La dificultad en los videojuegos

Llevo un tiempo intentado aclarar mis ideas con respecto a uno de esos temas siempre presentes en la actualidad gamer: la dificultad.

Escuchar que los juegos de ahora no son como los de antes se me antoja contradictorio cuando veo a miles de gamers jurar que Dark Souls 2 es lo más difícil que han probado y que han muerto cientos de veces. Más curioso se torna todo al observar a speedrunners (gente que se dedica a exprimir los juegos y completarlos en el menor tiempo posible) pasárselo en cuestión de pocas horas sin morir ni una sola vez. Y lo mismo hacen con juegos de hace años, de los old school, los complicados de verdad.

A pesar de la excepción de la saga de From Software y alguna que otra más, la comunidad suele estar de acuerdo en que la dificultad ha ido decayendo. Os propongo mi teoría, tan equivocada como yo mismo pueda estarlo. La dificultad se basa en dos pilares fundamentales: comercialización y experiencia.

Casi todos los veranos de mi vida se han visto ligados de una forma u otra al universo The Legend of Zelda. Este verano decidí que me quitaría la espinita de no haber jugado a ciertos títulos de la saga, los únicos que me faltaban por probar: The Legend of Zelda (1986), Zelda 2: The adventure of Link (1987) y el mítico Majora’s Mask (matadme), todos ellos en ese maravilloso y pequeño cd de Game Cube. Jugar a los dos primeros me hizo reflexionar sobre este tema, ya que son dos juegos bastante antiguos y realmente crueles para el usuario en muchos aspectos, manteniendo un grado de dificultad bastante alto siempre que no miréis guías claro. Y cuando digo que es difícil, quiero decir que si ahora saliera un juego así, más de un gamer actual se tiraría de los pelos y probablemente lo dejaría sin terminar.

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La curva de dificultad un tanto irregular del primero, el hecho de morir en una mazmorra y empezar con tres corazones, la cantidad de cosas muy ocultas y necesarias que pueden hacer que des vueltas durante horas hasta encontrarlo y poder seguir avanzando son conceptos que ya no se llevan. Morir en Zelda 2 y que el juego te lleve al punto de inicio o lo complicado de ciertos enemigos normales son cosas que ya no se llevan. Y sólo menciono dos juegos porque son los responsables de que haya escrito esto y tampoco quiero hacer una lista de los juegos más difíciles, pero podría deciros muchos más, y los gamers más veteranos podrían sugerirme cientos y con más dificultad aún. Todo esto me lleva a la primera parte de mi teoría, la comercialización.

Según iban pasando todos estos años los desarrolladores nos han ido educando poco a poco. Si, educando. Discretamente nos han ido ofreciendo modos de dificultad para hacer los juegos más aptos para todos los públicos. Fácil. Normal. Difícil. Y no es que esto me parezca mal, pero cuantas veces habré visto a alguien decir la típica frase de: “bueno, empezaré en normal, y si eso la segunda partida ya en difícil”. El gamer se ha convertido poco a poco en alguien débil y cómodo que ha dejado de ver la diversión en el reto, y ha empezado a sentir que en realidad es un problema tener que buscar algo escondido en un mapa, aprender mecánicas a base de ensayo y error o si me apuráis, pensar más de la cuenta. Y en la mitad de los casos el modo difícil sigue siendo más fácil que los juegos de antes. Los modos de dificultad son sólo un ejemplo. Podría ponerme a hablar de los nuevos RPGs pasilleros o de algunos shooters con “sistema de ayuda para el apuntado”. Bueno, ya me entendéis.

El segundo punto relacionado con la dificultad es la experiencia. Hay mucha gente que piensa que con la experiencia suficiente cualquier juego es sencillo. Que con las horas suficientes cualquiera puede ser pro de LoL. Si me dieran un DLC por cada uno que me ha dicho “si yo jugará 12 horas al día al LoL sería pro sin problemas, pero es que eso sería no tener vida” tendría un montón de juegos completos (¡cómo los de antes!). Es posible que tengáis razón, pero voy a matizarlo un poco. El talento es algo que va ligado a la experiencia, ya que a más talento, más rápido la acumulas. Quizá no somos pros de LoL porque los que sí lo son tienen talento suficiente para conseguir llegar a serlo en un año y a nosotros nos harían falta cinco. Quizá podríamos llegar a jugar a Dark Souls 2 como Elajjaz, o a Ocarina of Time como Cosmowright (speedrunners), pero la diferencia de talento hace que la asimilación de experiencia vaya a ritmos distintos. Y el problema está en que en estos últimos años los juegos requieren una pequeña cantidad de talento para adquirir la experiencia necesaria.

