Análisis Shin Megami Tensei – Devil Summoner: Soul Hackers

Shin Megami Tensei es una franquicia de sobras conocida por todos, sobre todo por aquellos jugadores afines a los juegos de rol japonés. Su desarrolladora, Atlus, ostenta a sus espaldas una cantidad de juegos digna de elogio; no obstante, lleva creando videojuegos desde finales de los 80. Sin embargo, eso no es lo más impresionante: aún más lo son sus fieles seguidores, que año tras año han ido construyendo una burbuja alrededor de una saga que pasará a la historia de los videojuegos.

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La franquicia se ha dividido a lo largo de los años en múltiples subsagas, aunque todas guardan rasgos comunes entre sí. De hecho, cualquier Shin Megami Tensei responde a un código estético muy concreto. La ambientación, por ejemplo, siempre suele centrarse en el Japón actual, a diferencia de otros RPG; incluso en algunos casos, como el que nos ocupa, se nos presenta un mundo ligeramente futurista. El leitmotiv de la saga son los seres demoníacos y los sucesos paranormales. Sin su presencia, Shin Megami Tensei no sería lo que es. Además, normalmente, nuestro protagonista se ve envuelto en una trama de proporciones épicas cuyo objetivo final es salvar a la comunidad japonesa del mal demoníaco. Sin embargo, al principio del juego, este protagonista se muestra ajeno a lo que ocurre y en ningún caso quiere verse envuelto en problemas. Esto nos lleva a otra de las claves de la saga: las decisiones de carácter moral que tendrá que afrontar el protagonista.

En este caso, Atlus nos trae una revisión del clásico de Sega Saturn, publicado en 1997 y reestrenado en 1999 para PlayStation. Shin Megami Tensei: Devil Summoner: Soul Hackers añade más contenido en esta nueva versión y rediseña algunos elementos, aunque se nota que han pasado los años, sobre todo en el aspecto técnico.

Plataforma: Nintendo 3DS
Desarrollador: ATLUS
Distribuidor: NIS America
Fecha de lanzamiento: Europa, 20 de septiembre de 2013. América, 16 de abril. En Japón, agosto de 2012
Género: JRPG
Precio: 39,99€

Sociedad fantasma ¿Metáfora del futuro?

El juego nos traslada a un futuro no muy lejano. La ciudad de Amami, Japón, se ha convertido en un referente tecnológico a nivel mundial. Toda la población tiene acceso a Internet y está conectada de forma permanente a una red colosal. En esta sociedad, el activismo contra el sistema surge en forma de pequeños grupos de hackers. Nosotros nos metemos en la piel de un miembro de Spooky, una de esas organizaciones. El principal objetivo de este grupo activista es controlar las actividades del gobierno y descubrir engaños. Al comenzar el juego, obtendremos ilegalmente una beta para Paradigm X, un mundo virtual puesto en marcha por Argon Software, la principal compañía de la ciudad. Este lugar idílico hará experimentar nuevas sensaciones a las personas y ofrecerá un estilo de vida increíble, hasta el punto de que la gente se sentirá más cómoda ahí que en la propia realidad.

Spookie. Devil Summoner-Soul hackers

Esta metáfora del mito platónico de la caverna queda plasmada perfectamente en el juego. Y por supuesto, no nos puede llevar a nada bueno. Tras la infiltración del protagonista, comienzan a suceder hechos extraños, con la misteriosa aparición de un espíritu que nos conoce y que guarda grandes esperanzas en nosotros. Este ente nos enviará a un pasado vivido por otro personaje y será la llave a la GUMP, un extraño ordenador con forma de pistola que nos otorgará la capacidad de ver a los demonios: desde luchar con ellos, hasta hablar y negociar su presencia en nuestro equipo.

Sin ánimo de destripar más la trama, concluir este apartado explicando que la adquisición de la GUMP nos descubrirá la existencia de una Sociedad Fantasma, organización detrás de Argon Software y que no tiene planes muy “morales” para con los ciudadanos de Amami. Nuestro objetivo queda claro: descubrir la motivación de esta organización, impedir su control mental de la población y restaurar la paz. Y todo, por supuesto, rodeados de demonios.

