Las películas y los videojuegos comparten una larga y profunda relación de amor y odio desde la década de los ochenta. Más o menos cuando aparecieron las primeras videoconsolas y los primeros microordenadores personales, no ha habido película de éxito taquillero que no se viese versionada para el mundo del entretenimiento digital, o por lo menos eso sucedía en los ochenta y hasta mediados de los noventa.
Plataforma: PC y Mac
Desarrolladora: Reality Pump
Distribuidor: Topware Interactive
Fecha de Lanzamiento: 14 de diciembre del 2012
Género: Acción, Naves Espaciales, Ciencia Ficción
Idioma: voces en inglés y textos en español
Precio: 19,98€ (Steam) y 4,38€ (Bundle Stars con otros nueve juegos)
Versión utilizada para el análisis: PC
Por desgracia, podríamos decir que la mayoría de adaptaciones fílmicas normalmente daban como resultado productos de calidad mediocre (siendo muy condescendientes en nuestro juicio) y lo que en un principio significaba éxito de ventas asegurado, acabó convirtiéndose en sinónimo de (y pido perdón por la expresión) “bazofia videojueguil”. De esta forma, el género de los videojuegos basados en películas casi desapareció por completo o quedó relegado a productos para los más pequeños de la casa (los cuales no resultan ser un público tan exigente).
Como ya he dicho, más de 20 años han pasado desde que un juego resultado de la adaptación de una película o serie equivaliese a buen producto, y por desgracia, a pesar de algunas excepciones (véase Indiana Jones y la Última Cruzada, Batman, Robocop, Rambo III y ya si no queremos alejar la edad dorada de los videojuegos tenemos Blade Runner, El Señor de los Anillos o quizás The Warriors), la situación parece seguir sin alterar mi escéptica opinión.
Es por ello que cuando tuve ante mi Iron Sky: Invasion ya temía encontrarme con un nuevo representante de la mediocridad absoluta. Es verdad que estando de por medio Reality Pump había dos posibilidades: o el juego era directamente malo, o muy prometedor, pero que se desinflaba a causa de los infinitos problemas de jugabilidad. Por desgracia ha sido lo primero, aunque con cierto número de sutiles destellos de diversión, ya que, a veces, incluso los peores juegos demuestran cumplir un objetivo que muchos tendemos a ignorar; entretener y divertir al jugador lo suficiente como para que invierta su preciado tiempo libre en él.
Es una pena que una compañía como Reality Pump, que tiene en su haber creaciones que a mi parecer son realmente buenas, como Earth 2150 o las dos sagas de Two Worlds, no haya logrado obtener un juego que nos haga cambiar la opinión de que es una compañía que siempre parece tener grandes ideas que nunca logra llevar a cabo de manera adecuada o con éxito.
En este caso, Iron Sky: Invasion es un juego de naves espaciales totalmente de acción. Es decir, absolutamente nada de simulación y un montón de disparos alocados para derribar cualquier cacharro que pueda ser fijado en nuestro punto de mira. Así de simple, pero que permite unas cuantas horas de entretenimiento (aunque no muchas tampoco).
Argumento
La historia, a pesar de todo, es buena. O por lo menos la idea en si tiene bastante gracia, pues imagina que tras la derrota de los nazis en la Segunda Guerra Mundial, el mundo respiró aliviado al creer que con la caída del Tercer Reich a manos de los aliados, la amenaza del social nacionalismo se convertía en polvo, igual que las ruinas que este imperio del mal dejó tras su derrota. Por desgracia, la cosa parece que simplemente se quedo en un descanso que estos se tomaron para hacer un viajecito secreto a la luna, establecer allí una base donde lamerse las heridas, recuperar fuerzas y desarrollar una extraordinaria tecnología de naves espaciales con la capacidad de arrasar la Tierra si esta no se rinde ante el terrible alzamiento del Cuarto Reich.