Las farmacias en Internet llevarán logotipo oficial

La sanidad y la industria farmacéutica  cada vez están más presentes en la red como cualquier otro servicio en la sociedad 2.0, pero a veces no es tan sencillo distinguir en este incipiente mercado si los servicios prestados provienen de entidades certificadas para tratar legalmente con medicamentos.

Conscientes de ese peligro la Comisión Europea ha puesto fin a esto aprobando un reglamento que requerirá que las farmacias online luzcan un logotipo oficial,  y al que solo podrán acceder si cumplen con una serie de requisitos técnicos. De esta forma los internautas podrán saber en todo momento si el lugar al que se dirigen para adquirir sus medicamentos es un sitio de confianza.

El logotipo estará formado por cuatro franjas en tonos verdes y grises, y tendrá que estar presente en la página de inicio de la farmacia online. También figurará en un rectangulo en el centro la bandera del país de la Unión Europea en la que se encuentra registrada la farmacia.

A través del logotipo también se podrá acceder (haciendo click en él) a la lista de farmacias online y otros distribuidores autorizados en la web de la autoridad nacional de reglamentación, con el fin de verificar que la farmacia esté presente en ella. Por supuesto la Comisión Europea recomienda siempre realizar esta comprobación, y acudir a otra farmacia online si en la lista no está presente aquella en la que queremos adquirir los medicamentos.

El reglamento entrará en vigor en las próximas cuatro a seis semanas, si bien los Estados tendrán un año para finalizar su implementación. La Comisión Europea ya está entregando a las entidades nacionales un kit para preparar la campaña de concienciación al ciudadano e implementación en los negocios de farmacia online.

Pronto desconfiar de la compra de medicamentos online será cosa del pasado, siendo tan seguro hacerlo de este modo como acudir a la farmacia habitual. Todo un progreso para los internautas, ya que el adquirir medicamentos ilegales o falsificados puede conllevar incluso graves riesgos de salud tras su ingesta, o el peligro de estar adquiriendo medicamentos placebo falsificados de un original que no produzcan ningún efecto o solo parte del efecto deseado.