Tecnología, esa gran desconocida

La tecnología es parte de nuestras vidas en una forma muy extensa, es algo evidente: ordenadores, portátiles, tabletas, pulseras medidoras de actividad, móviles, televisores y relojes inteligentes; y todo lo que se acerca, como la realidad virtual y las gafas inteligentes. En muy poco tiempo nuestra vida se ha llenado de aparatos tecnológicos que rápidamente echaríamos en falta si se nos privara de ellos durante un solo día. La sociedad se ha adaptado a ellos, hemos cambiado nuestros hábitos y toda una nueva sección de vocabulario se puede oír por la calle: “mira que aplicación más chula me he bajado” o “envíame un whatsapp cuando llegues”. La tecnología avanza a pasos de gigante, se podría pensar incluso que demasiado rápido y que la gran parte de la sociedad no va a poder mantener su ritmo, llegaremos al punto en que no la conozcamos.

Abuela en Internet

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“No sé qué hace, pero mira que chulo”

Siempre me he considerado un entendido en tecnología, escribo y leo sobre ella asiduamente, justo por eso me he encontrado en la situación que soy “el que sabe de ordenadores” entre mis círculos, luego pues la gente acostumbra a acudir a mí cuando algo no les funciona o quiere comprarse algún aparatito nuevo. Muchas veces me he encontrado dando recomendaciones para solucionar algún que otro problemilla, pongamos por ejemplo usar el móvil para dar internet: crear una red WiFi (conocida generalmente como Hotspot) y que su Tablet se conecte a ella. Ante dicha recomendación la respuesta frecuente suele ser: “mi móvil no hace eso”. ¿Tu móvil no lo hace, o tú no sabes que lo hace?

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Hemos llegado a un punto en que la gente no sabe lo que compra, y eso es consecuencia de una reacción en cadena: el comprador no sabe qué compra porque no sabe lo que quiere o necesita o quizá su problema sea que no sabe lo que ofrece porque nadie se lo explica con palabras que entienda. Las compañías no se esmeran en trasmitir los conocimientos necesarios para que los usuarios realmente puedan entender qué buscan y qué deben comprar para suplir dichas necesidades. La mayoría de los posibles compradores irán a una tienda física para cubrir su falta de conocimiento en la materia con los consejos de los trabajadores del local. Seguramente haya empleados profesionales que sepan de lo que hablan y dirijan al comprador a su compra ideal, pero me he encontrado que muchos son comerciales generales, recomendando productos que no son adecuados a las necesidades de los compradores. Por ejemplo ordenadores con un procesador i7 (procesador muy potente, utilizado para programas y juegos que requieran muchos cálculos) para una señora que quería utilizarlo para la ofimática y navegar por internet; incluso a mí me recomendaron en la tienda una GT 220 (tarjeta gráfica de gama baja) para jugar porque la tarjeta tenía “mucha memoria”.

Esta falta de conocimiento por parte de todos nos llevará a una insatisfacción con nuestra compra, una frustración que pagaremos con el producto comprado. Se generarán problemas no solo cotidianos sino también de ámbito ético y legal. Pongamos por ejemplo a los drones, hace ya tiempo que se conocen y se comercializan, pueden grabar videos y tomar fotos a distancia. Hasta el 4 de julio no había ninguna ley que regulara su uso (ahora se requiere un carnet especial y avisar 5 días por adelantado para poder usarlos), cualquiera podía utilizarlos poniendo en riesgo al privacidad y seguridad de la gente. Otro ejemplo son las Google Glass, aun no 100% comercializadas pero es evidente que van a ser usadas por la sociedad. ¿Es el gobierno consciente del uso que se le puede dar?¿Serán legales o solo se podrán utilizar en ciertos lugares? Este desconocimiento no nos permite adelantarnos a los acontecimientos, prevenir antes que curar, y quien acaba perdiendo es la tecnología, que lo paga con polémicas en su contra por una mala previsión general causada por la falta de conocimiento.

Barras adicionales en el navegador

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Que nos enseñen los niños

La lógica dicta que los adultos transmiten a los niños conocimientos sobre el mundo, ellos llevan allí más tiempo y lo conocen más. Con la tecnología pasa algo diferente, es muy frecuente ver a niños que se mueven con soltura con los smartphones y tablets de sus padres, pero ellos, en cambio, no. Eso es normal, el cerebro de los niños aún está en desarrollo y es capaz de aceptar nuevas ideas con mayor facilidad que el de un adulto; los adultos enlazan las nuevas tecnologías a las viejas, haciendo que ciertos cambios cuesten mucho de asimilar. Sin ir más lejos tenemos el caso de Windows 8, eliminaron el botón de Inicio de la barra de tareas y había un desconcierto general que evolucionó hacia un rechazo quizás un poco irracional al nuevo sistema.

