Seguramente muchos no sabréis que originalmente Devil May Cry iba a ser un nuevo Resident Evil, pero que al cambiar su concepto poco a poco, dio a la pasada generación tres de los mejores Hack & Slash que podemos jugar hoy en día en una consola. El origen de Devil May Cry fue accidental y por lo tanto quiero pensar que este DmC: Devil May Cry (DmC 5 según dicen unos cuantos) es un accidente en la historia de este Cazador de Demonios.

Desde el 2001 que salió a la venta el primero ha llovido mucho, Dante ha cambiado de aspecto una y otra vez: teniendo su abrigo con chaleco en Devil May Cry (2001); en el Devil May Cry 2 (2003) un traje al estilo Neo de Matrix; en Devil May Cry 3: Dante´s Awakening (2005) siendo más joven algo un poco más “rockero” sin camisa, y en Devil May Cry 4 (2008) una mezcla de abrigos entre el 2 y el 1. Todos estos guardan una relación: son rojos con matices negros que hacen que sean bonitos y agradables a la vista.

El pasado día 15 de enero de 2013 se puso a la venta lo último de Capcom y Ninja Theory, DmC: Devil May Cry. Este juego no ha sido desarrollado por Capcom, esta vez ha metido mano Ninja Theory y ha dado su versión del inicio de Dante con mucha polémica entre medias. Esa polémica a la que me refiero es debida al cambio de aspecto, pasando de ser un “rockero” a un adolescente “emo-punk”. Acertada o no, es criterio de uno mismo.

Plataforma: Xbox 360, PlayStation 3, PC
Desarrollador: Ninja Theory
Distribuidor: Capcom
Fecha de lanzamiento: 15 de Enero de 2013 (Xbox 360, PS3); 25 de Enero de 2013 (PC)
Género: Hack & Slash, Beat em Up
Precio: 49,95€
Versión utilizada para el análisis: Xbox 360

Historia

Mundus (sí, Mundus) es el demonio rey que domina el mundo. Tiene en su mano toda la economía del planeta y es capaz de hacer que hasta los mismos presidentes le paguen una trillonada, a base de un refresco llamado Virility y un canal de noticias. Pero esto no le preocupa a Mundus, lo que realmente le preocupa es que alguien pueda derrotarlo; para ello, ese alguien tiene que ser un Néfilin, hijo de madre ángel y padre demonio.

Dante aparece de fiesta, bebiendo y bailando en una discoteca. Tras cerrar la discoteca, se va con dos señoritas que se encargan de que duerma bien durante toda la noche. Cuando se despierta, herido todavía por su “baile privado” nocturno, este escucha una llamada a la puerta de su caravana; en ese momento se presenta Kat (la chica DmC), una bruja entrenada por el mismísimo Vergil, que alerta a Dante sobre la que se le avecina.

La historia de DmC es un poco más floja que en los anteriores Devil May Cry y, además, cambia aspectos de los personajes principales que antes eran una norma en la franquicia. Un ejemplo de ello es cambiarle los orígenes a Dante y a Vergil: ya no son medio humanos y medio demonios, ahora son hijos de un ángel llamado Eva y del demonio Sparda; quizás lo hayan cambiado para darle más frescor a la nueva trilogía.

La cosa no solo termina aquí, sino que los chicos de Ninja Theory también han pasado por alto algunos detalles genéticos bastante relevantes en el juego ¿qué diferencia hay entre unos gemelos y unos mellizos? Los gemelos parten de una misma célula, crecen en la misma placenta y genéticamente son idénticos; los mellizos parten de dos óvulos distintos y crecen en dos placentas diferenciadas; por lo que no son genéticamente idénticos. Por lo tanto, Dante y Vergil en DmC son mellizos, ya que Dante tiene el pelo moreno y Vergil blanco tirando a rubio; el problema de esto es que prácticamente en todos los vídeos mencionan que son gemelos cuando, por razones obvias, no es así.

En los Devil May Cry cada arma tiene su sentido, por ejemplo, Rebellion y Yamato son las espadas que le dio Sparda a sus hijos,  estas espadas (como pudimos ver en Devil May Cry 3) están “ligadas” a sus almas. Estas despertarían su verdadero poder cuando los gemelos lo necesitasen, como hace Rebellion tras la pelea contra Vergil en Devil May Cry 3; no os preocupéis, eso aquí no pasa ya que Rebellion no es Rebellion (es una espadita larga con un muñón como empuñadura) y Yamato menos aún, ya que la usa de bastón, es negra y no tiene los diseños de dragones presentes en Devil May Cry 3 y 4. Nueva apariencia, nuevo diseño.

No solo cambia esto; tanto Ebony como Ivory, que parecían unas Colt 1911 con esteroides cambian, ahora son “más demoníacas” ¿de donde ha sacado Dante esas empuñaduras? Por desgracia y tras mal acostumbrarnos en los anteriores Devil May Cry, cuando Dante conseguía un arma nos enseñaba con una pequeña coreografía (a veces muy divertida) lo que era capaz de hacer esa arma. Sin embargo, en DmC: Devil May Cry, solo podremos ver un primer plano de las armas.