RPG clásico: magia intacta, pero maquinaria desfasada

Shin Megami Tensei: Devil Summoner: Soul Hackers 3DS presenta una jugabilidad sin apenas modificaciones con respecto a lo que ya pudimos ver en el juego original. En ese sentido, la mecánica de combates sigue funcionando realmente bien, aunque el movimiento con el personaje es muy tosco y cuadriculado para los tiempos que corren. Su control dentro de mazmorras y en el mundo virtual de Paradigm X afectará negativamente al producto final. Nos movemos con la cruceta, no con el stick, y avanzamos en primera persona por una serie de cuadrículas prefijadas, sin perder esa sensación de brusquedad en ningún momento. La mecánica en la ciudad, por otro lado, será diferente: para desplazarnos de un lugar a otro se nos abrirá un mapa de zona por el que nos desplazaremos con un puntero. Para entrar en nuestra casa o cualquier otro edificio, siempre que esté disponible en ese momento, tan solo tendremos que mover el cursor hasta ese lugar y seleccionarlo. Esta solución es apropiada teniendo en cuenta la fecha en la que se publicó el juego original, aunque resulta algo arcaica en la actualidad, sobre todo por su desfasado diseño.

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El plato fuerte del juego es su historia, sin lugar a dudas, aunque el sistema de combates no se queda lejos. La profundidad de las batallas es grandísima: podremos manejar a multitud de demonios, además de utilizar a nuestros personajes dentro de los propios combates, mejorando y gestionando sus habilidades. En nuestra alineación inicial tendremos dos líneas de batalla: la ofensiva, en la que podremos colocar a 3 demonios y/o personajes; y la retaguardia, con otros tres integrantes. La segunda línea hará menos daño, pero puede ser útil para colocar a demonios mágicos, tanto ofensivos como curativos. Al final de cada combate, como suele ser habitual en el género, tendremos recompensas y recibiremos experiencia. Devil Summoner: Soul Hackers funciona con un sistema de subida de nivel tradicional, aunque únicamente afecta al progagonista y su compañeros humanos. Los demonios, por otro lado, se mantendrán inalterables. Solamente podremos aumentar su poder fusionándolos o sustituyéndolos por otros de mayor nivel. Una de las mayores virtudes del juego es que podemos reclutar hasta un máximo de 300 demonios distintos, 30 de ellos nuevos y diseñados en exclusiva para esta edición portátil.

Además, la edición de 3DS cuenta con otra novedad importante con respecto al original: el sistema Nemechi. Este demonio, accesible desde el menú del juego, nos permite activar el StreetPass para conectar nuestro juego con el de otra gente y con ello recibir nuevos y exclusivos demonios. Si no vivimos en un lugar en el que mucha gente tenga la consola, podemos hacer uso de nuestras monedas de juego para comprar D-Souls, la moneda que nos permite adquirir los demonios que están en la tienda. Nemichi, además, podrá evolucionarse en distintas formas si lo alimentamos con D-Souls. Esto nos permitirá desbloquear más demonios para la tienda, así como otras sorpresas.

Sin embargo, pese a la diversidad de demonios y habilidades, se nota que el sistema de combates ha quedado un poco desfasado. En muchas ocasiones nos dará la sensación de no saber qué es exactamente lo que ocurre en la pantalla, ya que las acciones de cada demonio se ejecutan muy rápido, con resultados sorprendentes en algunos casos y muy frustrantes en otros.

Demonios - Devol Summoner Soul Hackers

Un detalle original y divertido es que podremos hablar con cualquier demonio con el que nos enfrentemos. Las conversaciones serán totalmente aleatorias y podrán concluir de cuatro formas diferentes: indiferencia del demonio, huida del demonio, cabreo del demonio o simpatía, que viene acompañada de la captura de ese demonio. Su reacción es arbitraria, así que tendremos que cruzar los dedos. Si cabreamos al demonio, este nos atacará sin pestañear. Las conversaciones son bastante divertidas y aportan frescura, aunque llegados a cierto punto se repiten demasiado los diálogos y resulta aburrido. Y más cuando llevas mucho rato en una mazmorra, combatiendo con los mismos rivales. Sobre las mazmorras, eso sí, hay que destacar el acierto del juego. Si bien su apartado gráfico deja que desear, son extensas y cumplen bien dentro de lo que se espera de un Shin Megami Tensei: cofres, bifurcaciones, jefes finales interesantes, etcétera. Además, esta versión cuenta con el aliciente de que se ha creado una mazmorra totalmente nueva para la ocasión, con un enemigo final muy conocido por los fans de la franquicia.

