Han pasado ya dos años desde la caída de Diablo, y todos pensábamos que por fin nuestro tormento llegaría a su fin. Blizzard no quiere darnos un respiro y ha lanzado esta nueva expansión que promete largas horas de diversión a manos del Nephalem, el héroe de Nueva Tristán. Esta vez la compañía empieza con buen pie simplemente con quitar la casa de subastas, una característica sobreexplotada que convertía al juego en un Pay2Win. Si aún no conoces el juego no te pierdas nuestro análisis para la versión de PC y la de consolas.
Plataforma: PC
Desarrollador y distribuidor: Blizzard
Fecha de lanzamiento: 25 de marzo de 2014
Género: Acción, Rol
Precio de lanzamiento: 39.99€
Idioma: Español
La pesadilla continúa
Un nuevo acto para el modo campaña es una de las principales novedades de esta expansión. Volveremos a ver caras conocidas como la del ángel Tyrael o a nuestros fieles compañeros de batalla Kormak, el templario, Lyndon, el canalla y Eirena, la hechicera, si es que preferimos jugar en solitario que en cooperativo. Retomaremos la historia donde la dejamos, después de la “caída” de Diablo, dando paso a un nuevo Acto V y a un nuevo y poderoso enemigo, el Segador de Almas Malthael. Este ángel de la muerte ha desatado su ira sobre la ciudad de Westmarch y no parará hasta que consuma todas las almas de los inocentes. Sólo el Nephalem podrá detenerle.
Y hasta aquí puedo leer para no destriparos la historia. A quien le guste seguir la trama más que aporrear botones y aniquilar a los diferentes y nuevos monstruos, se quedará con ganas de más, ya que después de dos años desde el lanzamiento del juego, este Acto quizás sea demasiado corto -y previsible en mi opinión- en comparación con otros del modo campaña. Podría decirse que, aunque esta adición sea la más llamativa para muchos jugadores, hay otras características en Reaper of Souls que pueden ser incluyo aún más atractivas.
Nuevo modo aventura
Algo que caracteriza a Diablo III es su rejugabilidad. Los jugadores más veteranos han pasado largas horas repitiendo la misma historia para mejorar su personaje, algo que yo terminé viendo como algo repetitivo y absurdo, y fue una de las razones que principalmente mancharon mi experiencia de juego. En esta ocasión esta rejugabilidad no ha cambiado (aunque sí en mi opinión), pero lo tendremos presente de una manera diferente: con un nuevo modo de juego eliminando la historia.
Después de superar la campaña con el nuevo Acto V, se desbloqueará la posibilidad de rejugar todos los actos anteriores, con algunas nuevas adiciones. La primera es poder alcanzar el nivel 70 (que seguramente habremos alcanzado ya en el nuevo acto), y la segunda -y lo que le diferencia de la rejugabilidad del juego en sí- es que podremos movernos con total libertad por los diferentes mapas y escenarios gracias a los puntos de teletransporte. Éstos estarán totalmente accesibles, algo que no estuvo activo en su día, y teníamos que seguir los mismos pasos una y otra vez para avanzar en la historia. También podremos mejorar a nuestro personaje considerablemente más rápido debido a que las Fallas Nephalem y los contratos también estarán disponibles.
Nuevo sistema de recompensas
Con la caída de la casa de subastas, tenemos un nuevo sistema mejorado que nos dará menos cantidad de objetos (se acabó volver a base cada 5 minutos) pero a cambio conseguiremos objetos mucho más poderosos. Esto es algo que fomenta altamente la rejugabilidad, ya que cada vez que volvamos sobre nuestros pasos al rejugar los actos, encontraremos nuevas y jugosas recompensas para mejorar a nuestro héroe.
Podemos dar las gracias a Blizzard -o más bien una palmadita en la espalda- por escuchar al fin la comunidad para eliminar ese “pagar para ganar” que se había instaurado con la casa de subastas. Antes de la llegada de Reaper of Souls sólo hacía falta tener dinero en la tarjeta de crédito para conseguir el mejor equipamiento. Poder utilizar dinero real para mejorar a los personajes manchó la experiencia de muchos jugadores, ya que la compañía no premiaba la habilidad y horas invertidas de éstos, quienes pasaban largas horas buscando aquellos objetos legendarios tan codiciados.