El ensordecedor tableteo de la ametralladora
Si gráficamente Wargame: Red Dragon es maravilloso, en el apartado sonoro de nuevo Eugen se gana otro notable. Por un lado, los efectos sonoros son más que adecuados. Cuando estamos en medio de la batalla, las estruendosas explosiones nos dejarán abrumados, mientras no paramos de escuchar como las ametralladoras escupen balas por doquier. Además, todas las unidades respetan el idioma nacional al que pertenecen y, cada vez que ordenamos a alguna realizar una acción, esta nos responde con una frase recurrente en su idioma (o por lo menos eso espero, pues ni se chino, ni ruso, ni japonés, y poquito de inglés como para poder afirmar lo contrario). A esto le añadimos que el juego trae una nueva banda sonora realmente épica que acompaña las emocionantes batallas y que ameniza en los momentos de tedio en los que esperamos la aparición en el horizonte de nuestro enemigo. Pero lo bueno es que si lo deseamos, podemos disfrutar también de la música de los anteriores dos juegos. De esta manera podemos elegir entre jugar con la ambientación sonora de la nueva entrega o elegir la música de Wargame: Airland Battle o Wargame: European Escalation. Y si aún no estamos satisfechos, podemos disfrutar de todas a la vez, con lo que el sonido ambiental está bien servido para todos los gustos.
Distribuyendo las piezas del juego
Muy a mi pesar, la llegada de Wargame: Red Dragon no ha solventado muchas de las pegas que ya pudimos encontrar en Wargame: Airland Battle. Posiblemente la más frustrante es de nuevo comprobar cómo la inteligencia artificial de nuestras tropas brilla por su ausencia, o en el mejor de los momentos demuestran ser bastante obtusas. Digo esto porque muchas veces nos encontramos con que nuestras tropas se limitan a quedarse paradas mientras son masacradas por el enemigo simplemente por el hecho de no tenerlas dentro de su alcance de fuego o, lo que es peor, no posicionarse de la manera más conveniente para soportar el ataque enemigo. También digo esto especialmente por la experiencia de que, cuando desplegamos las tropas en la fase de despliegue, se nos obliga a hacerlo poniéndolas en una dirección preestablecida (algo incomprensible), y si por desgracia nos encontramos con que el adversario (véase ordenador) ha desplegado sus tropas cerca, las nuestras se limitarán a disparar (en el mejor de los casos), pero en ningún momento optar por ganar una posición más adecuada al enfrentamiento. El encaramiento de las unidades es algo especialmente importante en las unidades blindadas, pues el juego tiene muy en cuenta la localización de impactos y el ordenador es muy diestro moviendo sus unidades, mientras que nosotros nos vemos obligados a tener que estar pendientes de todas nuestras tropas y con ello se pierde, en cierta medida, la posibilidad de contemplar el escenario de la contienda desde una posición más parecida a un general.
Sin embargo, se han mejorado ciertas tropas que en anteriores entregas simplemente resultaban inútiles y poco recomendables, especialmente el caso de las unidades mecanizadas ligeras, que bien situadas pueden acabar con una compañía de tanques pesados; e incluso la aviación en ciertos momentos suele ser un factor decisivo para la victoria de uno de los contendientes. Por desgracia, de nuevo en nuestro caso solo es útil si el enemigo no cuenta con unidades antiaéreas, o de lo contario veremos cómo nuestros pájaros caen abatidos como moscas (esta eficiencia antiaérea no es la misma para nuestras unidades, las cuales demuestran una incompetencia mayúscula a la hora de abatir aviones enemigos).