Cuando Microsoft compró el estudio Rare, muchos esperábamos juegos con la misma calidad de siempre, e incluso superándose; pero sólo quedó Kinect. Phil Tosell, un ex del estudio británico, ha dicho mediante el portal Nintendo Enthusiast que cuando la desarrolladora fue adquirida por Microsoft, “perdió la magia”.
Creo que la mayoría de la gente que trabajó en Rare durante la época de Nintendo eran fans de la compañía y estaban encantados con ella. Rare era una pequeña entrañable familia y fue todo un shock que formara parte de una empresa tan grande como Microsoft.
En las declaraciones, reafirma que la marcha del estudio por parte de Tim y Chris Stamper, los cuáles eran considerados miembros claves, supuso un duro golpe; además, él cree que: “cambió la cultura interna de la compañía y comenzó a ser más Microsoft y menos Rare”.
Actualmente, Rare es una de las empresas de mayor calibre dentro de Microsoft, aunque ellos no tendrán nada que ver con el nuevo Killer Instinct.