Este género se encuentra indiscutiblemente liderado por la saga Devil May Cry y God of War. Por supuesto, esta afirmación resulta bastante parcial y muchos podéis opinar que otros títulos son los merecedores de tal liderazgo, ya que ambas sagas tienen sus mejores y peores entregas pero, en conjunto, estos dos títulos son los de mayor calidad de las dos últimas generaciones de consolas. Aunque mi espíritu patriótico no permite dejar de lado a la última entrega de la saga Castlevania, que también ha demostrado ser una digna aspirante a dicho puesto. Aun así, como siempre, ésto no deja de ser mi opinión y, como el libro de los gustos está en blanco, podéis o no estar de acuerdo con dicha afirmación.
Plataforma: PC, Xbox 360.
Desarrolladora: Zootfly.
Distribuidor: 505 Games.
Fecha de Lanzamiento: 20 de septiembre del 2013
Género: Beat’em Up, Acción, Aventuras.
Idioma: Inglés subtitulado en castellano
Precio: 13,99€ (Steam)
Versión utilizada para el Análisis: PC
Lo que sí queda claro es que este género parecía ser exclusivamente coto para las videoconsolas ya que los jugadores de compatibles siempre se han visto perjudicados por la preferencia de los desarrolladores de este tipo de productos hacia las máquinas de salón. Por suerte, esta “predisposición” esta cambiando y el mundo de los videojuegos en PC esta viéndose renovado, principalmente por la llegada de multitud de juegos de compañías independientes que no se ven astringidas por la obtusa visión de los gigantes del sector. Con lo que la invisible barrera de los géneros para determinadas plataformas cada vez se va volviendo más difusa e inapreciable y, poco a poco, los que preferimos nuestro ordenador para jugar empezamos a tener la posibilidad de disfrutar de juegos que, sin razón comprensible, en determinado momento, se alejaron de los ordenadores.
Todo este embrollo es necesario para apreciar el juego que hoy me ocupa. Un juego con un largo título, que por comodidad tanto de escritura como de lectura (o también denominada ley del mínimo esfuerzo), reduciré a Marlow Briggs. Nos encontramos ante un auténtico representante del género Beat’em Up y que demuestra que los compatibles actualmente tienen capacidad para manejar cualquier género de videojuegos, por mucho que las consolas traten de convencernos de lo contrario.
Pero ya me estoy metiendo en camisa de once varas y lo mejor que puedo hacer es centrarme en lo bueno y en lo malo que vamos a poder encontrar en la aventura de Marlow Briggs.
Historias Mayas
Lo bueno de un juego Beat’em Upes que la historia queda relegada casi siempre a un segundo plano.Marlow Brigg cumple esto a rajatabla por lo que os puedo contar de qué va el follón sin temor a descubrir ninguna sorpresa o giro argumental inesperado. Vamos, que los que esperábais una profunda historia llena de tortas a tutiplén, más vale que os busquéis algún juego de rol o una aventura gráfica. Aquí estamos únicamente para dar leches y soplamocos a diestro y siniestro.
La historia es sencilla: el protagonista es un bombero del tamaño de un armario ropero de tres puertas que viaja a un lugar indeterminado de Centroamérica donde su atractiva novia trabaja como arqueóloga.
Por desgracia, el jefe de la joven no concuerda con los cánones del típico mecenas de estas correrías. ¿Y por qué digo ésto? Pues por ciertas cositas que normalmente uno no suele encontrar en las excavaciones arqueológicas. La alarmante presencia de guardias armados y con cara de facinerosos, la destrucción sistemática de toda ruina no atractiva para los objetivos de la expedición, uso de maquinaria pesada para la extracción de una exótica sustancia en dichas ruinas y, por supuesto, el tipo tiene un aspecto de mafioso de las triadas que tira para atrás.
