7 de junio 2014
La operadora revela que gobiernos y autoridades podrían haber pinchado sus líneas en secreto.
La operadora internacional Vodafone ha decidido romper su silencio, reconociendo que gobiernos de prácticamente todo el mundo podrían haber pinchado sus líneas para espiar a sus usuarios. Sin dar datos concretos, Vodafone ha declarado que esto ha sucedido en uno o más de los 29 países dónde la operadora tiene presencia. Se sabe que en seis de estos 29 países, la ley obliga a las operadoras telefónicas a instalar acceso directo para gobiernos, o bien se permite a las autoridades hacerlo.
Esta situación no sólo se queda en las escuchas, posibles grabaciones y los mensajes de texto, sino que se extiende a las conexiones de banda ancha de la operadora, lo que elimina toda posible privacidad y derecho al anonimato de los usuarios del servicio. En el caso de España, la operadora ha recibido al menos 24.000 peticiones de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y sus distintas agencias, alegando como principal razón “la existencia de grupos terroristas separatistas y religiosos”.
Stephen Deadman, responsable de privacidad de Vodafone, ha afirmado que el modelo de acceso directo existe y desea hacer un llamamiento para terminar con estas prácticas. Es una denuncia valiente que podría, en el mejor de los escenarios, mover a más operadoras a señalar esta situación, sembrando la semilla de un hipotético cambio.
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