El juego más fluido que probarás. Te enganchará hasta sacarte de quicio.
Neko Entertainment nos trae Puddle, una de las propuestas más originales y llamativas del panorama indie. En él tendremos que conducir un líquido desde el punto A hasta el punto B, inclinando para ello el escenario de manera que cada gota vaya en la dirección en la que deseamos. Parece fácil, ¿verdad? Pues prueba a hacer pasar medio litro de agua por encima de una estufa sin que ésta se evapore. Con una mecánica simple, pero efectiva, consigue mantener pegado a la pantalla a cualquiera con un poco de orgullo torero. Ya sabéis, aquello de yo me paso esto por mis santos…
Plataforma: PC
También para: XBOX360, PS3, Vita, Android, WiiU
Desarrollador: Neko Entertainment
Distribuidor: ENJMIN
Fecha de lanzamiento: 18 de octubre de 2012
Género: Puzzle / Plataformas
Idioma: Textos en castellano
Requerimientos mínimos.
Sistema operativo: Windows (XP, Vista, Windows7)
Espacio libre en disco: 650 MB (Recomendado 1 GB)
RAM: 512 MB
Tarjeta gráfica: Compatible con DirectX 9.0c
Un minuto para aprender, una vida para perfeccionar
Nada más empezar a jugar, uno se da cuenta de que los controles no van a suponer un quebradero de cabeza. Después de un breve vídeo introductorio en el que se nos presenta el primer líquido que conduciremos (café), podremos leer las particularidades del elemento que recorrerá el nivel en cuestión y nos indicarán que debemos inclinar el escenario entero a izquierda y derecha para llevar el máximo volumen de fluido hasta la salida. En cuanto a historia y trama no hay mucho más que añadir, salvo estos pequeños vídeos que nos llevarán de capítulo en capítulo, sirviendo de hilo conductor y nexo entre los distintos líquidos que guiaremos, cada cual con sus propiedades y, por llamarlos de alguna manera, enemigos particulares.
Y es que, al contrario de lo que su nombre puede llevar a pensar, Puddle no es sólo un juego de puzzles. También es un plataformas, y de los dificilillos, más bien. Sus peculiares protagonistas tendrán que saltar por encima de extensos vacíos, sortear zonas peligrosas y, por qué no decirlo así, sobrevivir hasta alcanzar la meta. Un medidor situado en la parte superior izquierda de la pantalla nos indica la cantidad de líquido mínima que tendremos que depositar en el recipiente/desagüe/agujero-en-general. Si el volumen baja por debajo de ese mínimo, el nivel terminará y tendremos que volver a empezar.
Con muchas trampas. Sin puntos de control.
Una de las cosas que llevará a la desesperación a más de uno es la total ausencia de checkpoints. Si combinamos esto con la cantidad de trampas en las que podemos meter la pata o perder más de la mitad de nuestro líquido simplemente por no verlas venir, ¿para qué queremos más? Sin duda esto es lo que convierte a Puddle en un juego tan adictivo, las sorpresas y esa vocecita que todo buen jugón tiene en su interior que dice: No pasa nada, no te la esperabas, vuelve y lo haces bien. Lo frustrante viene cuando vuelves y lo haces mal, una y otra vez, y sólo quieres llorar y romper la pantalla de un puñetazo. Pero es precisamente lo desafiante que resulta lo que hace de este juego algo tan especial. Hace que nos rompamos la cabeza, su dinamismo nos obliga a estar atentos a todo en todo momento para que no se nos escape ni un atajo, ni una tubería secundaria; y nos absorbe de tal manera que no podemos dejar de jugar.
Aún así, no te preocupes, puedes llorar. La gente de Neko debió darse cuenta en algún momento del proceso de desarrollo de lo exasperante que resulta su juego a veces y decidió añadir la opción de llorar y pasar de nivel en el menú que se nos muestra cada vez que fracasamos. Pero, ¿se puede hacer siempre que quieras? Sí, claro, ¿y llegar al final a base de lágrimas? Que te lo has creído. Al principio del juego disponemos de cuatro lloros, que podremos utilizar cuando queramos, pero tendremos que terminar los niveles en los que hayamos llorado para recuperarlos. Esto nos obliga a sufrir con casi todos los escenarios que nos han preparado, que para algo se los han currado, digo yo.
Fluye, salpica, se evapora.
Gráficamente, el juego se hace notar. A pesar de que los líquidos puedan verse un poco artificiales o no parecerse en absoluto a lo que la ficha del principio del nivel dice que es, la mecánica de fluidos está muy conseguida y se ve un claro trabajo detrás de ella. Si el líquido es altamente fluido, como el agua, salpicará, se separará en gotas y será difícil de mantener unido; si, por el contrario, es denso y compacto, se comportará como una especie de flubber y se moverá más lento. Los escenarios tienen el grado de detalle que cabe esperar en un título de estas características y las plataformas y trampas que sortearemos funcionan a la perfección; de modo que, si no eres capaz de terminar un nivel, no le eches la culpa a ese bug que hizo que la lava se congelase más rápido de lo normal, ¿entendido?
Si hablamos del apartado sonoro no se puede decir que el título destaque, pero sí que es bastante acertado. El glup glup típico de un líquido que cabría esperar en cualquier película para niños no suena artificial ni se puede decir que sobre; es más, le da ese toque gracioso y alegre que refuerza el sentimiento de que estamos jugando. La música está de fondo y se reproduce prácticamente sin que nos enteremos, pero se echaría de menos si no estuviera, pues acaba sirviendo para mantener a raya la bestia interior que ruge cada vez que perdemos litros en un salto que sabemos que sería capaz de sortear hasta nuestro primo de dos años.