Análisis Dark Souls

Para principios de 2010, casi nadie había oído o conocido From Software. Esta pequeña compañía de videojuegos parecía pasar desapercibida ante los ojos del mundo. Eso fue hasta que Bandai Namco se encontró con la propuesta que les dejaron sobre la mesa y decidieron sacarla adelante, apostando fuerte por este pequeño conglomerado. Ese mismo año, Demon’s Souls se catapultó a la fama por ser uno de los mejores juegos en aquellas fechas, demostrando una historia sombría, una ambientación tenebrosa, monstruos salidos de las peores pesadillas y una jugabilidad desafiante hasta el límite. Parecía ser un título único, destinado a quedarse como una de las grandes joyas de Ps3. Y en realidad así es a día de hoy, pero si hay algo que jamás se debe dar por sentado en el mundo de los videojuegos es que “los juegos no pueden mejorarse”. Gran error quien se lo crea.

En 2011, From Software, de la mano de nuevo de Bandai Namco, lanzó al mercado Dark Souls, una continuación sin ser continuación del espectacular mundo de almas, monstruos y temática medieval oscura del que hacía gala su antecesor. El juego se convirtió en un éxito de ventas, lo que obligó a Bandai Namco a preparar una secuela, salida años después, y hasta una tercera entrega, que se está disfrutando en las consolas desde hace mes y medio. No hay duda de que la muerte es un tema que atrae a los gamers, sobre todo si juegos así son capaces de ponerle un verdadero desafío.

DarkSoulsDLC

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Plataforma: PlayStation 3, Xbox 360 y PC
Plataforma analizada: PlayStation 3
Género: Action RPG
Desarrollador: From Software
Distribuidor: Namco Bandai
Fecha de lanzamiento: 7 de octubre de 2011 (Europa)
Idioma: Textos en inglés y castellano, voces en inglés

HISTORIA – EL RELATO SE CUENTA EN LA HOGUERA.

En un principio, no hubo más que ciudades, guerreros, reyes y vanidad por doquier. Hasta que los dragones dominaron los cielos y quemaron las tierras de todos. Fue entonces cuando se engendró algo que podía suponer la salvación: el Fuego, un elemento tan natural como tremendamente fuerte. Diversas personas y engendros se hicieron con el poder del fuego para hacer frente a los dragones, y tras años de cruentas batallas, el legado de esos seres perdura solo en el ancestral miedo a que resurjan de sus cenizas.

Pero debido a la vanidad del hombre, una terrible maldición asoló a los humanos, dejándolos a merced del Signo oscuro. Todo aquel marcado por ese emblema se convertía en un No Muerto, un ser maldito condenado a vivir y a morir sin descanso, hasta el día en que alguien enlace el fuego a los humanos. Muchos son los que han intentado romper la maldición y volver a ser personas normales, pero si no los matan los demonios que campan a sus anchas, lo hace la cordura que pierden, convirtiéndose en Huecos, vagando para siempre en su locura.

Es entonces cuando un solitario guerrero, encerrado en lo más profundo de un refugio de no muertos, entiende verdaderamente su situación. El narrador, imperturbable, le recuerda que se quedarán ahí “para esperar hasta que llegue el fin del mundo”. Pero no sabe que también tiene un destino que cumplir. No sabe que emprenderá un viaje a la antigua tierra de los dioses, Lodran. No sabe que de sus acciones dependerá la suerte del mundo y de los pocos humanos que queden. Solo sabe que puede elegir. Entre ser un guerrero como pocos… o un demonio como ninguno.

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Desde esta hoguera comienza nuestra historia…

JUGABILIDAD – EL ROSTRO QUE MARCA EL SIGNO OSCURO

Lo primero que tendremos a nuestra disposición al abrir la nueva partida es la posibilidad de crear desde cero a nuestro guerrero o guerrera ideal. Para ello, Dark Souls nos ofrece un completo creador de personajes donde podemos escoger a nuestro antojo los rasgos físicos, así como la clase que queremos que ejerza durante la partida: caballero, guerrero, monje, ladrón, mago…  además de un ítem de regalo que puede ayudarnos (o no) en nuestra próxima aventura. Una vez comience la historia y nuestro periplo, veremos que tendremos libertad para movernos por un mapeado enorme, vasto y lleno de peligros, en donde el menor descuido, una mala equipación y un movimiento en falso puede ser nuestra muerte… Y la pérdida de nuestra humanidad, convirtiéndonos en Hueco.

