Impresiones Anomaly Defenders

Los aficionados al género tower defense no necesitarán que se les presente esta saga, famosa por ponernos en la piel de los enemigos que normalmente se enfrentan a las torres. En anteriores entregas nos convertimos en el comandante de un convoy militar destinado a salvar la Tierra de los invasores alienígenas que amenazaban con destruirla gracias a una poderosa anomalía. Tras ver cómo nuestro querido planeta azul era completamente ocupado por esta raza desconocida y, a pesar de todo, conseguir reaccionar a tiempo para expulsar al enemigo, llega nuestro momento de atacar. Es en ese momento en el que comienza la historia de Anomaly Defenders, pero esta vez se nos invita a mirar el conflicto desde el otro lado. Como su propio nombre indica, ahora nos convertimos en los defensores de la anomalía.

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El invasor invadido

En su último título, los chicos de 11 bit han decidido volver al origen del género y revisitar la mecánica de construir torres a lo largo de un camino y evitar que las hordas de enemigos alcancen el final de éste. A primera vista puede parece lo de siempre, y básicamente lo es, pero todos sabemos lo divertido que puede llegar a ser un planteamiento simple si consigues llevarlo a la práctica de una manera coherente y creíble.

La historia de Anomaly Defenders enlaza muy bien con el final de Anomaly 2, donde vimos a los invasores de la Tierra obligados a replegarse. Muchos nos quedamos con ganas de perseguirlos hasta los confines del Universo para vengar el desastre climático que nos dejaron en casa, pero no sabíamos que nuestra venganza había sido más que suficiente. En este título vemos a la raza alienígena tan desesperada como nosotros, y podemos llegar a entender por qué se vieron obligados a invadirnos en un primer momento. Una vuelta de tuerca más a una historia realmente entretenida, que dota a esta saga de un punto épico difícil de ver en el género.

 

Si algo funciona, no lo toques mucho

Como ya se ha dicho, Anomaly Defenders no innova demasiado en la mecánica de juego básica. Al principio de cada nivel se nos dará una cantidad de dinero que deberemos gastar sabiamente en la construcción de las diferentes torres, pudiendo elegir entre un número elevado de éstas. Algunas de estas torres sólo podrán ser construidas en ciertos puntos y otras muchas serán totalmente inútiles situadas de una manera poco estratégica. Además, las unidades básicas se mantienen con respecto a anteriores entregas, tanto las torres alienígenas como los vehículos humanos, por lo que los que hayan jugado al resto de juegos de la saga partirán con cierta ventaja.

La única posibilidad que tiene nuestra raza para salvarse es escapar, y los humanos intentarán por todos los medios alcanzar la plataforma de lanzamiento antes de que nuestras naves despeguen. Si conseguimos protegerla el tiempo suficiente, estaremos a salvo. Nuestro objetivo, pues, será plagar el camino de torres que se encargarán de disparar de forma automática a los enemigos que intentan llegar hasta ella.

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¿Y todo esto quién lo paga?

La moneda de cambio en Anomaly Defenders será de nuevo el carusaurum; con él pagaremos la construcción y mejora de nuestras torres. Cada vez que eliminemos un enemigo, obtendremos una cantidad variable de carusaurum, pero también contaremos con una construcción encargada de extraerlo de la tierra, aunque sólo podremos construirla encima de una mina de carusaurum. Debido a la importancia de este material, y a que los humanos también han aprendido a utilizarlo, estos edificios se verán sometidos a ataques de las tropas enemigas hasta el punto en que serán su máxima prioridad hasta que los destruyan. Dicho de otra manera, servirán también de distracción y nos permitirán cambiar la ruta de los enemigos para adecuarla a nuestra estrategia.

Pero no sólo de carusaurum vive el alien. Nuestras torres necesitan energía para utilizar sus habilidades especiales -entre las que se encuentra la de reparación, que nos hemos hartado de usar-. Estas habilidades, que podremos mejorar entre nivel y nivel gracias a un completo árbol de tecnologías, nos darán una ventaja significativa en cuanto aprendamos a usarlas, así que debemos estar atentos a nuestra principal fuente de energía: los enemigos derrotados. Una vez destruimos un vehículo, éste deja un núcleo de energía que debemos recoger haciendo click en él antes de que desaparezca. También hay que tener en cuenta que tenemos un máximo de energía que podemos almacenar, así que debemos encontrar el equilibrio entre el gasto y la recogida de ésta para desperdiciar el mínimo posible.

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¿Acabaré odiando a la raza humana después de jugar?

No sería nada descabellado. La brutalidad de los vehículos que tanto nos gustaba en Anomaly se ha vuelto en nuestra contra para volvernos completamente locos a la hora de aniquilarlos. Si a esto le sumamos un apartado gráfico sencillamente genial, y unos efectos sonoros que invitan a jugar con un 5.1 conectado al ordenador -por lo menos-, casi sentimos el momento en el que dejamos de pertenecer a este planeta y empezamos a disfrutar quemando y viendo estallar a los que hace nada eran nuestros congéneres.

Teniendo en cuenta que lo que hemos visto es sólo un avance de lo que será Anomaly Defenders en su lanzamiento, sólo cabe esperar que 11 bit studios vuelva a obsequiarnos con horas de diversión dentro de un género que, en contra de lo que pueda parecer, da para muchas, muchísimas vueltas.

Etiquetas Anomalyciencia ficciónpreviewtower defense 11 bit studios

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Juan Antonio Palacios

Juan Antonio Palacios

Juego, escribo y estudio informática a nivel amateur. Podría decirse que hago de todo en los descansos que me deja el no hacer nada. Paseé por varios blogs antes de aterrizar en TecnoSlave como redactor. El mejor add on para cualquier juego son unos pocos amigos y unas cuantas cervezas.

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