Plataforma: PS3
Desarrollador: Sony Santa Monica Studio
Distribuidor: SCE
Fecha de lanzamiento: 13 de marzo de 2013
Género: Acción, aventura, hack’n slash
Idioma: Completamente español (incluye multilenguaje)
Clasificación: PEGI 18
El vengativo y despiadado espartano Kratos está de vuelta en nuestras Playstation 3. Sony Santa Monica vuelve a trabajar en su más famosa franquicia, para demostrar que God of War aún tiene algo que enseñar. Como es costumbre a lo largo de la saga, el puesto de dirección del proyecto ha rotado esta vez a Todd Papy, presente desde la primera entrega al igual que muchos otros.
Teniendo en cuenta el gran prestigio y éxito de los capítulos principales de la saga, el anuncio de la existencia de God of War: Ascension no fue una sorpresa. Pero los comentarios de sobreexplotación de la franquicia se dejaron oír, ya que el magistral cierre de la trilogía, con la tercera parte destiló altísimas cotas de calidad gráfica, épica y jugable. Con lo que una posible continuación se antojaba cuanto menos complicada.
Por esta razón, de alguna u otra forma, han decido indagar un poco más en los orígenes del sanguinario antihéroe. Sin olvidarnos de la gran novedad del título, que incluye la primera experiencia multijugador online en God of War.
Historia
El juego nos sitúa tiempo antes de que Kratos ascendiera al Olimpo, convirtiéndose en su primera aventura cronológicamente hablando, precuela de precuelas. El momento clave que recogen es el “vacío argumental” que existe una vez Kratos decide romper el pacto con Ares, el Dios de la Guerra. Han escogido a las Furias (versión romana de las Erinias griegas), representantes de la venganza y personificación del castigo, como engranajes de la trama principal. Encajando bastante bien en ese marco temporal en el que redescubrimos el origen del odio y motivaciones del temible guerrero, de forma que presenciamos en esta entrega el Kratos más humano de la saga. En el caso de God of War: Ascension, las Furias son tres hermanas que no responden ante los Olímpicos, pero encargadas de castigar a aquellos que hayan traicionado o roto un pacto de sangre con los Dioses. Con esta premisa, el posteriormente conocido como Fantasma de Esparta es perseguido por las Furias por desvincularse de Ares después de haberle entregado su alma.
Como novedad narrativa, el desarrollo de la aventura se compone de saltos en el tiempo o flashbacks, que van hilando los fragmentos del enfrentamiento entre Kratos y las Furias. Lamentablemente y sin que sirva de precedente, este recurso (aunque utilizado de forma interesante) provoca una pequeña incongruencia argumental, ya que los poderes elementales y mejoras de nivel que el jugador va consiguiendo a lo largo de la aventura no se corresponden con el marco temporal. Por ejemplo, si la primera parte del juego transcurre en el presente, Kratos debería poseer los poderes que obtuvo anteriormente para llegar hasta allí, y no es el caso.
El juego, por otra parte, supera la prueba de la tradición, con la que todo nuevo God of War tiene que lidiar: un comienzo espectacular. El primer escenario nos pone en una impactante puesta en escena, de enormes proporciones e intimidantes enemigos. En contrapunto, la ausencia del clásico minijuego sexual de la saga, no sentará bien a la mayoría, a pesar de deleitarnos con alguna tórrida escena. En cuanto a la documentación mitológica para componer la historia, Ascension es quizá el título de la saga que se toma más licencias a la hora de trasladar sus propias interpretaciones de distintas mitologías, personajes y monstruos al mundo God of war. La presencia de Orkos (originario de la mitología romana), el Juggernaut (el elefante es una animal que probablemente ningún griego jamás conoció) o incluso la integración de un personaje histórico como es Arquímedes (aunque rodeado de un mito) son ejemplos de ello.
Gráficos
Técnicamente el juego es brillante, luce incluso un paso por encima de su antecesor de sobremesa (algo casi impensable). Artísticamente soberbio, con un diseño de personajes y monstruos muy trabajados, siguiendo con la tónica de la serie. Las cinemáticas corren con el motor del juego como ya viene siendo costumbre en esta generación, acompañadas una vez más de animaciones de diseño propio (al estilo de la tercera parte) que ponen en contexto la historia.
Las animaciones de Kratos logran ser todavía más pulidas y precisas, a pesar de que se repitan numerosos movimientos ya vistos en la saga. Con los enemigos se ha conseguido una fluidez de movimiento asombrosa, destacando sobretodo el complicado diseño que ha supuesto la Mantícora al estudio, superando el desafío que supuso la Quimera anteriormente (ya que ambas criaturas presentan rasgos de animales y comportamientos distintos). En contrapunto, existen detalles técnicos algo imperdonables a estas alturas, como que Kratos siga corriendo estático al colisionar contra un obstáculo o borde de un abismo. Además en cuanto a esto, también surgen momentos donde no puede continuar por caminos por donde no debería haber problema, como cuando intentas retroceder a alguna zona aparentemente accesible.