En este artículo se va a hacer referencia, sobre todo, a partes de la trilogía Mass Effect. Es por ello que, muy a mi pesar, aconsejo cerrar inmediatamente la página si no se quieren recibir spoilers sobre la historia.
Historia. De eso es precisamente de lo que me gustaría hablaros. Además aprovecharé el artículo que mi compañero Juanma redactó anteriormente sobre las decisiones en los videojuegos. Me hubiese encantado dirigir este artículo para todos los públicos, pero me resulta imposible transmitir lo que quiero haceros llegar sin desgranar lo acontecido durante los tres juegos. Así que para quienes hayáis jugado o simplemente no os importe conocer los detalles, allá vamos.
Desde Hollywood no paran de llegarnos historias donde los buenos siempre consiguen salir de las situaciones más inverosímiles. Donde los ya más que conocidos “one man army” son capaces de enfrentarse ellos solos contra un gigantesco ejército de alienígenas y salir victoriosos, salvado a la humanidad.
Los videojuegos, al llevar la ciencia ficción a otro nivel, no han sido menos y no han escatimado en exagerar este tipo de argumentos. Véase personajes como Master Chief, Nathan Drake, Kratos, Booker Dewitt, Snake, Dante y bueno, un casi eterno etcétera. Siendo franco, Shepard no se aleja tanto de estos personajes, puesto que él también ha sido capaz de frenar, en más de una ocasión, a los múltiples peligros que han amenazado la paz y la seguridad en la galaxia.
Sin embargo al mismo tiempo, vemos que el protagonista de la trilogía de Bioware no lucha solo nunca. Obviamente por restricciones de jugabilidad (sino el juego sería muy fácil) tan sólo se nos permite llevar con nosotros a dos compañeros de todos los que tenemos en nuestro equipo. Pero bueno, ya es más de lo que ocurre en otros juegos. Pese a la restricción, en las cinemáticas vemos como Shepard está acompañado por sus compañeros y además, a lo largo del juego, no haremos otra cosa que tratar de conseguir la mayor cantidad de refuerzos aliados para tener más posibilidades de vencer en la batalla final.
Algo que generó muchísima controversia fue el final de Mass Effect 3. El motivo de las quejas fue, en resumidas cuentas, que “las decisiones que he tomado a lo largo de la trilogía no han servido para nada porque nos han puesto el mismo final a todos”. Bueno, pues hay que reconocer que hay parte de razón en esta afirmación, pero tiene un porqué. En mi opinión, hemos permitido tantas veces, hasta el punto de tomarlo como lo normal, los finales donde un solo hombre se lleva todo el mérito al llevar a cabo las acciones más increíbles que hayamos visto nunca, que parece que hayamos perdido la capacidad de recibir finales distintos a esos. Los finales al estilo Disney, donde el chico acaba con la chica, el malo muere, todos los buenos se salvan y comieron perdices tampoco ayuda.
Según estuve leyendo, quienes hicieron el final de Mass Effect 3 fue un equipo distinto al grupo de guionistas original (no sé cuánto de cierto hay en esto) y es por eso que, tras el descontento generalizado, Bioware decidió sacar un DLC con un nuevo final. Sinceramente, desconozco todo esto porque ignoré por completo todo este circo que se montó en aquel momento. No me he molestado ni lo más mínimo en conocer este “verdadero” final porque para mí, la trilogía Mass Effect acabó en el momento en que terminé el último título y lo hizo de la mejor manera posible.
Al final, tenemos que tomar una última decisión. Lo curioso es que, eligiendo cualquiera de las tres, veremos una cinemática algo distinta, pero el final será siempre el mismo: la galaxia pierde la guerra contra los segadores. Yo no pude creer que una empresa hubiese tenido los cocos de poner semejante final a un videojuego como este. Pero efectivamente los tuvieron y fue gracias a esto (entre otras cosas) como esta trilogía se convirtió de manera instantánea en mi videojuego favorito.
Sé que es realmente duro asimilar que todos nuestros esfuerzos no han servido para cumplir nuestros objetivos. Pero por más que duela, la vida a veces es así. En ocasiones se gana, otras se pierde. Y cuando tienes que enfrentarte a un número casi ilimitado de seres pertenecientes a una raza claramente superior, que aparece cada 50.000 años para erradicar a las razas predominantes en la galaxia y restaurar el equilibrio en el universo… ¿de verdad alguien creyó que podría romper el ciclo?
Realmente, hablar de cualquier otro juego o película similar sería seguir dándole vueltas a los spoilers y eso sería irme del tema. Por supuesto no es Mass Effect el único videojuego que tiene un final trágico, realista o como lo queráis llamar, pero decidí tomarlo como ejemplo por las quejas que generó. La mayoría de la comunidad quería nuevamente otro desenlace en el que, contra todo pronóstico, fuésemos capaces de plantarle cara a un colectivo que lleva dedicándose a su misión durante sabe dios cuánto. Porque claro, los humanos somos imparables gracias al poder de la amistad, el amor, el coraje, el patriotismo, las ganas de superación… todos estos valores se nos transmiten en cada una de las grandes producciones. Y ojo, que no está mal, puesto que el cine y los videojuegos pienso que están destinados a darnos ese extra en nuestras vidas. Pero también creo que no hay que caer en la monotonía y la simpleza de los mismos finales. Una historia que no acabe como todos quisieramos que acabase no la convierte automáticamente en un desenlace desastroso. De hecho, a causa de ello, hay muchísimos filmes, videojuegos, libros, series, etc que han dejado un sabor bastante agridulce en las bocas de quienes esperaban otra cosa.
Así pues, ¿qué pensáis vosotros de este tipo de finales? ¿Sois de los que os gusta que todo acabe bien o por el contrario, preferís que de vez en cuando el final no sea tan idílico?