Para ello tendremos a nuestra disposición un repertorio enorme de armas de todo tipo, más de 100, entre espadas, espadones, sables, hachas, martillos, lanzas, arcos, varas de mago, látigos y diversos tipos de magia: luz, oscuridad, piromancia y milagros. Todo ello suplementado con una variedad enorme de armaduras: ligeras, de cuero, acero, piedra, hierro, latón e incluso de dragón. Todas son modificables a través de los herreros que encontraremos a lo largo de Lodran, siempre que tengamos un poco de Titanita a mano (el mineral que sirve de aumento).

Pero lo que realmente hace llevadero y muy peligroso nuestro viaje serán las Almas. Este pequeño, imperceptible e invisible elemento es la moneda de cambio durante todo el juego, así como el canalizador que usaremos para subir de nivel durante toda la partida. Y es que esa acción será necesaria para sobrevivir, dado que podremos aumentar nuestra fuerza física o mágica, resistencia, vitalidad, habilidad con las armas, magia o fe… todo ello acompañado con un aumento en defensa que podrá suponer la salvación o la derrota.

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A mayor el monstruo, mayor las almas.

Si hay algo que dolerá mucho en el juego será la muerte. La maldición nos impide morir definitivamente, por lo que la partida no termina si nuestra barra cae a 0. Lo que sí hará será quitarnos de nuestra Humanidad (algo que conservaremos muy poco si vamos sin cuidado, y que anda muy escaso) y de todas las almas que tengamos en ese momento. Solo podremos recuperarlas si tenemos la fuerza de volver al lugar de nuestra muerte y reclamarlo, de lo contrario las almas que se tengan se perderán para siempre (algo que a bien seguro ha frustrado y frustrará a más de un jugador).

Los controles pueden resultar complicados al principio, pero con un poco de práctica se acomodará uno fácilmente a todo lo que podemos hacer. Un botón para mantener a un enemigo apuntado, dos botones de ataque (débil y fuerte), uno para pasar de una mano a dos, un botón de defensa si tenemos un escudo o vamos a dos manos, un botón para usar nuestro objeto equipado y otro para esquivar. Este último es el que más uso se le dará durante el juego, el cual dependerá de la equipación que llevemos y nuestra capacidad de aguante. Una armadura ligera nos permitirá rodar con rapidez, mientras que una excesivamente pesada nos lo impedirá por completo.

Añade a esa colección un enorme conjunto de objetos y anillos con diversos efectos y tendremos a mano al guerrero perfecto… o a un muro viviente.

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Muy útil si nos enfrentamos a los jefes…

OPCIONES Y ONLINE – EN TI DEPOSITO MI LEALTAD

Una de las funcionalidades que más llama la atención en el juego son los Pactos, algo que está muy estrechamente ligado con otra de las características que ofrece Dark Souls: el juego online. A través de internet podremos cooperar con otros jugadores o luchar contra ellos en combates PVP donde mediremos nuestra destreza y apostaremos nuestras almas. Gracias a unos ítems especiales, también podremos dejar mensajes en el mapeado que pueden “ayudar o confundir a guerreros de otros mundos”. Por último, podemos invadir mundos de otro jugador para luchar junto a el contra jefes en pos de un poco de Humanidad.

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Mucho ojo con los invasores… Son muy dados a fastidiar.

