Análisis Spate

Soy fiel defensor de que las plataformas no están en absoluto en peligro de extinción, ni mucho menos, sólo se han mudado a otro terreno un poco más adulto de lo que estamos acostumbrados.

A lo largo de los últimos años hemos podido disfrutar verdaderas obras de arte como Braid, Limbo, Teslagrad o Electronic Super Joy, y hoy os traigo un ejemplo más para añadir a la lista de joyas que han salido para esta categoría; hoy os vengo a hablar de Spate.

Spate ha nacido gracias a un grupo de tres personas que tuvieron una idea excelente y quisieron plasmarla, siendo el más importante Eric Provan, responsable de arte y diseño. Os invito a ver de qué va este curioso título donde se mezclan las plataformas, el arcade y donde tiene un gran protagonismo el surrealismo y la absenta.

Plataforma: PC

Género: Plataformas

Desarrollador: Eric Provan

Distribuidora: Ayyo Games

Fecha de lanzamiento: 27/03/2014

Idioma: Inglés (voces y texto)

Precio: 9,99€

Requisitos mínimos para PC

Sistema Operativo: Windows XP o superior

Procesador: 2 Ghz

Memoria: 4 GB

Espacio Requerido en HDD: 2 GB

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La pérdida de una hija y el nacimiento del alcoholismo

La historia de Spate puede ser la típica historia de una persona que ha perdido a un ser querido y se ha lanzado a la bebida, no sería raro, dado que por ejemplo es algo a lo que nos hemos acostumbrado gracias a la saga Max Payne. Pero aquí hay algo diferente.

Poniéndonos en la piel del detective Bluth, quien ha perdido recientemente a su hija, partiremos a una isla en busca de respuestas a unas extrañas desapariciones que nos llevarán desde lugares como un cementerio, a cuevas por donde tendremos que pilotar una nave en busca de la salida de ese infierno. Aun así, Bluth contará con un protagonista extra, y ese protagonista es su adicción a la absenta, que desde la muerte de su hija, bebe constantemente.

Una historia simple y directa que al parecer no tiene nada de especial, pero que ya os puedo adelantar que gracias a sus escenarios surrealistas o la charla con personajes nacidos de otro mundo, hace que Spate sea diferente a los títulos que hemos podido conocer al menos en este año. Y eso sin olvidar la absenta, que juega un papel fundamental y que esta vez sí juega como un elemento positivo en el desarrollo de la historia.

Nos encontraremos ante un guión que está cargado de filosofía sobre la vida, la adicción al alcohol y los sentimientos perdidos sobre seres queridos que se han ido para no volver. El propio Bluth hace hincapié en uno de los momentos del juego sobre su adicción a la absenta, y recuerda que la bebe para sentirse vivo y no ocuparse de sus problemas personales, algo que por desgracia ocurre con bastante frecuencia en la vida real.

Es también un buen ejemplo de conversación filosófica, la que tiene con uno de los seres que habitan en la isla, donde este le pregunta al detective si quiere ser amigo suyo y Bluth sólo se atreve a decirle que no quiere hacerse amigo de nadie para no hundir sus sentimientos en un futuro, haciendo alusión a la culpa de cosas que ocurrieron en el pasado.

Spate juega un papel importante con las conversaciones con uno mismo, como si esa serie de investigaciones en realidad se tratara de una búsqueda con su yo propio, como si se tratara de una pelea contra sus demonios, que por supuesto, debe ganar.

Aun así, no deja de ser una historia a la que le falte enganchar, o mínimamente interesarse por la historia.

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La bebida como solución a los problemas

En la categoría de la jugabilidad, es donde Spate toma un papel sorprendente y muy atractivo, variando de géneros y ofreciendo una resolución de puzles y situaciones diferente a la que nos podrían ofrecer otros juegos similares.

Aunque a simple vista el título pueda parecer un simple juego de plataformas del montón, nos tenemos que alejar de esa acusación, y catalogar a Spate como un juego de plataformas, puzles, investigación y scrolling shooter, variando así de estilo de juego a medida que estemos jugando, dando lugar a que tan pronto como estemos solucionando un puzle y lo logremos descifrar, nos podamos subir a una nave o tengamos que saltar evitando problemas que se nos crucen a lo largo del camino. Precisamente, es en el ámbito de las plataformas donde entra en juego la absenta, la cual si la tomamos entraremos en estado de ebriedad y además de ver todo distorsionado podremos saltar más que cuando estemos completamente sobrios, una técnica que invita a probarla pero que no es imprescindible para acabar el juego.