La historia comienza en el momento en que Marlow y Eva (la novia de nuestro bombero) van a entrevistarse con el señor HengLong (el jefe) para que la señorita Torres (apellido de la novia de Marlow) presente su dimisión. Todas las circunstancias anteriormente mencionadas han hecho que Eva se plantee dejar su trabajo. Imagino que esta decisión la ha tomado al sentirse apoyada por la presencia de nuestro protagonista (quieras o no tener a un pedazo de bombero a tu lado, te da valor).
El señor Long no se toma nada bien que su experta en lenguas muertas decida dejar el proyecto a medias. Primero recurre a cuestiones de contratos y firmas – aunque no de una manera muy convincente -, y como Marlow mete baza y deja claro que él y su novia van a tomar las de Villadiego, el señor Long pasa a razones más expeditivas y mucho más incentivadoras. Es aquí cuando a Marlow le ensartan cual aceituna rellena con lo que va a ser nuestra arma principal: una especie de guadaña doble llamada “Colmillos de Kukulkan”, que acaba con su vida de un plumazo. A la señorita Torres le dejan claro que, si sigue insistiendo en su renuncia, un destino semejante está reservado para todos sus seres queridos (aún vivos).
Por suerte, parece ser que morir ensartado es algo más que natural en la empresa del señor Long, por lo que nadie hace nada por tratar de dejar más o menos apañadito el nuevo accidente laboral – es decir, a Marlow -, y, al caer la noche, los espíritus de los reyes-dioses que una vez sometieron la región a su voluntad aprovechan para devolverlo la vida. En este caso, el resucitador es un rey llamado Tepechalic Ix cuyo espíritu se encuentra encerrado en la máscara de la muerte que da título al juego y que, curiosamente, iba atada al Kukulkan cuando este mata a nuestro protagonista.
Así que ahora somos una especie de paladín, adalid o guerrero sagrado (lo que más rabia os dé) de este espíritu, el cual nos ha resucitado para que demos carpetazo a todas las barbaridades que Long y sus esbirros están causando a la región y, ya de camino (aunque para Marlow esta es la principal razón), salvar a Eva del tipo que la tiene secuestrada.
A medida que vamos avanzando en el juego la historia no solo va de una lucha ecológica para tratar de salvar el ecosistema de la región, rescatar a nuestra amenazada novia y demostrar que somos puro kilo macho; sino que vamos comprendiendo que entre las ruinas Mayas se esconde el poder para hacer que un humano se convierta en un dios con muy mala uva y nosotros vamos a ser los que mandemos al garete las expectativas megalómanas de Long. Por supuesto, no sin antes partirle los morros a todo desgraciado que cometa la irreflexiba decisión de ponerse al alcance de nuestras armas.
Paisajes de la Selva lujuriosa
Gráficamente el juego es realmente espectacular, aunque, si bien es cierto que para lo que estamos acostumbrados hoy en día, puede no ser tan sorprendente. No obstante, el juego le saca un gran partido al motor del mismo. Es capaz de mostrar escenarios de un tamaño considerable sin que sufra mucho la bajada de imágenes por segundo, aunque es una pena que sólo hagan la función de paisaje pues nuestro camino esta completamente acotado y en ningún momento tenemos libertad para recorrerlos a nuestro antojo.
El diseño de los personajes es realmente bueno, su modelado es excelente y las texturas que los visten están muy logradas. Quizás desmerece un poco la falta de expresividad en los mismos, donde principalmente se nota en Marlow (que, a pesar de ser el típico protagonista socarrón, en todo momento mantiene una perfecta cara de póker). Aun así, por lo general, el diseño y las texturas cuentan con una calidad media y se mantienen casi a la misma altura que los escenarios.
Siguiendo con los escenarios, en algunas fases no puedes evitar detenerte para poder contemplar la belleza sobrecogedora de los mismos. Un ejemplo es la aparición de la gigantesca escavadora-extractora llamada “Indefenistrable 3”, un enorme monstruo mecánico semejante a una plataforma petrolera con un tamaño diez veces mayor y montada sobre ciclópeas orugas que le permiten arrasar con todo lo que encuentren a su paso. Su masiva presencia es manejada por el motor del juego con bastante soltura, demostrando tanto un gran trabajo de diseño como de programación.
