Me encanta la pizza, ¿y a quién no? Me gusta tanto que hasta puedo comerme una mala pizza sin remordimiento alguno. No son pocas las veces que he hecho cumplir la máxima de “cantidad es mejor que calidad” pegándome atracones en el bufé libre de Domino’s, por muy mediocre que sea el producto. Cuando toca cenar pizza en casa suelo mirarme alguna receta chula para darme un gustazo al paladar, pero nunca acaba saliendo nada memorable. El problema no es que haya seguido mal los pasos, que los ingredientes que le echo estén pochos o sean malos, tampoco es que la receta sea directamente normalilla, ni que simplemente no sé cocinar (que, por cierto, no sé). Lo que pasa es que utilizo masa congelada. Como miembro de una familia medio italiana, puedo argumentar con más o menos legitimidad que una de las partes más importantes de la pizza es la masa. Si esta no es buena, toda la pizza se va al garete. Y es que la masa es el pilar sobre el que se sostiene, no solo la esencia misma de la pizza, sino también la textura de esta.
Seguramente os preguntaréis a qué viene todo esto ¿Qué tiene que ver la comida italiana con un videojuego de piratas? Lo que pasa aquí es que en la beta cerrada de Sea of Thieves, que ha tenido lugar este último fin de semana, he visto que el título tiene la masa de la que puede ser una pizza digna de recordar.
La mecánica base de Sea of Thieves es el manejo de nuestro barco. Dependiendo de su tamaño variará la complejidad de su manejo, pero en un principio se basa en tres o cuatro parámetros que deberemos cuidar milimétricamente según las situaciones. Para empezar tenemos las velas: cuanto más las despleguemos, a más velocidad irá nuestro navío, pero esto también depende del ángulo en el que estén posicionadas, ya que podremos ir rotando el mástil para aprovechar las corrientes de viento. Por otro lado tenemos el ancla, que evidentemente echaremos al mar para atracar. Y, por último, está el timón, para virar hacia babor o estribor.
A simple vista puede parecer un sistema la mar de sencillo, pero en determinadas situaciones vas a necesitar una buena tripulación para hacer que que tu barco funcione correctamente. Porque, ¿quién se va a dedicar a achicar el agua de la bodega mientras te atacan los piratas? ¿Quién va a manejar el cañón para plantarles cara? ¿Quién va a reducir la velocidad plegando las velas para que el tipo del cañón pueda acomodarse y disparar? Es por eso que me encanta el resultado, con necesidad de cooperar entre compañeros y con un sistema fácil de aprender, pero difícil de dominar.Solamente con la posibilidad de lanzarte al basto y bello mar de y poder pegarte cañonazos con otra gente el título ya me tiene ganado, pero además hay más cosas que hacer. Aquí es cuando la exploración se vuelve parte clave de la experiencia. El mundo es grande y está lleno de secretos que descubrir. No solo la ambientación y los lugares hermosos son un incentivo para explorar, también está lo que hace a un pirata ser pirata: la búsqueda de tesoros. Estas consisten principalmente en seguir un mapa clásico con una “X“ que marca la posición donde está enterrado, aunque también nos encontraremos con acertijos que harán que nos estrujemos los sesos por un poco de oro. A simple vista parece algo simple y fácil, pero tanto triangular posiciones fijándonos en un mapa con vista aérea de una isla enorme como adivinar a qué diablos se refiere la maldita adivinanza son experiencias dignas de mención, y más si se hacen con amigos.
De momento Sea of Thieves tiene una muy buena masa, lo suficiente como para que sea recordada por mucho tiempo. Ahora solo queda esperar a que los ingredientes que le pongan sean los correctos y le apliquen un tiempo de cocción adecuado. Lo único que espero es que no le pongan piña.