Fue en Marzo cuando Divinity: Original Sin llegó a la plataforma KickStarter con un objetivo de 400.000 dólares que fue superado en apenas dos semanas con una colecta total de 944.282 dólares. Increíble, ¿verdad? Los fans ofrecieron todo su apoyo al equipo y Larian Studios nos ha recompensado cumpliendo e incluso superando todas nuestras expectativas depositadas en este proyecto.
Hasta el momento existen cuatro juegos de la serie Divinity: Divine Divinity, Beyond Divinity, Divinity II y el spin off de estrategia, Dragon Commander. No es que sea una gran seguidora de esta saga, pero si puedo decir que de los que he probado, ninguno me ha llegado a convencer en absoluto. No me enganché en ningún momento y los consideré en su día como un juego más de rol del montón. Sorprendentemente, con Divinity: Original Sin el resultado ha sido totalmente inesperado: me he enganchado desde el primer momento que empecé a descubrir la historia. Combates por turnos, largos diálogos interactivos, interesantes y profundas historias, modo cooperativo y muchas, muchas sorpresas son las que nos esperan en esta nueva aventura de la saga Divinity.
Al ser una versión Alpha, muchas opciones han sido reducidas, y podemos comprobarlo desde el principio en la interfaz de creación de personajes. Solo podremos elegir la clase de nuestro personaje, ya que el resto de opciones de personalización como colores, armadura o nombre no están disponibles. Las clases que hemos podido probar son el Wizard, Warrior y Ranger, cada una con sus propios atributos, habilidades y talentos. Justo en el momento de publicar este artículo, el juego obtuvo una actualización y, además de perder mi partida guardada con todo mi progreso -cosa que me ha enfurecido enormemente-, se han añadido dos nuevos personajes (Knight y Rogue) y la posibilidad de añadir un nombre al equipo, así como personalizar la armadura. Al estar en fase Alpha no hemos podido probar el modo multijugador, pero tiene que ser muy interesante jugar con otra persona que tome las decisiones por el otro personaje y no tu mismo. Aun así hemos podido disfrutar de más de diez horas de contenido e investigar dentro de Cyseal, la ciudad inicial.
Al inicio de la partida llega la primera novedad en el género, o al menos en lo que yo llevo jugando RPGs nunca me he cruzado con un juego que ofrezca esta opción (además del Of Orcs and Men). No jugaremos con un único personaje, sino que podremos jugar con dos a la vez, con un hombre y una mujer (los de la imagen superior), y cada uno tiene su clase, inventario y su personalización, además de su propia personalidad. Podremos cambiar de uno a otro con un botón y moverlos de manera totalmente independiente.
Nos desplazaremos con el ratón por el mapa con los dos personajes, con una cámara libre que no hace seguimiento de los personajes, y podremos ver todo el mapa a tiempo real y dirigirnos hasta cualquier lugar con un simple click del ratón. Podemos enviarles entrar a una casa, y mientras ellos caminan, podemos seguir con nuestra cámara buscando cualquier cosa por el mapa. También encontramos puntos de ruta llamados “Waypoints”, con los que poder transportarnos libremente por el mundo.
El combate es la segunda novedad. Al principio, por el hecho de moverte con el ratón, pensé que estaba ante un Hack ‘n’ Slash, pero resulta que el combate es por turnos pero sin entrar en fase. Es decir, te encuentras con unos enemigos, atacas, y empieza el combate ahí mismo, sin entrar en los típicos escenarios de batalla de los juegos de estrategia. Las batallas funcionan mediante un sistema de puntos que tiene cada personaje y podremos atacar y usar nuestras habilidades hasta que esos puntos se agoten, siendo turno del enemigo. Cada personaje tiene sus propios puntos, así que nos da una gran ventaja y libertad de elección, sobre todo si tenemos uno cuerpo a cuerpo y el otro a distancia. También podemos unirnos a batallas de npcs, y estos también lucharán a nuestro lado, pero sin posibilidad de controlarlos.