De igual manera, cuando nos adentramos en las profundidades de las montañas de la región atravesando profundos desfiladeros, o cuando entramos en las cavernas de abrumador tamaño, estarán todas repletas de las típicas trampas que veríamos en una película del Dr. Jones. Todo esto hace del juego todo un espectáculo y disfrute para la vista.
Ruidos Selváticos
Vayamos por partes. La banda sonora es más que correcta. No nos encontramos ante una creación de Hans Zimmer, James Horner o Howard Shore, pero cumple con su labor ajustándose en todo momento a lo que acontece en la pantalla. Sí, es verdad que en algunas ocasiones llega a resultar algo repetitiva y machacante, pero ésto se debe a que en los dos niveles de mayor dificultad algunos momentos estás obligado a reintentarlo más de lo debido.
El juego se encuentra perfectamente doblado al inglés, aunque por suerte viene subtitulado en cristiano. Por lo cual, debido a su género de acción desenfrenada en muchos momentos, no podremos disfrutar con el humor de los diálogos ya que la relación entre Marlow y Tepechalic Ix (alias mascara de la muerte parlanchina) es bastante divertida y tiene algunos momentos realmente humorísticos, haciendo que el choque cultural y la diferencia de generaciones entre Marlow y Tepechalic Ix logre robarnos más de una carcajada.
Dando leches sin parar
Esto es un juego de dar tortas. En este género los hay mejores y los hay peores, y Marlow sé queda en medio en este aspecto. Lo bueno es que trata de seguir los pasos de Kratos y hay algunos momentos realmente divertidos y que elevan la adicción del juego. Hay alguna escena de pulsar el botón adecuado en el momento preciso, enfatizando de manera magistral determinadas escenas, pero el juego se centra mayoritariamente en cargarnos a todos los malos que aparecen en la pantalla y de esta manera desbloquear el camino para continuar con la aventura.
El juego premia la exploración o, mejor dicho, recorrer toda la zona en la que nos encontremos. permitiéndonos descubrir pequeñas recompensas que nos dan la posibilidad de ganar puntos para invertirlos en la mejora de las armas. Olvidad cualquier elemento de rol o semejanza alguna con dicho género; las armas se mejoran indiscutiblemente. Para ello, el juego nos va premiando con puntos extras que invertimos para mejorarlas. Estos puntos los ganamos recogiendo objetos visibles u ocultos y también gracias a “combos” bien realizados o muchas muertes seguidas. Si somos curiosos, podemos mejorarlas un poquito antes y facilitarnos la vida por un rato (no muy largo), aunque si nos limitamos a seguir el camino sin complicarnos la vida y matar a todo lo que se ponga a tiro lograremos mejorar armas y magias igualmente.
A parte de el propio género Beat’em Up, el juego tiene ciertos incentivos basados en pequeños y sencillos minijuegos. Casi todos se basan en escenas frenéticas de carrera donde nos vemos obligados a deslizarnos por pendientes repletas de obstáculos y precipicios que evitar mientras tratamos de recoger todos los objetos que aparezcan. Además, hay dos minifases, al más puro estilo de los olvidados 1941 o Xevious (aunque, relativamente, más sencillas) y que en cierto modo nos permiten cambiar un poco la rutina.
Otro detalle realmente atractivo, pero no por su originalidad, es que en determinadas fases debemos ponernos a los mandos de una batería antiaérea de 50 mm donde cambiamos a una vista de punto de mira para abatir sin conmiseración alguna a unas cuantas decenas de helicópteros enemigos que tienen la fea intención de convertirnos en un colador.
El juego nos da la posibilidad de poder intercambiar entre varias configuraciones de nuestra arma. Cada una de ellas viene surtida con un cierto número de “combos” relativamente sencillos de realizar, pues se limitan a una serie de combinaciones entre golpe fuerte y débil, y a utilizarlos según lo estimemos oportuno o nos los permita nuestra habilidad de combinar pulsaciones. Además, a medida que avanzamos también iremos consiguiendo cuatro espectaculares poderes (lo que comúnmente todos llamamos magias) que podremos desencadenar siempre que contemos con la cantidad suficiente de energía “mágica”.
