Análisis Genesis Rising

Los juegos de estrategia en tiempo real parecen surgir en los compatibles como setas en un bosque húmedo y frondoso. Pero al igual que estos hongos tienen multitud de especies buenas y malas, en el caso de los juegos anteriormente mencionados sucede exactamente ídem de lo mismo.

Aunque encontrar la diferencia entre un buen juego y uno malo, a veces resulta más una cuestión subjetiva que real. Si es cierto que algunos juegos son malos y no hay manera de salvarlos. Pero en muchos otros casos, la línea que diferencia la consideración positiva de negativa es demasiado fina o difusa para sentar cátedra con una opinión subjetiva.

Plataforma: PC.

Desarrolladora: Metamorf Studios.

Distribuidor: DreamCatcher.

Fecha de Lanzamiento: 20 de Marzo de 2007

Género: Estrategia Espacial en Tiempo Real.

Precio: 4,99€ (Steam), 4,58€ (Bundlestar.com dentro del paquete Bundle 11 con otros nueve juegos)

Requisitos Genesis Rising

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Y este es el caso de Genesis Rising. Por un lado el juego cuenta con ciertos valores que lo convierten en un buen juego de estrategia espacial en tiempo real. Aunque también tiene ciertos puntos negativos, que resultan demasiado relevantes teniendo en cuenta de que el género ya esta más que saturado. Por lo que encontrar fallos tan básicos resulta una lacra demasiado grande e imposible de ignorar que hacen que la balanza pueda decantarse hacia una mala nota.

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Genesis Rising es la opera prima y póstuma de Metamorf Studios, una compañía serbia que por desgracia corrió la misma suerte que su creación. Se trata de un juego que ya tiene a sus espaldas la no despreciable cifra de seis años. Y la verdad es que el tiempo no ha sido generoso con él. Pues si cuando salió pasó sin pena ni gloria, seis años después el juego sigue siendo desconocido para la gran mayoría de los aficionados al género de la estrategia espacial en tiempo real. Esto ya nos hace suponer que su aparente fracaso, no solo se debió a una mala gestión publicitaria, y confirma lo anteriormente dicho sobre sus grandes carencias.

Ante todo vayamos por partes y dadme la oportunidad tanto de mostrar sus bondades como sus defectos.

 

Cuentos de una tierra distante

Genesis Rising tiene un guión realmente interesante aunque no muy original. Llevándonos a un futuro lejano, donde la humanidad ha alcanzado el sueño de viajar a las estrellas y escapar del pozo gravitatorio de la tierra y su sistema solar.

Pero la galaxia es un entorno terriblemente hostil para el ser humano y además se encuentra poblado por otras razas, las cuales ven a la humanidad más como una amenaza que como a hermanos de viaje. Dada la ya de por si agresiva naturaleza del hombre, su insaciable ansia expansionista y junto al hecho de que no es muy apreciada entre las razas espaciales, no tardan en surgir los conflictos bélicos.

Por supuesto la humanidad se encuentra en los albores de la era intergaláctica, y su capacidad bélica aun se encuentra en pañales ante las evolucionadas razas que viajan desde hace eones entre las estrellas. Por lo que las derrotas son innumerables y la humanidad vuelve a ser relegada a su propio sistema solar.

Aunque si en algo sobresale la humanidad es en su tenacidad para superar las adversidades, y si bien son necesarios dos milenios y la aparición de un mártir que exalte su fervor fanático, al final los humanos logran desarrollar la tecnología que les permitirá arrebatar a sus enemigos lo que considera que le pertenece por derecho.

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La humanidad ha logrado desarrollar la tecnología de las armas vivientes. O mejor dicho las naves espaciales vivas capaces de reproducirse, adaptarse al combate y autorepararse. Gracias a estas nuevas naves y sus armas, la humanidad pronto logra expandirse por el universo. Convirtiéndose en la potencia predominante de la galaxia, todo aquel que se opone a sus designios es aplastado y erradicado. En cierta medida, los alienígenas tenían razón al no ver a la humanidad más que como una peligrosa plaga.

