exclusivas, además) entre ataques normales y especiales. Los primeros generan maná adicional, además de contar con la posibilidad de añadir bonificaciones al héroe o estados alterados a los enemigos, pero causan menos daño. Por su parte los especiales apuntan a causar daños más exagerados y disponen de opciones más versátiles (a menudo ofreciendo algún tipo de combo con otros personajes), aunque lo hacen a cambio de una cantidad de maná. Todo esto añade una capa de estrategia en la que resulta esencial alternar los dos tipos de ataques con las posiciones defensivas, teniendo siempre en cuenta los héroes que llevamos a luchar y las posibilidades que ofrece cada uno.

Battle Chasers

Con todo, cabe decir que pese a ser una de sus grandes bazas, el combate también se convierte en un punto negativo en algunos puntos del juego. Su curva de dificultad no se encuentra demasiado ajustada y pasado cierto punto del juego se dispara y nos obliga a pasar el rato matando enemigos por doquier para subir de nivel. El problema, añadido, en esto es que los encuentros con enemigos solo se dan en el mapa principal (donde están limitados a encuentros no aleatorios y, por lo tanto, escasos) y en las mazmorras, por lo que toca revisitar estas últimas una y otra vez. Por suerte, el juego permite aumentar la dificultad una vez las hemos superado, por lo que se añade el factor del reto, aunque no descarta el hecho de que sea una tarea tediosa y artificial.

Battle Chasers: Nightwar era un título prometedor ya en los inicios de su campaña de Kickstarter y ha cumplido con todas las expectativas que traía consigo. El particular toque de Madureira se respira en cada rincón de su mundo y de la impresión de habitar entre las páginas de uno de sus cómics. Por su parte, la localización hace un trabajo excelente —además de incluir un doblaje a nuestro idioma muy logrado—a la hora de adaptar la obra, sumando a la inmersión que propone. Su historia y desarrollo pueden pecar de simples pero no es algo que nos coja por sorpresa, ya que evoca un sentimiento clásico inconfundible. Es un aire nostálgico, un tributo al rol, que no se limita a los jugadores más veteranos, sino que permite la entrada a cualquier persona que disfrute con el género.

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