A pesar de esto, el juego tiene ciertos problemas de jugabilidad que desmerecen la experiencia del mismo. El principal es la cierta lentitud a la hora de reaccionar a las pulsaciones de los botones, lo cual significa caer al vacío en los momentos más inoportunos o que los combos deseados no se realicen. Después sufre la lacra de la imprecisión en los saltos y una cámara algo rebelde que, en muchos casos, la condenada parece estar de parte del enemigo.
Otra de las pegas es la falta de variedad de adversarios. Si, es cierto que en las fases finales la cosa se renueva, pero la mayor parte del tiempo siempre te enfrentas al mismo tipo de enemigos y ésto hace que caigamos en la rutina de “combos”, por lo que la sombra del tedio siempre se encuentra rondándonos.
Por último, está la dificultad del mismo, que es bastante reducida, incluso en la más elevada llamada “Tío Duro”. Aquí simplemente cuesta más acabar con los enemigos y éstos hacen gala de algún que otro nuevo ataque con lo que únicamente nos veremos obligados a repetir la escena una cuantas veces más hasta que comprendamos su nueva rutina de acción.
Memorias de combate
Temo afirmar que no nos encontramos ante uno de los juegos que serán recordados como muestra representativa de lo que el género de los Beat’em Up ha aportado al mundo de los compatibles, pero sí tiene una calidad más que adecuada para ser recomendado a todo jugador que le guste el género y desee disfrutarlo en su ordenador.
Personalmente, tengo que reconocer que el trabajo gráfico del juego es una verdadera maravilla; especialmente el esfuerzo invertido en los escenarios. La fase que jugamos en la cúspide de una montaña con las partículas de nieve llenando la pantalla mientras recorremos las frías ruinas que las pueblan, es una verdadera alegría para los ojos.
Del mismo modo, la relación entre Tepechalic Ix y Marlow es bastante divertida y, como el juego tampoco imprime una velocidad de continuidad muy elevada, siempre podemos pararnos un momento para leer lo que dice la pareja protagonista. Esto mismo también es un punto en contra pues no haberlo localizado completamente a nuestro idioma significa un cierto bajón en su puntuación final.
Como ya he comentado anteriormente, una de las pegas más comunes es la reducida dificultad que los videojuegos sufren actualmente. En el caso de Marlow Briggs ésto también se da. Jugarlo en un nivel mayor o menor de dificultad no hace la experiencia más satisfactoria (bueno, en dificultad fácil es tan fácil que hace que te sientas una máquina de matar descontrolada) pues mueres más veces por los fallos de jugabilidad que por las veces que te matan los malos. Es por esto que el juego es asequible tanto a los aficionados del género como a un jugador casual que desea simplemente pasar un buen rato o probar un género que antes nunca le había atraído.
Si ponemos lo pros, unos gráficos bastante buenos, una música más que correcta y una capacidad de adicción bastante grande) y los contras (un diseño de personajes algo flojo, no haber sido doblado al castellano, poca variedad de enemigos y una jugabilidad imprecisa) acabamos obteniendo un juego medio, aunque lo que hace que la balanza se decante hacia lo bueno es su precio realmente bueno y competitivo, que lo convierte en una tentación para todo aquel que desee poder pasar un rato divertido sin comerse mucho la cabeza.
De profesión técnico informático, diseñador gráfico y fotógrafo. Provengo de la generación que ha tenido la suerte de ver toda la evolución de los ordenadores y de las consolas. Desde los 8 bits hasta la era actual. Enamorado de la tecnología, adoro el mundo de los videojuegos y todas las grandes experiencias que ellos me han proporcionado. El cine es una pasión, leer libros una necesidad y disfrutar de los comics y mangas algo intrínseco a mi existencia. Por si esto no fuera suficiente, soy jugador de rol a la antigua usanza y además estoy diseñando mi propio juego de rol (aunque eso es un proyecto a muy largo plazo).