Dark Souls 2

Podemos concluir en que los juegos de antes, en general, eran más complicados por muchos aspectos y en que se ha perdido esa magia para sustituirla por juegos más dinámicos, cinematográficos y rejugables (parece que es una palabra que anima a dejarse el dinero en un título), y lógicamente también juegos online (aunque el tema de la dificultad cuando hablamos de pvp ya es otra historia). Habrá a quien le guste y quien eche de menos los juegos de antaño, pero la cosa está así. Apreciemos a los desarrolladores que piensan en los hardcore gamers como con la saga Dark Souls o con modos de dificultad desbloqueables que hacen algunos juegos endiabladamente complicados. Se me ocurre ahora mismo el modo Hell and Hell de DMC, un título relativamente reciente, donde con sólo rozarte el enemigo estabas muerto.

¡Algunos seguimos queriendo juegos que supongan un reto para nuestra mente y habilidad además de un pasatiempo!

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Eduardo Granado Ruano

Eduardo Granado Ruano

Estudiante de Periodismo y Comunicación Audiovisual intentando dedicar su carrera al apasionante mundo de los videojuegos. eSports como forma de vida. Dadme muchos Final Fantasy, Zelda o Metal Gear y seré feliz. ¡League of Legends!

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4 comments

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  1. Juan Antonio Palacios 28 octubre, 2014 at 16:34 Responder

    Interesante reflexión. Sí que es verdad que los juegos antes eran más complicados, pero también porque su programación era peor y no había tantos controles como ahora. No podemos comparar dos botones y una cruceta con ocho y un joystich analógico. Como bien citas en el comentario, The Last of Us es un buen intento de dotar a un juego de dificultad, gracias en gran parte a la IA de sus enemigos.

    En cuanto a los shooters… Bueno, a mí me encantaba el género cuando estaban de moda Doom y el primer FarCry, pero la manía de ponerlo todo sobre raíles ahora y llenar el mapa de check points simplemente me pone enfermo. No necesito estar concentrado para terminar ninguno de los shooters actuales.

    En definitiva, creo que la dificultad ha bajado muchísimo en los últimos años. Eso no quiere decir que no se estén haciendo juegos buenos o que no me divierta con ellos, pero sí que echo de menos algún reto de vez en cuando. No puede ser que el modo Ultradifícil de God of War II me costara más que el de God of War IV.

    • Eduardo Granado Ruano 28 octubre, 2014 at 16:58 Responder

      Es cierto que lo poco intuitivo de algunos controles de los juegos de antes ya le daban dificultad en si a más de un título, aunque incluso aceptando eso sigo llegando a la misma conclusión. En el caso de los shooters que mencionas, antes había un gran esfuerzo activo en los modos campaña porque realmente era lo que había. Actualmente se me ocurren pocos shooter que no estén dedicados enteramente al modo Online con una campaña sencilla y corta para salir del paso. Fíjate en Titanfall, que directamente no la puso y la introdujo en su modo online, para no andarse con tonterías. Estoy de acuerdo contigo en que hay muchos juegos que sigo disfrutando y que aunque no sean tan difíciles están muy bien, pero me da la sensación que la frecuencia con la que aparecen es cada vez menor.

      ¡Un saludo Juan, encantado de leer tu comentario!

  2. Adrián Fernandez 28 octubre, 2014 at 11:01 Responder

    Estoy completamente de acuerdo contigo en todo Eduardo.

    Para mí los juegos de hoy en día no son difíciles (no, ni siquiera Dark Souls). Este no lo he jugado porque, la verdad es que ni siquiera es de mi agrado, pero he visto cómo un amigo se lo pasa casi con los ojos cerrados y es ahí donde creo que entra el punto fuerte de tu artículo. También es cierto que mi amigo es bastante habilidoso para lo que sería ese tipo de juegos, pero independientemente de eso, es un jugón de los de antes y no de los que busca pasarse el juego rápido y con el menor esfuerzo posible.

    Ahora todo son cosas sobre raíles, en algunos juegos incluso te dan equipamientos superiores solamente por reservar el juego antes y que empieces con ventaja… para mi gusto, esto es realmente vergonzoso.

    • Eduardo Granado Ruano 28 octubre, 2014 at 16:07 Responder

      La verdad es que en ciertos aspectos es una pena como ha evolucionado todo, y aunque Darksouls es un intento de volver a ciertas mecánicas, es cierto que también a mi se me hace algo sencillo, y tampoco ha evolucionado tanto desde Demon Souls que sí me sorprendió algo más. Aún así seguimos teniendo de vez en cuando alguna joya caída del cielo, que aunque no sean especialmente difíciles si tienen unos mínimos y modos extra más complicados, manteniendo una gran calidad en otros aspectos, como pueda ser The Last of Us, juego que me encantó. ¡Tanta rejugabilidad, modos online y efectos cinematográficas no nos pueden hacer olvidar lo bonito que es tener un reto por delante!

      Un saludo y muchas gracias por tu opinión Adrián :)

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