El gran jefe de los demonios y que la “lía parda” es Mundus (sí, la estatua del Devil 1) que aquí se ha convertido en una especie de “Kingpin”, igual de gordo e igual de mafioso. Este Mundus fue traicionado por Sparda (ALERTA SPOILER) y para vengarse mata a la madre de Dante y Vergil comiéndose su corazón (FIN DEL SPOILER). Ahora es dueño prácticamente del mundo gracias al poder que le da la Puerta del Infierno y el control sobre la población gracias a Virility y la Raptor News Network, protagonizada por Bob Barbas.

Una cosa buena que se puede sacar de la historia es la ambientación que crea, te hace vivirla, te mete más en el juego, empatizas más con ese nuevo Dante y la forma de actuar en ciertos momentos, tiene más diálogos y se sabe por qué se va a los sitios; al contrario que ocurría en los anteriores juegos.

Jugabilidad

La verdad es que en la parte de jugabilidad DmC: Devil May Cry se salva y con creces, simplemente porque es muy buena, un buen control y una buena interacción con el entorno.

En la parte del control, Dante se mueve muy bien: si apuntamos a la derecha va a la derecha, cosa que no ocurría en los anteriores Devil May Cry puesto que cuando cambiaba la cámara de posición el personaje se volvía lelo y tomaba una dirección distinta a la que le estábamos indicando con el joystick. Todo esto es gracias a la cámara, que se mantiene en el sitio idóneo en el momento justo. Esta cámara podremos moverla a nuestro antojo alrededor del personaje.

Los movimientos están bastante bien conseguidos, se mueve en el momento justo y ataca cuando se le ordena mediante los botones y en el orden en el que le demos. Además, cuenta con algo que en los anteriores no estaba muy bien conseguido: el poder esquivar, esto añade un poco de dificultad y tranquilidad en los momentos más tensos, ya que no es muy difícil quitarse del camino de la espada de los enemigos, lo complicado está en quitarse del camino de los diez enemigos que vendrán a pegarte.

Dante contará con tres armas a distancia y cinco “espadas” distintas: Rebellion, que es la espada que usaremos desde el principio; dos armas lentas que destrozaran todo lo que se ponga por el camino, y dos más ligeras que quitarán poco pero golpearán en un rango bastante más amplio. Las armas a distancia son Ebony e Yvory, con las cuales Dante mostrará que tiene los dedos muy entrenados.

En la interfaz con la que jugaremos, podremos ver arriba a la izquierda la barra de vida, y más a la izquierda de ésta, la “cara del tío de Watchmen”, que cambiará el color de los ojos según la arma que usemos (mode ironic on: súper útil, es más fácil fijarse en los diminutos ojos del tío que en el tamaño de las espadas). Abajo a la izquierda podremos ver las armas que llevamos en el momento. Lo que ocurre es que este menú no aparecerá hasta que no tengamos la segunda arma de una clase. En la esquina superior derecha veremos, como ya es habitual en los Devil May Cry, la clasificación del combate, pero esta vez con un añadido: abajo saldrá la puntuación que nos llevamos por los distintos golpes que iremos combinando. Bonita, sencilla y fácil de entender.

Al contrario que los otros Devil May Cry, en DmC cada arma tendrá solo entre seis y ocho combos que se activarán según lo que tardemos en darle al botón, pero esto no quiere decir que no se puedan hacer combos de cientos de golpes, ya que para intercambiar de armas solamente tendremos que pulsar uno de los gatillos (gatillo izquierdo para armas angelicales o rápidas y derecho para demoníacas o fuertes) soltándolos y pulsándolos para poner de manera instantánea esas armas en las manos de Dante. Para complicarles más la existencia a los enemigos, además, Dante contará con la posibilidad de atraer o ir hasta el enemigo con una serie de látigos, los cuales le ayudarán a interactuar con el camino.

Para mejorar las armas no contaremos con las almas rojas como en anteriores entregas, esas las usaremos para comprar objetos como las gemas verdes, moradas, amarillas o los potenciadores de vida y aumentadores del trigger. Solo podremos subir las armas cuando obtengamos los puntos de mejora que se conseguirán conforme se eliminen los enemigos y solo en los puntos de compra o al acabar la misión.

Al contrario que en anteriores títulos, aquí no tendremos misiones secundarias, simplemente habrá puertas que se abrirán con distintas llaves (platino, oro, plata y cobre) con las que accederemos a una zona donde tendremos que cumplir el objetivo pautado, tras conseguirlo, nos darán nuestro premio. Además de buscar esas llaves, habrá almas que tendremos que encontrar para liberarlas a base de espadazos y que nos contarán para la puntuación final.