Remake en 3D, sí, pero artísticamente desfasado

Uno de los apartados menos trabajados de este remake es el aspecto visual. El juego no tiene gráficos a la altura del resto de apartados y únicamente cumple en las cinemáticas y los diseños de los personajes, que están mejor definidos. Obviamente, esto tiene que ver directamente con que estamos ante un juego que originalmente fue estrenado en los años 90. Sin embargo, al tratarlo como lo que es, una reedición del clásico, creemos que podrían haber invertido más en darle un lavado de cara completo. Las zonas 3D por las que nos podemos mover tienen fondos muy planos, sin apenas profundidad y con dientes de sierra en algunos casos. En esa línea se encuentran los entornos de Paradigm X, que no transmiten nada de realismo y resultan vacíos, generando una sensación de soledad extrañísima. Y eso es un problema, ya que la sensación que se pretende transmitir, precisamente, es de realismo, sobre todo teniendo en cuenta que los ciudadanos de Amami dejan sus vidas para estar metidos en esa realidad virtual. Cuando el juego se abre, ya sea en mazmorras u otras zonas jugables en primera persona, vemos todas sus carencias. Además de los fondos, las texturas tampoco están del todo trabajadas y se repiten hasta la saciedad. Y esto, sumado a que tenemos la opción de jugar al juego en 3D, convierte la experiencia en una ironía demasiado grotesca como para ser real. Sin lugar a dudas, nos encontramos ante un juego feo de jugar, que no ha envejecido bien y que debería haberse explotado más.

No obstante, no todo va a ser negativo. Como ya hemos explicado, las cinemáticas funcionan muy bien. Los personajes tienen mucho carisma y la calidad de los vídeos es buena. Acompañan la historia y levantan un poco la decadencia gráfica. La presentación de vídeo que aparece al encender la consola se ha creado en exclusiva para la edición de 3DS. Es anecdótico, aunque el jugador agradece que un vídeo épico acompañe el inicio de la partida. De hecho, suponemos que por ahí van los tiros de su inclusión.

Sociedad Fantasma Soul Hackers

El diseño de personajes y demonios está bien trabajado. Cada uno es diferente, así que esa diversidad aporta variedad a la propuesta y logra que el juego no se estanque. Nunca te da la sensación de que un nuevo demonio sea similar a otro anterior. Otro aspecto positivo es la ambientación. Desde el inicio hasta el final, entras en ese universo, conectas con él. El diseño de cualquier cosa, hasta del apartado menos relevante del menú, va en esa línea futurista e informática que predomina en todo el juego. Amami cobra vida, y pese a estar limitada gráficamente, te la crees.

Música, demonio ¡Baila para mí!

El sonido, en cambio, sí que presenta una estructura a la altura de las circunstancias. Esto se debe sobre todo a los diálogos hablados entre los personajes, añadido estrella del juego y que da más frescura al conjunto. La banda sonora también está bien, con canciones muy acertadas; y los efectos, aunque limitados, acompañan correctamente lo que sucede en cada momento.

Tampoco nos tenemos que olvidar de los diálogos escritos, muy abundantes, y que resultan ser clave para avanzar y comprender la trama. Hemos hablado de las voces, pero es que todo el juego está en perfecto inglés, así que hay que tener ese detalle en cuenta antes de enfrascarse en él. Muchos diálogos, tanto orales como escritos, son complicados de seguir si no se tiene un nivel alto de inglés.

Conclusiones

Los amantes de los JRPG y nostálgicos de los 90 encontrarán en Shin Megami Tensei: Devil Summoner: Soul Hackers una alternativa imprescindible dentro del catálogo de Nintendo 3DS. Para los fans de la saga, revisar este clásico puede ser interesante gracias a la nueva mazmorra incluida, los 30 nuevos demonios y la puesta a punto sonora, con diálogos hablados como principal arma.

Además, la trama del juego está por encima de la media, con personajes carismáticos, antagonistas medidos, intriga, y un conflicto profundo por resolver. Sin embargo, su desfasado apartado visual y las deficiencias del control, hacen de esta revisión una apuesta a medio camino entre el quiero y no puedo.

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Juan López

Zaragoza, 20 años. Comunicación Audiovisual. Apasionado de los videojuegos desde que nací. Amante del cine, la música y los buenos libros. Ladrón de sueños y creador de ideas. Chistopher Nolan es mi ídolo, Link mi héroe y los RHCP mi nicotina.

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