Double Dragon regresa al mundo de los compatibles tras más de 20 años de silencio y un lavado de cara bastante impresionante. Y es que no puedo evitar sentir complejo de abuelo galleta cuando entre mis manos cae uno de estos juegos que ya vieron sus años de gloria en la década de los ochenta. Solo de recordar la cantidad de dinero que me dejé en aquellos salones recreativos, ya desaparecidos, se me escapa alguna que otra lagrimilla de tontorrona nostalgia; y, por supuesto, al rememorar posteriormente las incontables horas dedicadas a su adaptación a los pequeños 8 bits.
Plataformas: PC, PS3 y Xbox 360
Versión utilizada para el Análisis: PC
Desarrolladora: Wayforward y Abstraction Games
Distribuidor: Midnight City
Fecha de Lanzamiento: 6 de febrero del 2014
Género: Beat’em up, Acción, Aventuras, Ciencia Ficción
Idioma: Inglés
Precio: 9,99€
No pienso caer en el tópico de tratar de explicar las diferencias generacionales de los videojuegos. Simplemente basta decir que uno de los precursores del género beat’em up, o comúnmente conocidos como juegos de dar tortas a diestro y siniestro, fue Double Dragon. Además, posiblemente fue uno de los primeros en permitir a dos jugadores compartir la pantalla, la historia y las tortas. En definitiva, de aquella primera saga ha llovido ya mucho y una gran variedad de juegos han continuado este sendero para bien o para mal.
Lo sorprendente es que, tras ya más de 20 años, la historia se repite, y aquellos géneros casi desterrados, de nuevo vuelven a retomar, si no todo el protagonismo, sí el suficiente para ganarse un hueco bastante destacable entre las nuevas generaciones de “jugones”, algo que por supuesto agradecemos enormemente aquellos de nosotros que tuvimos la suerte de ver la primera generación y, en cierto modo, echábamos de menos el espíritu de aquellos primeros videojuegos que únicamente tenían la sencilla intención de entretenernos durante el tiempo que lográsemos mantener viva nuestra inversión en la máquina.
De nuevo me han secuestrado a la chica
Esta es la única parte donde la cosa no parece haber evolucionado (lo digo por los posteriores apartados del análisis donde sí se nota el paso de los años), pues de nuevo la razón para que nuestro protagonista Billy y su hermano gemelo Jimmy decidan partirle la crisma a todo bicho viviente, es que Marian (la novia de Billy) ha sido secuestrada. Debido a ello, vamos a tener que recorrernos medio planeta para rescatarla y, de camino, poder descargar toda nuestra mala leche contenida en todo aquel que intente impedirnos recuperar a Marian.