Después del maravilloso Wargame: Airland Battle, Eugen por fin nos trae la tercera parte de esta extraordinaria saga ETR centrada en una línea argumental de finales del siglo XX. Sorprendentemente, Wargame: Red Dragon trae mejoras extraordinarias a lo ya experimentado en sus anteriores entregas, pero de igual modo, se han ignorado problemas que deberían haber sido subsanados. Aunque lo idóneo sería hacer un análisis completamente independiente (ya que esta tercera parte de Wargame se lo merece), también es cierto que me vería obligado a repetir muchas de las cosas ya dichas en el análisis de Airland Battle; por lo que siendo frío y lógico, lo más adecuado es limitarme a centrar este análisis en todas las novedades que aporta Red Dragon a la saga Wargame, y todos aquellos de vosotros que deseéis saber más cosas, le echéis un ojo al análisis de Wargame: Airland Battle.
Plataforma: PC.
Desarrolladora: Eugen Systems.
Distribuidor: Focus Home Interactive.
Fecha de Lanzamiento: 17 de abril del 2014.
Género: Estrategia en Tiempo Real.
Idioma: Voces en inglés y textos en español.
Precio: 39,99€.
Sesión informativa de la misión
La historia de Wargame: Red Dragon nos lleva a un supuesto enfrentamiento a finales de la década de los 70. De nuevo, los señores Eugen alteran la historia para llevarnos a supuestos conflictos bélicos de la historia contemporánea donde se evita una tercera guerra mundial, pero no por ello, impide que todas las potencias bélicas mundiales puedan poner en juego su basta maquinaria de combate. Tendremos ante nosotros cuatro campañas a cada cual más difícil, bastante extensas y en donde nos veremos obligados a poner a prueba todas nuestras dotes como estrategas militares.
La primera nos lleva al año 1987. La situación socio-política de Corea del Sur se encuentra completamente desestabilizada; las revueltas ciudadanas han llevado al gobierno dictatorial de Chun Doo-hwan a un estado de crisis completo. Es en este momento cuando las fuerzas de Corea del Norte aprovechan para realizar un ataque relámpago contra las desorganizadas tropas de sus hermanos del sur, de tal manera que, en pocos días, solo las regiones vecinas a la ciudad de Busan cuentan aún con efectivos para hacer frente a la invasión norcoreana; y es en este punto donde nosotros tomaremos el control de esta campaña. Nuestro objetivo será resistir el primer ataque y esperar hasta la llegada de nuestro aliado estadounidense, que tendrá el encargo de recuperar la región fronteriza con Corea del Norte y así tanto cortar la línea de suministros norcoreana, como también evitar que las tropas invasoras puedan retirarse a territorio seguro.
La segunda campaña nos hace retroceder hasta 1979. Mientras Vietnam invade la región de Kampuchea para acabar con el genocidio camboyano, comienza la guerra entre la República de Vietnam y la República Popular China. Hasta aquí la historia real, y ahora llega la modificación histórica de Eugen para esta nueva campaña. La Unión Soviética (aliada de Vietnam) acumula tropas a espaldas de China en una clara muestra de amenaza para el cese de los ataques a su aliada. China por su lado, decide que la mejor defensa es un ataque, por lo que a pesar de tener ya un frente bélico abierto en el sur con Vietnam, se considera con la suficiente potencia bélica como para además lanzar una ofensiva contra la región de Vladivostok en un intento de ganar territorio y tiempo mientras se lleva a cabo su lucha contra Vietnam. Es este el punto donde tomamos el control de las tropas chinas y, con la ayuda de Corea del Norte, deberemos ser capaces de derrotar al gigante comunista.
La tercera campaña nos lleva al supuesto conflicto ocasionado en 1984, cuando China decide recuperar la perla de oriente llamada Hong-Kong; aunque la historia deja claro que Hong-Kong es devuelta a los chinos en 1997 de manera pacífica. En la línea argumental del juego, los líderes chinos no parecen estar muy dispuestos a esperar otros trece años. Por otro lado, el Reino Unido, con Margaret Thatcher a la cabeza, y tras haber logrado una victoria aplastante contra los argentinos en las Guerra de las Malvinas, se siente con la suficiente confianza como para no amilanarse ante el gobierno del dragón rojo. La cuestión es que en esta campaña deberemos ser capaces de sobrevivir al ataque de la República Popular China, mantener bajo nuestro control toda la región y devolver a los chinos a su país con una buena y regia patada británica en su culo comunista.