11 de julio 2013
Rol clásico y un toque de humor. Una apuesta original cuanto menos.
Knights of Pen and Paper +1 Edition
Género: RPG / Indie
Desarrollador: Behold Studios
Distribuidor: Paradox Interactive
Idioma: Castellano
Fecha de lanzamiento: 18/06/2013
Plataforma: PC
Requisitos del sistema
Sistema Operativo: Windows XP o superior.
Procesador: 2 GHz
Memoria RAM: 512 MB
Tarjeta gráfica: Compatible con Direct3D/OpenGL con al menos 128 MB
DirectX 9.0c
Disco duro: 100 MB de espacio disponible en disco.
Sonido: 2D sound compatible card
Knights of Pen and Paper nos presenta una propuesta enormemente original en lo que pretende ser un sincero homenaje a los juegos de rol más clásicos. En este título viviremos aventuras de la mano de un pintoresco grupo de jugadores de rol que irá superando las diferentes pruebas que les presentará el Director de Juego. Los jugadores no contarán con grandes habilidades ni movimientos espectaculares, pero sí sus personajes.
Nosotros actuaremos a un mismo tiempo de director -o máster para los más duchos- y jugadores, decidiendo las aventuras que queremos jugar y cómo nuestros personajes -y los personajes de nuestros personajes- se enfrentan a ellas. ¿Os atrevéis a enfrentaros al amo de la mazmorra? Pues sigamos.
Los que sean aficionados a los juegos de rol de mesa sabrán que los dados mandan, y que muchas veces el azar lleva al borde de la muerte hasta a los más experimentados personajes. El sistema de combate de Knights of Pen and Paper sigue un esquema basado en turnos en el cual iremos seleccionando las acciones de cada uno de nuestros personajes. Éstos no cuentan más que con un máximo de cuatro acciones diferentes por jugador, además de las acciones comunes de curación mediante objetos y el ataque simple, por lo que es muy fácil que el juego se nos acabe haciendo repetitivo. Deberemos subir la dificultad en más de un combate para que supongan un mínimo reto.
La gracia de un juego de rol en mesa, además, reside en poder interpretar un personaje y tomar una serie de decisiones que la mayoría de las veces no se encuentran predefinidas. Sí, es cierto que esto es enormemente difícil de incluir en un videojuego, pero Knights of Pen and Paper no deja gran cosa a la imaginación. La selección de un tipo de jugador u otro será similar a la ya conocida selección de raza en cualquier otro título de rol, pues lo único que diferencia a unos de otros es la forma y una habilidad pasiva. En este sentido cabría decir que, si bien la propuesta de los desarrolladores es original, no han sabido captar del todo la esencia del juego de rol en lo que a jugabilidad se refiere, sino que se han limitado a trasladar un RPG de los noventa a un escenario con una mesa y un máster.
La historia de Knights of Pen and Paper sigue una trama lineal y muy similar a la que cualquiera que haya jugado a Dungeons and Dragons en su niñez habrá vivido ya. Se echa en falta la improvisación inherente a cualquier máster de rol en el Director de Juego, quien ni siquiera cuando añadimos un jugador a la mesa después de horas jugando se molesta en darle profundidad a la historia introduciendo al nuevo personaje. No encontramos giros ni acontecimientos inesperados, por lo que la tranquilidad mientras jugamos está asegurada.
Podría decirse que el título intenta centrarse en lo que pasa fuera de la partida, narrando una historia con los jugadores como personajes, pero esta metahistoria se limita a unos cuantos chistes enfocados a los aficionados a este tipo de juegos y poco más. Desde luego, la trama no es el punto fuerte de Knights of Pen and Paper, pero tampoco parece que la idea principal del título sea impresionar con este aspecto.
Cuando nos centramos en la estética de Knights of Pen and Paper es cuando nos damos cuenta del claro homenaje que pretende ser. Todo lo dicho hasta aquí sobre el título parece cobrar sentido al fijarnos en la estética pixel art que domina el juego, ya que es similar a los mejores RPG de antaño. La música también evoca una época diferente y las expresiones de muchos de los personajes nos llevan a pensar que nos hemos trasladado veinte años atrás en el tiempo. Casi dan ganas de perdonar los fallos de los que acusa sólo por las numerosas sonrisas de medio lado que consigue sacarnos a los más nostálgicos. ¿Sólo casi?
Los guiños a los jugadores de rol más experimentados son numerosos y encontramos en el juego chistes que todos hemos hecho antes o después delante de una pantalla de máster. El diseño de algunos de los enemigos parece sacado directamente de cualquiera de los clásicos RPG ya mencionados, y la posibilidad de redecorar la mesa alrededor de la que se sientan nuestros personajes le da un toque de simulador realmente fresco.
A pesar de que Knights of Pen and Paper no se muestre brillante en dos de los aspectos más importantes a la hora de disfrutar un juego típico según la mayoría de los aficionados -jugabilidad e historia-, no hay que olvidar que el título fue pensado originalmente para móviles. Teniendo en cuenta esto, nos encontramos ante un verdadero homenaje a los juegos de rol en mesa que, si bien no cumple del todo con lo que se puede esperar de él, resulta enormemente original y consigue sacar más de una risita tonta a quien lo juega habiendo experimentado antes alguna que otra aventura imaginada encarnando a otra persona. Es cierto que se le podría pedir más a esta +1 Edition, pues no es lo mismo un juego para ordenador que uno para móvil. Se echa en falta una mayor capacidad de decisión y cierta profundidad en la trama, pero lo cierto es que es la historia de los personajes la que se intenta contar, y no la de los personajes de los personajes.
En conclusión, el título resulta original desde el punto de vista de la propuesta, pero su ejecución final acaba pareciendo repetitiva. Es el juego perfecto para pasar el rato en un autobús o un metro matando monstruos con el móvil, pero no para dedicarle horas y horas delante de un ordenador. Los amantes de los dados de diez y veinte caras se reirán y lo disfrutarán un tiempo, pero es posible que nada les quite de la cabeza esa sensación de que las hojas de personaje y la pantalla del máster se pensaron para quedarse en una mesa real.
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