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Análisis Shadows: Heretic Kingdoms

Juanma García

| 9 marzo, 2015 a las 09:50

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Cuando nos ponemos a hablar de géneros queridos por los jugadores en cualquiera de las plataformas disponibles, rápidamente el género del RPG sale a la luz en dicha conversación. Insaciables, los jugadores de este género han visto pasar títulos sin pena ni gloria en los últimos años y presos de un catálogo bastante prescindible en su mayoría han acabado por perder la esperanza de la magia que abordaban títulos como ‘Diablo II’ o ‘Titan Quest’.

Remontándonos al ya lejano 2004 nos topamos con ‘Kult: Heretic Kingdoms’ para maravillarnos por la capacidad de enganche que tenía dicho título y la dificultad que poseía en ciertos momentos del desarrollo a pesar de su simple manejo. Esta saga permaneció en silencio hasta el pasado 2014, cuando en formato digital – y ahora en versión física gracias a Badland Games – se lanzó ‘Shadows: Heretic Kingdoms’ para traer ese soplo de aire fresco que necesita el género. ¿Lo habrán conseguido los chicos de Games Farm? ¿Posee la misma capacidad de enganche que su anterior entrega?

Plataforma: PC

Género: Rol

Desarrollador: Games Farm

Distribuidor: bitComposer Games; su versión física Badland Games

Fecha de lanzamiento: 20 de noviembre de 2014 (versión digital), marzo de 2015 (versión física)

Idioma: Totalmente en inglés

Precio: 13.99€ versión digital

Argumento y ambientación

Tras el asesinato de cuatro de los cinco miembros de Penta Nera, las almas de estos personajes históricos fueron absorbidos por una manada de Devoradores, demonios oscuros que devoran las almas de los muertos para traerlos a la vida siendo sus títeres. Ahora, cuando la oscuridad está aproximándose al plano de los mortales, un único héroe dominado por un Devorador puede hacerse cargo de su destino como salvador del mundo actual, pero deberá tener cuidado para no sumir en tinieblas el lugar que quiere salvar fiándose de quien no debe. Elige uno entre tres hábiles aventureros y lucha por una batalla en el que suene la canción final de la libertad y la paz.

El argumento de ‘Shadows: Heretic Kingdoms’ resulta de lo más agradable y tiene ese constante puente que une la curiosidad y la resolución. Sin duda el punto fuerte del juego reside en el contraste entre un mundo de oscuridad y de luz cambiando constantemente el encanto del escenario, y mientras uno parece lleno de vida, como cabría esperar, el otro perece en las sombras y los detalles mínimos. Es por esto último por lo que la ambientación del título resulta atrapante y variada ya no solo en sus diálogos, sino a nivel generalizado; por sus mapas, su gente, sus criaturas y el carisma que desprende todo este conjunto.

Jugabilidad

El punto fuerte de ‘Shadows: Heretic Kingdoms’ es su majestuosa jugabilidad. Para empezar en nuestra aventura – sin contar la especie de tutorial del comienzo – deberemos vagar por Dreamworld con nuestro demonio hasta llegar a cierto punto, donde se nos permitirá escoger a uno de los tres personajes que relataba anteriormente. Al más puro estilo ‘Pokémon’, se nos dará a escoger entre tres tumbas que guardan a uno de los héroes: el arquero Jasker, el bárbaro Kalig o la hechicera Evia. Una vez escogido uno de estos tres personajes empezará una costumbre constante entre cambiar al plano mortal con uno de los tres aventureros escogidos o al plano demoníaco de Dreamworld con nuestro Devorador, y todo a través de una simple letra que variará nuestra forma de juego para conseguir terminar ciertas misiones que no serían posibles en otro mundo debido a caídas de estructuras, paredes imposibles de atravesar, objetos no encontrados en uno de los planos o mecanismos que activar. Es por tanto vital que investiguemos cada uno de los rincones que formen los dos planos, pues si no podríamos estar envueltos en un torbellino de confusión del cual nos podría costar salir.

Bien es cierto que uno de los elementos que principalmente llama la atención entre esta variación de planos es el de los enemigos y el estilo de lucha empleado, siendo en el demoníaco uno de los errores a tachar debido a su escasa variación más allá de los cuatro enemigos con los que nos topamos. Ocurre todo lo contrario en el plano mortal, donde la variación será casi constante dando al juego vida en ese aspecto y no cayendo en los errores constantes de otros títulos donde nos hartábamos a liquidar arañas u otros seres.