Pero para que este imperio humano funcione, la sociedad se ha visto alterada completamente. Ahora todos los humanos se encuentran unificados en un solo imperio. El cual se encuentra regido por un triunvirato de poderes. El primer poder son los militares, mano ejecutora de la voluntad de la raza humana. El segundo es La Judicatura, la ley del imperio (muy al estilo de Juez Dredd) que decide lo que es y no es correcto. Y por último pero posiblemente la más poderoso de todos, la Iglesia del Salvador. Ella guía el espíritu de la humanidad hacia la salvación y aprovecha el fanatismo de la raza humana para guiarla hacia donde más les conviene.

Con este telón de fondo, nos unimos al capitán Icónah. Se trata del típico comandante con una herencia familiar de gran renombre, que sobresale en el liderazgo y en su capacidad para solventar cualquier conflicto tanto por la vía diplomática como por el uso de las armas (vamos, el ideal imposible de militar que solo se encuentra en la ficción). Este capitán que va a ser el protagonista indiscutible de la trama, se le otorga la misión de encontrar algo a lo que llaman el Corazón del Universo. Por desgracia nadie sabe lo que realmente es, aunque cada una de los tres poderes tiene sus propias ideas de que se trata. Por un lado la Iglesia del Salvador (la promotora de todo este proyecto) tiene la creencia que con el Corazón del Universo se abrirá el camino de la humanidad hacia Dios y así la raza humana volverá a estar al lado de Dios (vamos, argumentos típicos de fanáticos religiosos y xenófobos). La Judicatura, más pragmática en sus observaciones, cree que puede que no sea dios lo que encuentren, pero si existe tal Corazón del Universo, posiblemente se hallen respuestas a muchas de las grandes preguntas que siempre se ha hecho la humanidad. Por último, el poder militar con una visión bastante prosaica, cree que el Corazón del Universo puede ser el arma definitiva para hacer de la raza humana la dominante del universo de una vez por todas.

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Todo esto no parece convencer mucho a nuestro capitán Icónah. Ya que muchos han marchado tras este supuesto “El Dorado” para nunca regresar. El último que llevó a cabo esta temeraria búsqueda fue su propio padre Orkhan. Pero ante la insistencia de los tres grandes poderes poco puede hacer un simple capitán, así que abandonaremos el espacio conocido para viajar más allá de la ultima frontera, cual Capitán Kirk en busca de el Corazon del Universo.

Todo este previo sirve para dar pie a nuestro viaje por el juego visitando sistemas desconocidos donde poco a poco iremos descubriendo si realmente existe ese Corazón del Universo y de camino también descubriremos las verdaderas intenciones ocultas tras los tres grandes poderes de la humanidad.

En nuestro viaje conoceremos a diferentes pueblos. Algunos serán amistosos o simplemente no tratarán de atacarnos nada más ver nuestras extrañas naves. Mientras que otros nos verán como una amenaza. Además descubriremos que no somos los únicos con la tecnología de naves vivas, pues parece que otra cultura también ha desarrollado este tipo de naves y armas.

Lo que sí es cierto, es que el argumento esconde más de un giro (casi) inesperado que mantendrá despierto nuestro interés a lo largo de toda la aventura.

 

Imágenes de una tierra distante

Los escenarios que nos muestra Genesis Rising son de una belleza impresionante. Nos introduce en un universo donde el color inunda nuestra pantalla creando imágenes espaciales de una inspiración maravillosa. Atrás quedan los universos oscuros y vacíos donde las titilantes y lejanas estrellas no recuerdan de la existencia de lugares inexplorados y desconocidos. Este es posiblemente el apartado más impresionante y destacable de Genesis Rising.

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No solo en el escenario se nota un trabajo artístico de gran calidad. Sino también en el diseño y modelado de todas y cada una de las naves que pululan por el juego. El estilo gráfico nos lleva a un universo gótico realmente grandioso. Donde las estaciones espaciales y grandes estructuras artificiales, han abandonado el diseño práctico para convertirse en verdaderas obras de arte arquitectónico espacial. Se nota la influencia de la mitología de Warhammer 40000, junto con cierto estilo gótico que podemos ver en películas como Las Crónicas de Riddick o Vampire Hunter D Bloodlust.

