Sonido para un mundo mágico
Me ha gustado mucho como han llevado el tema del doblaje del juego. La verdad es que todo Tinkerworld habla un idioma completamente ininteligible, y la única forma que tenemos de comprender los que se habla es gracias a unos bocadillos hechos de cartón que aparecen flotando al lado del personaje que habla. De esta forma, por un lado se refuerza la sensación de un mundo hecho, como bien he dicho al principio, de papel, pegamento y colores. Y además salvan el complicado escoyo de tener que hacer una localización de audio para la mayoría de países, pues de este modo, solo es necesario traducir los textos que llenan los bocadillos.
El otro apartado del sonido son los efectos especiales, que cumplen a la perfección su cometido de hacernos escuchar todo lo que sucede en la pantalla de manera correcta. Creo que este es el único apartado donde la mayoría de diseñadores no suelen meter la pata.
Y por la música, pues tenemos una banda sonora sencilla, sin grandes alardes, que ayuda al jugador a meterse en el juego y disfrutar con las bonitas melodías que acompañan a toda la historia.
Un viajes lleno de saltos
Si bien la historia no es del todo infantil, siempre y cuando veamos las moralejas ocultas tras el guion, el apartado jugabilidad por desgracia si está casi directamente dirigido a los más pequeños de la casa, pues a pesar de ser un juego de plataformas con toques Hack & Slash, la verdad es que resulta casi completamente automático. El personaje realiza todos los movimientos acrobáticos, saltos y volteretas con solo mantener presionado un botón y por lo menos estar encarados hacia la dirección adecuada. Por lo que si te caes es porque no has encarado bien el personaje o porque no has apretado el botón en el momento justo (aunque esto último solo se da en media docena de casos mal contados). Lo mismo sucede con los combates: no existe la posibilidad de combinar tipos de golpes, e incluso ni siquiera tienes que encarte al objetivo, pues el juego automáticamente encara al atacante más cercano, algo que en algunos momentos resulta bastante molesto cuando tu intención es centrarte en el bicho más peligroso y el juego decide pasar de ti y lanzarte con el que más cerca esté en ese instante.
El juego nos plantea cuatro tipo de dificultades: para niños (obscenamente fácil), normal (sigue siendo facilísimo), difícil (muy fácil) y muerte inmediata (dificultad media, especialmente en ciertos saltos extremadamente calculados, pero tampoco va a suponer un reto excesivo).
El juego es compatible con el mando de Microsoft, pero da problemas de compatibilidad con otros mandos. Pero por suerte, el juego tiene implementado el uso del teclado y el ratón de manera magistral, con lo que realmente no es necesario el uso de un joypad, a no ser que seamos muy tiquismiquis a la hora de jugar.
He detectado algunos problemas de colisión y de bloqueos a la hora de recorrer los escenarios, pero es una suerte que los chicos de Mimimi Productions hayan pensado en la posibilidad de acabar atrapados entre paredes y objetos y se nos ha dado la posibilidad de restaurar el personaje al punto de control más cercano.
La verdad es que a estas alturas no creo que sea necesario explicar cómo se juega a este tipo de videojuegos, pues todos más o menos manejan la misma dinámica y ya digo que, en el caso de The Last Tinker, incluso resulta demasiado fácil para aquellos a los que se les dé bien los juegos de plataformas.
Como la mayoría de los juegos de este género, carece de modo multijugador, con lo que la vida del juego se reduce bastante. Después están los logros si nuestra versión es de la plataforma Steam, que pueden ser un reclamo para aquellos jugadores que sientan la necesidad de obtenerlo todo para quedarse tranquilos, pero aun así podemos añadir una cuatro o cinco horas más ya que algunos logros tienen realmente mala idea.
Gusta, pero sabe a poco
La verdad es que tras completarlo, tengo que reconocer que The Last Tinker me ha sabido a poco. La historia me ha gustado, el protagonista tiene su gracia e incluso le puedes tomar cierto cariño. Los espíritus de los colores son majos y muy bien diseñados, y la aventura tiene ciertos retos, pero resulta demasiado fácil… excesivamente fácil, y eso que para que resultase un reto lo he puesto en dificultad muerte inmediata, pero ni así ha logrado resultar una experiencia retadora.
Por desgracia The Last Tinker: City of Colors acaba sabiendo a poco y dejando un regusto de insatisfacción. La historia cumple bastante bien con su cometido, los gráficos adornan el pastel a la perfección, pero la durabilidad y la excesiva falta de dificultad hacen que el juego poco a poco se vaya haciendo aburrido. Se echan de menos niveles más elaborados, puzles más complicados y variación en la jugabilidad, no limitándose a obligarnos a patearnos los escenarios o tener que hacer monadas para poder llegar a determinadas plataformas. A estas alturas y con la suficiente cantidad de juegos de este género ya editados, aquellos que no se inspiran los éxitos de otros (no digo plagiar, pues eso está muy feo), simplemente acaban cayendo en la mediocridad.
The Last Tinker es la primera gran producción de Mimimi Productions, un pequeño estudio alemán que ha decidido entrar en la liga de los pesos pesados que son los compatibles y las consolas, pues hasta la fecha, este pequeño estudio se había centrado en los videojuegos para móviles. Por desgracia, la historia de Mimimi no será la de un estudio desconocido que de la noche a la mañana saca un videojuego que los convierte en el centro de atención mediático del momento. Parece que Mimimi Productions va a tener que seguir la senda difícil, es decir, trabajar mucho y ascender poco a poco si demuestran tener la misma constancia y buen hacer que hasta ahora.
Ya que su ópera prima: The Last Tinker no es malo, pero por desgracia tampoco es excelente. Yo lo valoraría como un juego adecuado, cumpliendo su objetivo que es entretenernos por unas horas, lo cual es más de lo que algunas grandes producciones consiguen. Además, va acompañado de por un precio de salida al mercado bastante ajustado, con lo que resulta una interesante opción si en casa hay niños pequeños que están comenzando a introducirse en este fantástico mundo de los videojuegos.
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