El fenómeno de los eSports crece en tamaño y popularidad de una manera casi imparable, pero parece que no todo el mundo lo ve igual. Hablando con The Associated Press, Thomas Bach, director del Comité Olímpico Internacional, ha demostrado una firme postura en contra de la incorporación de los eSports como disciplina olímpica. La razón para esto no tiene nada que ver con la diferencia de actividad física entre deportistas, sino con un elemento inherente a los títulos más populares de la escena a día de hoy: la violencia.
Según comenta, el hecho de que estos juegos sean abiertamente violentos va en contra del espíritu de las Olimpiadas, aunque es consciente de que muchas disciplinas tienen origen en la propia violencia. Desde el punto de vista de Bach, éstas han evolucionado para poder ser un deporte sin tener que recurrir a la agresión, algo que aún falta, según él, en los videojuegos. Si bien esto no es del todo mentira, pues los nombres más populares de los eSports están basados en la violencia, no deja de ser un planteamiento simplista. Además, hay nombres, como Rocket League o los propios simuladores de deportes, que están completamente desvinculados de comportamientos violentos.
La nota positiva la ponen los Juegos Asiáticos de 2018, que sí que acogerán a los videojuegos, aunque lo harán como demostraciones en esta ocasión. Eso sí, podrían convertirse en deportes medallistas para la próxima edición, que se celebrará dentro de 4 años.
Todo esto no hace más que más que avivar ligeramente el debate sobre las influencias negativas del videojuego, algo que a día de hoy ya está bastante muerto. Si bien es verdad que algún que otro medio en buscar del tratamiento amarillista sigue con la misma cantinela, estamos en una época en la que es bien aceptado que los videojuegos, cada día más, tienen el poder de unir, aunque aún haya muchísimo que madurar dentro de la industria.