Como no podía ser de otro modo, Dante, tras liberarse, será capaz de sacar todo su potencial convirtiéndose en una versión de él mismo de los juegos anteriores. Durará poco tiempo, pero a cambio obtendrá mucho poder y una regeneración de vida acongojante.

Dante debe morir y Heaven or Hell son dos de los modos más famosos que tienen los Devil May Cry; pues bien, DmC igual los posee y añade uno a la colección, ‘Infierno e Infierno’ donde Dante tendrá un golpe para morir y los enemigos la misma vida como si estuviésemos en dificultad normal. Todo esto añade jugabilidad, haciendo que DmC sea un juego bastante rejugable.

Gráficos

Gráficamente hay que reconocer que es espectacular, un trabajo muy bien hecho. Cuando Dante se transforma todo se vuelve gris, salvo el rojo de su gabardina, de fondo se puede ver hasta el aire como si estuviera dentro de un tornado.

Los enemigos están bastante bien, hay mucha más variedad, no siempre son los mismos. Si pegamos un golpe a los enemigos veremos como saltan chispas, incluso al destruirlos llegaremos a verlos como se parten, salta la sangre y se caen hechos cachitos antes de tocar el suelo.

Las pantallas de carga se verán animadas por dos sombras, una de ellas Dante y la otra un enemigo simple, en la que la sombra de Dante zurrará a la otra con combos muy largos y espectaculares; mientras que debajo salen distintos consejos que nos vienen muy bien para mejorar la puntuación final e incluso nos darán alguna que otra pista.

La gravedad es algo que no les preocupa, solo hay que ver la imagen anterior: en ciertas partes del juego y tras entrar en el Limbo (la zona demoníaca del mundo real) todo cambiará – ocurre automáticamente -, las paredes se caerán, los suelos se destruirán, los fondos pasarán de ser de un tono normal a volverse muy coloridos y pasaremos de ver a la gente caminando por las calles a visualizar simples sombras de estas personas que no estarán al tanto de lo que ocurre en el otro mundo.

Sonido

En este aspecto cojea un poco DmC: Devil May Cry, el doblaje no está muy bien y resulta incómodo en algunos momentos. Afortunadamente, esto se puede arreglar cambiando el idioma al inglés, que no esta mal del todo e incluso al italiano para echarnos unas risas al oír a Dante decir “Ma puoi chiamarmi Dante, l´assassino di demoni”. Sin embargo, hay que destacar que todo esto no arreglará las desincronizaciones con los vídeos, que en alguno ni se escucha lo que aparece en los subtítulos o incluso se escucha antes de verles mover la boca.

En cuanto a la banda sonora como en todos los Devil May Cry está bastante bien, cierto que la del Devil 3 parece mucho mejor apriori, pero esta no se queda del todo atrás: la música cañera acompañará los momentos más tensos. Nos ha gustado mucho.

Los efectos de sonido también están bastante conseguidos: los golpes suenan en los momentos exactos, al contrario que las voces. Los flashes y rugidos de enemigos también son acertados y prácticamente todo suena cuando tiene que sonar.

Conclusión

En resumen, el juego no está mal, aunque la historia cojea un poco respecto a las originales, no deja de ser un reinicio de franquicia. Sin embargo, este juego se hubiese llamado vamos a poner “The cry of the Nephilins” y todos los nombres del juego hubiesen sido cambiados, sería una nueva franquicia muy buena, muy interesante y llena de vida. El aspecto de Dante está hecho para que les guste a esas niñas de hoy en día; lo peor es su forma de hablar: los chistes son burdos, malos y salvo uno o dos, no se salvan ninguno ¿donde estará la personalidad del otro Dante que vacilaba a los jefes de una manera más sutil?

Lo mejor de este juego es sin duda el precio de salida (49,95€) y que por lo menos la gente de Ninja Theory haya respetado el nombre del primer jefe final del primer Devil May Cry, esto puede ser porque tengan planeado una segunda parte en función de cómo se venda esta. Otra cosa que hay que añadir, no esperéis pasaros el juego en más de 10 u 11 horas, la historia principal tiene una duración total de 21 misiones o unas 7 u 8 horas. Hacer que dure más solo es cuando te lo quieres pasar en otros modos.

Para terminar, el juego es bueno siempre y cuando no hayáis jugado a los 4 anteriores, en ese caso la opinión respecto a este cambiará completamente, a no ser que os lo toméis como un nuevo juego que tiene los mismos nombres, como si del Dante´s Inferno se tratase ya que ambos tienen algo que ver con la Divina Comedia de Dante Alighieri; si habéis jugado siempre os podréis comprar el DLC de los trajes para hacerlo, podéis verlos pulsando aquí. Si queréis que vuestros hijos sean felices con este DmC, decidles que no existen ninguno de los anteriores: así protegeréis su inocencia y disfrutarán más.

Como dijo un gran hombre “A veces hay que correr antes que gatear”.

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