Miras tu reloj, la hora está a punto de llegar. Respiras, y aspirando la última calada de tu cigarrillo asumes que ha llegado la hora de hacer el trabajo por el que te pagan, ya sea por el bien de tu nación o por algo personal, eso no te importa lo más mínimo. Vuelves a respirar, te colocas la mirilla de tu rifle Springfield y apuntas al objetivo. Disparas, y has acabado con una vida y probablemente con la de más personas que esperaban a ese que te han hecho llamar enemigo. La guerra es así de cruda, y si quieres vivir tienes que matar. Tienes que ser un buen francotirador para sobrevivir a Sniper Elite III.
Plataformas disponibles: PC, PS3, PS4, Xbox 360 y Xbox One
Versión analizada: PS3
Género: Acción, shooter en tercera persona (TPS)
Desarrollador: Rebellion
Distribuidor: 505 Games
Fecha de salida: 27 de junio de 2014
Idioma: Totalmente en español
Precio: 39,99€ en PC, PS3 y Xbox 360; 59,99€ en PS4 y Xbox One
La bala precisa
De la mano de 505 Games y Rebellion, nos pondremos de nuevo en la piel del experimentado francotirador Karl Fairburne, que sigue en su lucha contra las tropas alemanas en la Segunda Guerra Mundial. A diferencia de las ocasiones en las que nos metíamos en Berlín con los dos primeros juegos, tenemos la oportunidad de viajar al norte de África para disputar una batalla clave por la supervivencia del bando aliado.
Estamos frente a escenarios reales como el Paso de Halfaya, un lugar montañoso situado al norte de África donde las fuerzas aliadas echaban el resto para conseguir la reconquista de la Cirenaica, una meseta que hoy en día se conoce como Libia. Sabemos que debemos arrastrarnos cual serpiente hasta conseguir eliminar cada objetivo del mapa, para así eliminar a los peces gordos que pueblan nuestros planes en la guerra.
Así sin más, Sniper Elite III no es un juego en el que requiramos de una gran habilidad estratega para eliminar objetivos. Hay ciertos elementos que hacen que esta experiencia decaiga -aunque no en el nivel más alto de dificultad-, dado que podremos eliminar a un objetivo provocando un ruido espantoso y seguir tan tranquilos por nuestro camino; los enemigos al cabo de un rato dejarán de estar alerta y volverán con sus vidas, olvidando así nuestros actos suicidas al matar sin sigilo. Así pues, la IA es uno de los fallos más destacables del juego, y es que realmente si somos francotiradores, por favor, acudan a un disparo de socorro, a un llamamiento a lo sigiloso o discreto para que nosotros los jugadores podamos actuar con la total normalidad del puesto de comando.
Pero alto, sí que hay momentos de sigilo aunque sean en su mayoría optativos. Tan pronto como nos hayamos cansado de eliminar enemigos de la anterior forma comentada, dispondremos de la posibilidad de eliminación cuerpo a cuerpo, donde para ello podremos rebanar el cuello a nuestra víctima con un cuchillo, o simplemente liquidarlo con un certero y milimetrado disparo a la cabeza del objetivo. Además, podremos usar objetos con los que atraer a los enemigos a un lugar donde ejecutar nuestro terrible y maquiavélico plan. Un nazi menos contra el que combatir.
Es importante destacar que la experiencia de sentirte un francotirador sigue siendo notable. Su puesta en escena resume la búsqueda de puntos clave -como nidos de francotirador- donde disparar nuestro rifle, midiendo también nuestra puntería, el momento exacto de disparar -pudiendo incluso silenciar nuestros disparos con objetos del entorno- y, sobre todo, el control a la hora de vaciar los pulmones y medir nuestras pulsaciones. Un disparo preciso es una victoria para el portador del arma, y una derrota clara para nuestro enemigo que yacerá en el suelo sin enterarse de lo que ha ocurrido.