El universo Indie es maravilloso, no porque sea una biblioteca inacabable de grandes juegos (donde hay de todo), sino más bien porque es el lugar donde las desarrolladoras pueden hacer el juego que les de la gana. Cómo sino íbamos a poder encontrar un juego como Dustforce, en el que controlamos a un grupo de barrenderos en su misión por salvar… quiero decir, limpiar la ciudad. ¿Y cómo encaja eso en un videojuego? Pues convirtiéndolo en un rápido plataformas de habilidad.
Plataformas: PS Vita, PS3, Xbox 360 y PC
Plataforma utilizada para análisis: PS Vita
Desarrollador: Hitbox Team
Distribuidor: Digerati Distribution / Capcom
Fecha de lanzamiento: 4 de febrero 2014 en consolas, enero 2012 en PC
Género: Plataformas, Habilidad
Idioma: Castellano
Dentro del género de juego de habilidad podemos considerar dos clases de estilos: uno donde el componente aleatorio es casi tan importante como la propia habilidad, ya sea por unas piezas o algún otro componente esencial que va apareciendo al azar, y otro totalmente opuesto, donde todo está colocado siempre de igual forma y nuestro objetivo es intentar completar la fase de la forma más rápida y/o eficiente posible.
Es en esta última categoría donde se encuentra Dustforce, creado por Hitbox Team originalmente para PC, que dio el salto escoba en mano a las consolas PS3, Xbox 360 y PS Vita, siendo esta última de la que estamos hablando. Como todos los juegos de habilidad “predefinidos”, el objetivo real no es tanto terminar una fase, sino intentar completarla de la forma más eficiente posible. Para eso tenemos que ver cómo se juega a Dustforce.
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Aprende a moverte escoba en mano
Como mencioné al principio, nuestro objetivo en el juego es limpiar la ciudad… Y ya está. Al igual que muchos juegos de habilidad, no tiene una historia detrás del juego. La ciudad se encuentra llena de suciedad y tenemos que limpiarla, tan simple como eso; nada de princesas que rescatar, mundos que salvar, ni un malvado enemigo al final del camino.
Para llevar a cabo esta tarea disponemos de un grupo de barrenderos de extrema rapidez y agilidad que van limpiando automáticamente la suciedad por la que pasan, y que corren, saltan, suben por las paredes e incluso andan por el techo como auténticos ninjas de la fregona. Cada uno de los cuatro barrenderos tiene características únicas, que el juego las califica como: equilibrado, rapidez, agilidad y potencia, aunque realmente son muy diferentes. Distinta altura de salto, diferente alcance de arma e incluso uno de ellos puede saltar tres veces en lugar de dos, pero con saltos más bajos.
Es una delicia verlos moverse a toda pastilla y con soltura por el escenario, al menos cuando consigues hacerlo bien. El control es bastante sencillo, un botón de salto, un pequeño impulso hacia delante, dos ataques, y el propio stick de movimiento que es casi la parte más importante. Cuando saltamos a una pared o al techo, debemos dirigir el stick hacia su dirección (izquierda, derecha o arriba) para que nuestro personaje se pegue por esa pared o techo, y luego dirigirlo desde esa nueva posición. Sin embargo, en PS Vita el control no responde todo lo bien que debería cuando tenemos que hacer multiples cambios en las secciones más complicadas, provocando que fallemos una y otra vez.
Aparte de esos saltos para limpiar hasta el último recoveco, encontraremos unos enemigos que son personas, animales o incluso objetos que se han cubierto de suciedad y debemos limpiar a golpe de mopa. Estos ataques son uno rápido y débil, y otro lento y fuerte que además esparce la suciedad del enemigo para poder seguir acumulando combo. Este combo va en aumento a medida que limpiamos suciedad o atacando enemigos, y que se reinicia si perdemos mucho tiempo o nos golpean. Además de subir el medidor de combo, iremos rellenando una barra que nos permite soltar un ataque especial al llenarla, que sirve para limpiar todo el centro de la pantalla aunque a veces parece fallar, dejando algunos enemigos o zonas sin limpiar.
Podemos acceder a las fases desde un escenario central dividido en zonas, como el centro de la ciudad o el parque, cada una con una temática y suciedad diferentes, pero con las mismas mecánicas. Cada zona dispone de multitud de fases divididas en tres categorías: puertas abiertas con las fases más accesibles; cerradas con candado de plata, donde encontrar fases muy exigentes; y las cerradas con candado de oro, de una dificultad excesivamente alta. Para conseguir estas llaves de plata y oro necesitamos una alta calificación en las fases, basada en dos conceptos: cómo de limpia hemos dejado la fase, y cuánto combo hemos sido capaz de acumular, puntuados con letras desde el mínimo de D hasta el máximo de S.
También tiene funciones online, como marcadores para comparar lo buenos que somos barriendo en comparación con el resto del mundo, y un modo multijugador, donde compiten barranderos contra “ensuciadores” en modos como supervivencia o rey de la colina. Resulta entretenido para echarte unas partidas con amigos durante un tiempo, pero básicamente es una curiosidad con la que desconectar un poco de la concentración que requiere el modo normal.
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La suciedad a examen
El apartado técnico está bastante bien para el tipo de juego que es. Los barrenderos estan animados hasta el mínimo detalle, y cuando conseguimos una buena carrera o incluso perfecta (limpieza total del escenario y combo máximo) es casi como una poesía en movimiento. El resto, sin embargo, va perdiendo vistosidad.
Los enemigos son un poco simples y no están tan bien animados como los protagonistas. Por otro lado, algunos escenarios son coloridos y tienen detalle; sin embargo, hay otros demasiado simples y geométricos, sin ni siquiera un fondo de escenario más allá de la negrura más absoluta.