Personalmente, no iba a comprar el juego, acabé pillándolo por jugar con un compañero de piso (y porque lo encontramos a 47 € el día del lanzamiento, no los locos 60 € oficiales), y al final... fue mi compañero de piso (el que sí que le tenía ganas desde el principio), el que dejó de darle antes.
Para mí todo se resume en este vídeo. Los primeros jugadores que terminaron el juego en Incondicional Averno, en la versión 1.0. Muchas horas mazando a diablo, tan sobrados que apenas tuvieron que usar los descarados pozos de sanación que hay en su zona (y que se recargan cada minuto), sin riesgo de morir real, ni siquiera con los legendarios rayos de la muerte de Diablo... y al final todo por un triste anillo raro (ahora sería por algo mejor, pero más sin sentido desde que existen los niveles parangón).
La batalla contra diablo empieza en 2:30.
Al principio aún se podría decir que el juego tenía la finalidad, el reto final, de terminarlo en Averno (Inferno en inglés): el cuarto nivel de dificultad al que sólo se podía acceder al nivel 60 y en el que no podías aumentar tu poder de ningún otro modo más que consiguiendo objetos mejores (imposible con el ratio de caída de objetos original). Con la llegada del parangón, se perdió hasta ese escaso objetivo, y ya es un jugar y jugar otra vez, sin gran novedad, hasta cansarse... Y en ese estilo, no tiene nada que hacer a otros juegos que lo hacen mejor en ese estilo (Dark Souls por ejemplo). Empezó complicado, y ahora se metió directamente en un tipo de End Game que no le corresponde. RIP Diablo.
PD: ¿Desde cuándo en un Diablo hay personajes que se parten la caja y bromean con todo, sin darle importancia a nada? En éste D3 hay unos cuantos, y rompen absolutamente el ambiente. El humor negro tipo WoW lo invade, jodiendo toda la atmósfera de desesperación característica de los Diablo (especialmente el primero).