29 de enero 2014
El 2013 ha dejado tras de si unas cuantas perlas en el mundo de los juegos ETR, y una que brilla más que cualquier otra es Wargames: Airland Battle.
El modo multijugador es posiblemente el apartado más destacable del juego. Se nota que ha sido desarrollado pensando más en este tipo de juego que en la campaña en solitario (que realmente se queda muy sosa). Actualmente, el número de partidas multijugador es muy elevado, por lo que no resulta difícil unirnos a alguna de ellas. Además, el juego nos permite crear nuestras propias partidas e invitar a nuestros amigos a que se unan, e incluso a medida que jugamos vamos ganando niveles de experiencia en nuestro perfil, que nos permite saber en todo momento que nos enfrentamos a jugadores de nuestras mismas capacidades.
Es aquí donde el juego saca su mejor cara, pues nos olvidamos de la tonta inteligencia artificial para enfrentarnos a oponentes humanos que hacen gala de grandes estrategias y garrafales fallos. Asimismo, como los mapas son realmente grandes, el hecho de que en uno de ellos se reúnan diez ejércitos de distintas naciones -con sus virtudes y defectos- crea partidas impresionantes llenas de batallas espectaculares. Por supuesto, si los componentes de los equipos se compaginan de manera adecuada, podremos asistir a majestuosas puestas en escena con despliegues estratégicos dignos de los grandes generales de la historia.
Otro de los puntos realmente interesantes es poder crear nuestros propios ejércitos, permitiéndonos escoger entre todas las unidades y sus múltiples variaciones para nuestros ejércitos personalizados. Así, a medida que jugamos, podemos ir adaptando el juego a nuestros gustos, preferencias y habilidad.
Puedo decir sin temor a equivocarme que Wargame: Airland Battle es uno de los mejores juegos de estrategia en tiempo real que he podido disfrutar en este último año. Tiene sus defectos (como todos), pero se ven completamente eclipsados por los puntos más brillantes del juego. La posibilidad de una estrategia real, donde debes planificar cada movimiento, donde estar en desventaja numérica no equivale a haber perdido, donde nada está decidido hasta el último segundo y que, a veces, una derrota equivale a una gran victoria los días posteriores.
Por supuesto, el hecho de contar con un apartado gráfico de quitar el hipo, donde muchas veces simplemente dejaremos que nos aplaste el enemigo para contemplar cómo todo el escenario salta en llamas tras la caída de decenas de bombas de racimo, hace que dudemos de encontrarnos ante un juego de estrategia.
Otro de los valores que más debo elogiar es el impresionante trabajo histórico del armamento empleado en esos años. Toda la maquinaria bélica de ambos bandos está perfectamente representado, todos los vehículos son los que en aquellos años fueron desarrollados y puestos en funcionamiento.
La pena es su limitada y bastante insulsa campaña para un jugador, unido al reducido número de escenarios y variedad de los mismos, pues mayoritariamente son rurales, demasiado verdes y siempre se desarrollan durante el día. Se hecha en falta escenarios más variados, la presencia de efectos climáticos adversos y, por supuesto, campañas nocturnas.
Algo que también es de agradecer es el hecho de que los DLC hasta ahora producidos son completamente gratuitos, con lo que añadir nuevas unidades a nuestros ejércitos resulta todo un punto a su favor rompiendo esta fea costumbre actual de exprimir al usuario de manera continuada.
Ya se encuentra anunciada la siguiente entrega Wargame: Red Dragon, donde encontraremos centenares de nuevas unidades y nuevos escenarios dentro del teatro bélico del Mar del Japón y Mar de China. Poco a poco nos irán desvelando todas las novedades que esta entrega conlleva, pero por las imágenes mostradas hasta ahora, el nivel de batalla incluirá unidades marítimas, completando por fin todos los entornos de combate de la actualidad.
A pesar de su próxima entrega, tengo que reconocer que Wargame: Airland Battle me ha dejado completamente impresionado. Hacía mucho, mucho tiempo que no encontraba un juego que requiriese mi total atención a la hora de preparar cada batalla. Es posible que debido a que requiere del jugador desplegar toda su capacidad estratégica y además no sea precisamente fácil de jugar, desilusione a aquellos jugadores de las nuevas generaciones de los ETR; pero para todos aquellos que echan de menos la estrategia en su estado más visceral, Wargame: Airland Battle es posiblemente uno de los mejores juegos de este último año y será difícil de superar en este 2014 que acabamos de comenzar.
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