¿Entonces damos a los adultos por perdidos y que los niños exploren a sus anchas? No es malo que los niños conozcan la tecnología desde pequeños, pero si los padres no les enseñan qué pueden hacer realmente con ella no avanzamos. “En los colegios ya les enseñan”, es cierto, y solo puedo opinar desde el conocimiento de las escuelas que conozco, que son pocas. Cuando yo era pequeño aprendíamos ofimática, mecanografía y ya está, tenía sentido, usábamos Windows 98 y de poco nos iba a servir programar se pensaba. Ahora nos encontramos con una falta de programadores, un tema que da mucho de sí y no voy a entrar en detalle, solo como apunte diré que en Francia se va a comenzar a impartir programación en la escuela pública de forma opcional.

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Algunas escuelas han querido modernizarse e integrar la tecnología en el aula usando portátiles como la sustitución del libro, la escuela escoge el portátil y los alumnos/padres pagan. Sin entrar en debate que pueda haber familias que no puedan permitirse tal gasto o que no disfruten de Internet en su hogar, la mayoría de los portátiles elegidos son de clase netbook. Ordenadores pequeños, gruesos, con componentes de baja potencia, incluso algo incómodos (a mi parecer) al escribir y con un precio relativamente bajo. Este es otro caso del gasto innecesario por falta de relación entre necesidad y la solución que la tecnología ofrece. A mi parecer, estos portátiles surgieron como un boom de mercado con el primero siendo los Eee PC de Asus por su tamaño. A la gente le gustaron,  pensaron en utilizarlos para la ofimática, si solo escribes y te mueves mucho pueden ir bien, pero a la que quieras mover imágenes en un documento de Word o Powerpoint te puedes volver majara con el refrescamiento de la pantalla y su pequeño tamaño. Como dato, las escuelas estadounidenses que adoptaron estos ordenadores en al aula están volviendo a los libros tradicionales por problemas técnicos, cargadores de baterías, roturas y demás problemas que os podáis imaginar.

Obsolescencia desprogramada

Corazón cable tecladoHay documentales y montones de artículos sobre la obsolescencia programada, para quien no sepa a qué se refiere, es la creencia que las empresas programan a las máquinas y electrodomésticos para que se estropeen al cabo de un determinado tiempo y así mantener el negocio. Seguramente se haga, pero no es esto lo que quiero discutir. A dónde quiero llegar es que con el  trato que le damos a los aparatos tecnológicos quizás ya no lleguemos a necesitar que se programe su obsolescencia: “el ordenador me va lento”, “no puedo instalar más aplicaciones no tengo memoria” y “hace mucho ruido” son frases típicas que uno va oyendo. Tan importante es saber qué compramos como saber darle un buen uso y mantenimiento. Conocimientos simples de cómo funciona un disco duro y la memoria RAM ayudarían a disminuir problemas de este tipo, nuestros aparatos durarían más e irían mejor, evitando esas rabietas que algunas veces se tienen contra las pobre máquinas. Tratadlas bien, dadles un poco de amor.

 

Mi dosis de tecnología semanal

Hay una falta real de conocimiento que se debería empezar a considerar básico sobre la tecnología, y es trabajo de todos cubrirla, pues la tecnología va a paso firme y no espera a nadie. Entiendo que a mucha gente no le interese el tema de la tecnología, pero cada vez tomará parte en mayor medida en nuestras vidas, cuanto más tardéis en entender su estado actual más esfuerzo os resultará en el futuro. No se trata de estar todo el día pendiente de los nuevos prototipos que serán funcionales de aquí a 10 años, sino de dedicar un rato, poquito a poco, en investigar los aparatos que vosotros utilizáis.

Nada muy complicado, con un poco de Wikipedia y fotos de Google empezaréis rápidamente a daros cuenta del amplio mundo que la compone. Abrid un ordenador viejo que tengáis por ahí abandonado (si ya no lo vais a usar claro), experimentad: “¿Qué será esta pieza? ¿Por qué hay aquí un cable? ¿Y este conector de qué sirve?”. Cuando vayáis a comprar un móvil nuevo: investigad por internet, buscad alternativas, comparativas, reviews y precios. Empaparos de información.

Os sentiréis mejor después de haber hecho la compra, porque sabréis que era lo que buscabais. Y por supuesto que puede que os equivoquéis, errar es humano, pero ese conocimiento que hayáis adquirido no os lo quitará nadie, y os servirá para vuestras próximas compras, acciones y conocimiento de la tecnología.

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Marc Pagès

Marc Pagès

Estudiante de biotecnología, apasionado de la tecnología y los ordenadores. Siempre con ganas de saber qué será lo último con lo que nos sorprenderán y ansioso por nuevas piezas de hardware más potentes de lo que pueda imaginar.

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