29 de diciembre 2013
Un argumento comprometido ha sido suficiente.
La censura no está de acuerdo con el planteamiento de Battlefield 4, y eso se ha visto reflejado en la prohibición del videojuego y todo el contenido relacionado con él en el país chino. ¿La razón? Según afirman, la historia del juego supone un riesgo para la seguridad nacional, por lo que prefieren no arriesgarse a perturbar las mentes de sus inocentes jóvenes con ideas antigubernamentales.
Para el que no lo sepa, la historia nos pone en la piel del Almirante Chang, quien se plantea llevar a cabo un golpe de estado contra el gobierno chino en el año 2020 gracias al apoyo de Rusia, iniciando así una guerra contra Estados Unidos.
En nuestro país, en cambio, miles de padres ignorantes de la violencia gratuita y absurda que supone compran por Navidad este juego bélico a sus hijos, a pesar de que estos no cumplen ni de lejos la minoría de edad recomendada por el juego. ¿No habría que buscar un punto intermedio?
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