En esa coyuntura entran los Pactos que podamos encontrar con los pintorescos personajes de Dark Souls. Establecer un Pacto supone ofrecer tu lealtad y tus servicios a una facción del juego, lo que nos otorgará diversos beneficios en combate, y penalizaciones si hacemos algo que no debemos. Muchos de ellos nos enemistarán de inmediato con otras facciones, haciendo que los jugadores afines a dichos pactos nos marquen como enemigos si nos los encontramos. Si cumplimos bien con nuestra lealtad, se nos recompensará con objetos únicos, que podemos complementar con armas raras y especiales, algunas de las cuales sacadas directamente de las almas de jefazos.

Con el tiempo, ha salido un DLC que aumenta la historia y los escenarios del juego, pero no va a ser precisamente fácil. Para completarlo habrá que tener un buen nivel y mucha habilidad.

 GRAFICOS Y SONIDO – UN MUNDO DE OSCURIDAD ATRAPANTE

No podremos dejar de admirar el impresionante y hermoso mundo de Dark Souls. Toda la ambientación de la que hace gala el juego se ha hecho con el mayor esmero, poniendo énfasis en los escenarios, amplios y bellos, pero sobre todo en los enemigos que nos saldrán al paso. Cada uno tiene su propia forma de actuar y atacar, desde los humanos hasta los siervos más poderosos, entre los que se incluyen los jefes finales.

Y es que si hay algo que atrapa son las batallas que traen dichos jefes. Enemigos mucho más detallados, mucho más grandes y, sobre todo, muchísimo más poderosos que cualquiera. Algunos nos darán momentos de emoción (el Demonio del Refugio será el primero en caer bajo nuestro filo), otros son tan enormes que su tamaño basta para acabar con nosotros (Seath, el último dragón vivo, impresiona con su enormidad), aberraciones sacadas del mismísimo infierno y criaturas que no vendrán solas (si dos jefes a la vez resulta casi imposible, imaginad cuando nos encontremos con los Cuatro Reyes).

El agua, el barro y la tierra se amoldarán a nuestro paso y podrán incluso dificultar nuestro paso, haciéndonos mas lentos. Los entornos varían, desde castillos derruidos, ciudades amuralladas, bosques oscuros, pueblos subterráneos, catedrales inmensas y ruinas en medio de ríos de lava. En muchas ocasiones tendremos que medir nuestros pasos para no caer en algún saliente o precipicio, ya que todo el mapeado estará sin barreras que nos impidan morir de un descuido.

Un detalle que sin duda muchos oídos apreciarán nada más jugar es la música. Y es que uno de los grandes compositores del gremio, Motoi Sakuraba, dirige con batuta de hierro unas composiciones musicales dignas de un juego de este calibre. Aunque muchas veces el sonido sea ambiental, difícil será olvidar temas tan apabullantes como El Gran Lobo Sif o la batalla con Gwyndolin. Todo tema tiene un cuidado y un acierto impresionante.

CONCLUSIÓN

Si hay aspectos que se puedan recriminar de un juego tan difícil y a la vez tan adictivo es el hecho de que apenas hay guías o indicaciones que seguir. No hay una ruta predefinida para llegar a algún escenario o cumplir determinados objetivos, lo cual, llegado un momento, puede suponer una gran confusión. Aparte de este detalle, nos encontramos ante un juego que hará las delicias de aquellos jugadores que deseen poner su capacidad al límite, con una ambientación única, opciones de combate para todos los gustos y enemigos que nos dejarán una huella en nuestra mente. Dark Souls se consolida como el principio de una saga dispuesta a quedarse, algo que sin duda estamos presenciando ahora… y presenciaremos en el futuro.

Historia9
Jugabilidad8.5
Gráficos y sonido9
Online7.5
El juego tiene un frustrante nivel de dificultad, pero a pesar de ello posee un encanto atrapante que hará que lo juegues una vez, y otra, y otra... Un imprescindible para aquellos amantes de los desafíos.
8.5
Etiquetas acciónanalisisaventuraBandai NamcoDark SoulsFrom SoftwarePS3

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Maximilian

Maximilian

Joven no tan joven de los 90 con ligeros toques de frikismo y grandes dosis de consolas. Manga, anime, comics, libros... Si atrae, lo leo. Dando caña a los botones desde la SNES y continuando hasta la Ps4. ¡Y lo que queda!

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