A pesar de todo, esta variación de géneros no queda del todo bien, dado que el manejo de la nave es pobre y se podría haber mejorado, al igual que los puzles, que más allá de poder ser largos de desarrollar son bastante simples con respecto a lo que se nos podía ofrecer en un principio. De hecho, la mayor complicación podrá estar en jugar con la física; por tanto, os podéis imaginar que tampoco será una odisea resolver estos rompecabezas.

Con la cámara ocurre lo que en muchos juegos: la puedes aborrecer o puede gustarte dependiendo del momento en el que estemos sumergidos. En su mayor parte, Spate cumple en este sentido con nota, pero cuando se hacen visibles los problemas pueden llegar a entorpecer el desarrollo de nuestra aventura e incluso podremos perder de vista a nuestro personaje si la acción que estamos desarrollando requiere mucha velocidad en la cámara. Como os podéis imaginar, esto puede ocasionarnos la muerte injusta varias veces por culpa de algo mal utilizado.

Añadiendo todo lo anterior a que el juego es muy corto y no llega a las 5 horas, se tenía que haber pulido mucho más el aspecto de la jugabilidad, pues es donde el título se resiente y es más débil. Todo lo contrario al aspecto gráfico y sonoro que paso a contaros a continuación.

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Gráficos y apartado sonoro

Tras ver mi decepción en el tema de la jugabilidad, paso a relatar lo que para mí es la esencia de Spate: sus gráficos y su apartado sonoro.

El contenido de los gráficos se podía ver perfectamente en los primeros contactos que pudimos mantener con el juego, siendo estos presentados en un 2.5D, se nos presentaba una estética a medio camino entre el surrealismo y el steampunk que tan de moda se encuentra ahora. A medida que avanzamos en el juego, podemos observar desde escenarios psicóticos y con unos colores muy vivos hasta zonas más lúgubres y oscuras para así dar lugar a que no desagrade a nadie.

Es recomendable añadir a las anteriores líneas la posibilidad de que los escenarios varíen a causa de nuestra ebriedad, que volverá todo mucho más surrealista y confuso, dotando de una especial belleza al juego que nos hará valorar positivamente este apartado. Si a esto le añadimos la constante presencia de la lluvia, el juego gana una belleza para nada discutible, que además acompaña a los sentimientos de nuestro personaje.

La banda sonora del juego es atrapante y construye una armonía perfecta para lo que nos ofrece el juego, desde melodías extrañas y surrealistas a melodías más calmadas o más oscuras, dependiendo del momento que acompañe al videojuego. Resulta gratificante y no decepciona, ofreciendo una buena compañía en nuestra investigación.

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Conclusión

La primera vez que vi el tráiler de Spate, me quedé maravillado con el aspecto gráfico del juego, y el técnico me resultaba tentador porque se nos prometía una resolución de puzles a través de la absenta, algo que sin duda es muy original.

Ahora, cuando ya he terminado el título en cuatro horas y todavía con la certeza de saber que en la jugabilidad tenía que haber sido mejor, reafirmo mi buena sensación con el apartado artístico del juego y también reafirmo la decepción que me ha proporcionado la jugabilidad. Lo que está claro es que la jugabilidad sin los gráficos buenos puede sobrevivir, pero si lo hacemos a la inversa, nos damos cuenta en este caso de que no es así, lo cual es una pena.

 

Historia6
Jugabilidad6
Sonido6
Gráficos7
Me siento decepcionado y poco satisfecho, pero aún así no es un mal juego. Spate se nos presentó como una verdadera apuesta a ser una sorpresa en el mercado indie, pero se ha quedado a medio camino.
6.3
Etiquetas Ayyo GamesEric ProvanindieSpate

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Juanma García

Juanma García

Madrileño de 22 años. Escritor en TecnoSlave y GameReport que busca en los videojuegos algo más que un entretenimiento.

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