Jugabilidad

Entramos en el apartado más importante del juego, y por desgracia y en este caso,  el peor. Sólo enumeraré algunos de los problemas más importantes, ya que tampoco se trata de tachar el juego de intragable, pero sí de poco pulido.

El primero de todos y con el que nos encontramos nada más empezar la primera misión (sin incluir el tutorial) es el diseño de las zonas de los mapas. Generalmente nuestra labor la ejerceremos ocultos entre la maleza de la selva. Hasta aquí correcto, puesto que lo más lógico sería pensar que vamos a tener que explorar el perímetro, encontrar un buen punto de disparo, asegurar la zona y efectuar el disparo. Pues bien, es justo todo lo contrario. De buscar por vosotros mismos el mejor lugar olvidaos. El mapeado es completamente lineal y además está lleno de caminos estrechos, por donde la maniobrabilidad y la variedad de opciones brillan por su ausencia.

Esto no supondría un problema si no estuviéramos frente a un género en el que deben primar los caminos alternativos y no los fijos. Sin embargo, en este caso afecta negativamente a la jugabilidad y elimina el apartado estratégico que podría haber tenido el juego. Y como podréis imaginar, a la hora de huir en cuanto nos pillen los malvados, tampoco lo tendremos nada fácil.

Nuestros enemigos, precisamente, son otro punto negativo. La inteligencia artificial no ayuda precisamente a la valoración general del título. El inconveniente no es otro que la irregularidad de los enemigos al detectarnos, por ejemplo; o parece que lleven detectores de calor y ven lo invisible, o pasas a escasos centímetros de ellos armando un escándalo impresionante y ni se inmutan. Lo triste es que no sólo los enemigos tienen problemas de bipolaridad, sino que también los sufren nuestros aliados controlados por la IA, siendo si cabe aún más incompetentes. En más de una ocasión supondrán un grave problema más que una ayuda. ¿Cómo es posible ésto? Pues porque nos detectarán por su culpa, ya que suelen disparar a quién no deben, en el momento que no deben, del modo que no debían. En ocasiones, incluso, simplemente echan a correr porque han avistado un loro.

El modo multijugador, por suerte, se lleva de un plumazo estos problemas de IA que plagan la experiencia individual. Sin embargo, estamos ante otro fallo. No del multijugador en si mismo, sino de la falta de modos de juego que aporten algo de variedad a la experiencia, que como tal no es mala, solo que a la larga se hace repetitiva. No obstante, los fans de los rifles de largo alcance puede que disfruten más de esta opción, puesto que les obligará a buscar una buena posición, permanecer inmóviles y eliminar al rival antes de que él lo haga con ellos. La gran dificultad será encontrar alguien con quien jugar o algún servidor donde hacerlo, ya que desgraciadamente suele ser complicado.

El tema de las físicas también sufre un caso similar al de la IA. Tan pronto parece el mejor sistema de físicas que hayamos probado nunca, como nos hace ver a Newton o Einsten revolverse en sus tumbas. Los factores a tener en cuenta a la hora de efectuar nuestro disparo serán la estabilidad del rifle (si estamos de pie, agachados o tumbados), el pulso cardíaco, la velocidad y la dirección del viento. Sin embargo, a veces parecerá que hemos sido entrenados en el mismísimo cuerpo de los marines de Estados Unidos, mientras que otras tantas nos quedaremos con la vista perdida, pensando en por qué la bala no ha llegado al punto que queríamos, si lo teníamos todo controlado.

Algo que de vez en cuando nos alegra un poco todos estos fallos es el bullet-time. Sí amigos, al más puro estilo Sniper Elite, aquí también se nos recompensará al efectuar un buen disparo con una secuencia bastante gratificante. Veremos cómo nuestro personaje aprieta el gatillo y cómo sale la bala del cañón, trazando toda la curva hasta impactar en nuestro objetivo. Esta animación no es tan detallada como en el caso de Sniper Elite, pero siempre es un espectáculo ver este tipo de escenas, ya que normalmente la acción ocurre tan rápido que nos perdemos la gran mayoría de detalles.

Otro aspecto, en mi opinión positivo, es que se ha querido quitar el ya estandarizado “life-regen“, típico de sagas como Call of Duty. De esta forma, volveremos a tener que depender de nuestro porcentaje de vida, el cual no irá subiendo a no ser que nos pinchemos una especie de inyecciones milagrosas.

 

Gráficos

El apartado gráfico le aporta algo de solvencia al título. El clima tropical en el que se desarrolla la acción a lo largo de toda la aventura ayuda bastante a crear una buena impresión en el jugador. Efectos de luz, vegetaciones, colores muy vivos en distintas tonalidades y el gran uso que se puede hacer de este escenario; selva, bases, campamentos ocultos, torres de vigilancia, ruinas antiguas, etc.

El juego utiliza el motor gráfico Chrome 4, el cual también hemos podido ver en entregas como el primer Call of Juarez. No obstante, a pesar de ser un motor ya bastante veterano, aquí se muestra como una muy buena solución gráfica. Sí que es cierto que en bajas resoluciones el juego no responde del todo bien en ciertos puntos, ya que no está del todo optimizado, pero en calidad media-alta no he visto ningún problema.

Las texturas en las que mejor se aprecia una buena calidad son las de ruinas mezcladas con selva. Al entrar la luz del sol entre los árboles, se crean escenas muy bien conseguidas. Los efectos violentos, muy buenos en los bullet-time, nos alegrarán la vista. Aunque al acabar dicha escena, los cuerpos no dejarán ningún tipo de rastro después de la cantidad de sangre que les ha brotado. Curioso.