Son cosas de chicas
Monster Monpiece es un juego raro, es una realidad que hay que afrontar de primeras y tener muy en cuenta para luego no llevarnos ninguna sorpresa, pero ya volveremos a eso. Es un juego creado por Compile Heart, una compañía subsidiaria de Idea Factory, que se especializa sobre todo en juegos de estilo muy japonés. Por ese motivo no suelen llegar muchos de sus lanzamientos a Europa ni a Norteamérica, mercados poco acostumbrados a ese estilo, aunque últimamente está cambiando la cosa. Su saga de Hyperdimension Neptunia para Playstation 3/PS Vita está alcanzando bastante fama; también se les conoce por la saga Agarest War, la cual parece estar un poco parada por ahora.
Plataforma: PS Vita
Desarrolladora: Compile Heart
Distribuidora: Nis America
Fecha de lanzamiento: 4 de junio Europa, 27 de mayo Norteamérica
Género: Juego de cartas con tablero
Idioma: Textos en inglés, voces en japonés
Precio: 29,99€
La mayoría de sus juegos se podrían catalogar de estilo JRPG, como las sagas anteriormente mencionadas, pero también crean de vez en cuando alguna rareza inclasificable que tanto gusta por allí, pero que apenas se entiende fuera de sus fronteras -y por eso mismo no suelen molestarse en lanzarlo en otros mercados-. No cabe duda que Monster Monpiece es una de esas rarezas.
Su historia ya se las trae. No es que los argumentos de los JRPG sean lo que se dice muy típicos, pero creo que Monster Monpiece desvaría incluso un poco más. Nos encontramos en el mundo de Yafanir, un mundo en el que, por lo visto, todos los seres humanos son de sexo femenino… Sí, voy a intentar evadir los chistes fáciles sobre cómo se reproducen y tal, por mucho que me cueste. En este mundo ocurrieron dos eventos importantes. En primer lugar, aparecieron una serie de monstruos de gran fuerza que vagaban a sus anchas. Esto no gustó mucho a los dioses, por lo que para intentar equilibrar las cosas les dieron forma humana a esos monstruos, que a partir de entonces se conocerían como Monster Girls.
Humanos y Monster Girls aprendieron a convivir en paz y se crearon unas academias donde los humanos aprenden a ser maestros de las Monster Girls, de forma parecida a los pokémon -incluso deben viajar en unas cartas especiales para recuperar energía-. Es en una de estas academias donde vive nuestra protagonista May con sus amigas Elza y Karen, y su nueva compañera Monster Girl Fia.
May es la típica estudiante, tímida y torpe; Elza es la amiga valiente que la defiende y ayuda; Karen es la típica chica inteligente y Fia es lo contrario que May, de carácter abierto y espontáneo. Unas personalidades muy manidas de los JRPG, mangas y animes. El día empieza como otro cualquiera: May se siente mal porque siente que es muy torpe y no consigue mejorar, así que la directora de la academia decide otorgarle una compañera Monster Girl permanente, Fia -una chica gato-, y manda a las chicas a una prueba de batalla. Todo transcurre bien hasta que una misteriosa enemiga aparece y convierte a Elza en “lost” -humanas y Monster Girls que se vuelven “malas”, por así decirlo-. Juntas roban el cristál mágico de la ciudad, que entre otras cosas sirve para dar energía a las Monster Girls fuera de sus cartas.
La directora elige a May y sus amigas como las personas indicadas para proteger los cristales de las otras ciudades, y las manda a que vayan a recuperarlos. Si mandar para salvar al mundo a un grupo de chicas sin experiencia puede parecer bastante raro es porque aún no hemos visto nada.
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La cosa va de cartas, chicas y frotar…
Intentar clasificar su estilo de juego es complicado; es sobre todo un juego de cartas mezclado con tablero. Lo más parecido que ha existido en su generación es el injustamente olvidado The Eye of Judgment de Playstation 3, pero con diferencias importantes. En Monster Monpiece nos vamos moviendo por el mundo de lugar en lugar por unos caminos predefinidos, como por un mapa. Por cada zona nueva por la que pasamos podemos encontrar, por ejemplo, algún objeto, dinero, cartas o un enemigo, y aquí viene lo realmente importante.
Los combates tienen lugar en un tablero de 7×3 casillas, dividido en dos zonas de 3×3 -la nuestra y la del enemigo- y una zona de 1×3 neutral en el centro. Nuestro objetivo es alcanzar su cuartel general al fondo de su zona de juego y destruirlo. Para ello usaremos nuestras cartas; en cada turno podemos invocar una Monster Girl que irá avanzando los turnos siguientes hasta llegar a la base enemiga. Claro que nuestro rival no estará muy de acuerdo e invocará sus propias Monster Girls para evitarlo y destruir nuestra base.
Las Monster Girls se dividen en varias categorías. Primero hay cuatro tipos principales: melee, ranged, buffer y healer, cada una con una especialidad. Así las melee son fuertes y resistentes, las ranged atacan a distancia, las buffer aumentan el ataque y las healer pueden curar. También se dividen por auras según su color: azul, rojo, verde y amarillo; muy importante porque al invocar de forma consecutiva cartas con la misma aura se consiguen beneficios. Y finalmente se dividen por su origen: semi-humano, dragón, bestia, ave, hada, no-muerto, híbrido y naturaleza; esto se usa porque dos cartas del mismo origen se pueden fusionar sumando sus características, y es la única forma de usar una carta fuera de tu zona de juego.