Y en donde se ha puesto más énfasis es en el diseño orgánico de las naves y estaciones vivas de los humanos. El diseño, las texturas y los efectos de luz y partículas de las estaciones les dan una apariencia de ser criaturas vivas que flotan en el frio espacio. Lo mismo sucede con las naves espaciales, de apariencia bastante intranquilizadora se desplazan a su alrededor llevando a cabo sus misiones. Realmente la fealdad de las instalaciones orgánicas es tan hermosa que resultan chocantes las sensaciones de belleza que estas despiertan en el observador.

Los diseños son realmente interesantes, aunque mirando las naves orgánicas no logras evitar cierta comparación con algunos diseños del genial H.R. Giger y su cabezudo alienígena.

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Es también muy interesante ver que los diseños empleados para las demás razas están perfectamente escogidos según la mentalidad de las mismas. Desde las barrocas naves de hielo de la raza llamada Cold Whites, pasando por las rectilíneas naves de piedra de los Lapis o las utilitarias naves de los Cy-Breed. Es decir, cada raza del juego tiene sus propias y diferenciadas naves y estructuras acorde a la naturaleza dada de cada una de ellas.

Por supuesto todas y cada una de las unidades o estructuras vienen acompañadas de los brillantes efectos de luz tanto propios como de los reflejos que los soles imprimen en ellos. Además se nota que el juego aprovecha las nuevas tecnologías de partículas, pues podemos apreciar el vapor entre los haces de luz de las naves o cuando se abre la bahía de atraque de nuestra nave principal. Las estelas que dejan los motores o las llamativas explosiones de las naves al ser destruidas. Todo un espectáculo gráfico colorista y realizado con gran habilidad.

Pero en este espacio tan colorista y llamativo, también se descubren ciertos defectos que ensombrecen lo ya mencionado. Se echa de menos unos entornos más poblados. Especialmente teniendo en cuenta que los escenarios son realmente grandes. Puede que la intención sea hacernos sentir la soledad del universo, en ese caso logra su objetivo a la perfección. Pero también logra transmitir la sensación de un trabajo inacabado. O lo que es peor aun, una total falta de interés en hacer las cosas bien.

El problema de la despoblación se hace más agudo cuando llega el momento de las batallas espaciales. Aquí nos olvidaremos de grandes batallas donde centenares de naves vuelan, lucha y estallan por doquier. La mayoría de las batallas se reducen a seis o diez naves entre ambos bandos con lo que en vez de grandes batallas todo nos encontraremos luchando en pequeñas refriegas. Es una pena que se deje de lado la posibilidad de llevar a cabo grandes combates, pues el juego tiene un motor gráfico realmente espectacular (aunque esto se deba a ciertos problemas en la jugabilidad que comentaré más adelante).

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Aunque sean batallas de reducido tamaño, cuando nos metemos en combate resulta realmente atractivo ver como cañones láseres disparan sus luminosos haces, como los misiles vuelan por doquier llenado el espacio con sus estelas o como las naves explotan en innumerables fragmentos. Pero todo esto queda deslucido cuando vemos que por muchas armas que se encuentren abriendo fuego, por muchas naves que estallen en explosiones cegadoras o por muchos proyectiles vuelen por doquier. A estas alturas seguimos con el mismo problema de siempre. Las armas no afectan al enemigo de manera visual y nuestra única indicación de que se van dañando al enemigo, es la pequeña barra horizontal sobre la nave en cuestión que va reduciéndose y cambiando de verde a rojo. De nuevo reaparece la amenaza de la sensación de encontrarnos ante un trabajo inacabado, pues resulta extraño que se haya olvidado crear los efectos de naves dañadas.

 

Sonidos de una tierra distante

En la estrategia en tiempo real, el apartado sonoro no parece ser algo muy importante. Normalmente basta una voz en off para indicarnos que nos están atacando, que se nos ha acabado nuestra fuente de recursos o escuchar con satisfacción perversa las explosiones de las unidades enemigas. En todos estos puntos el juego cumple de manera perfecta lo esperado.

E incluso yo diría que sobresale al contar con una banda sonora realmente inspirada que evita nuestra caída al abismo del aburrimiento en esos momentos en los que nuestro objetivo es el tedioso trabajo de recolectar recursos o recorrer las extensas distancias que nos separan del insidioso adversario.

Los efectos de las armas están bastante logrados, o por lo menos cumplen su función dándonos el sonido que uno espera al ver esos impresionantes cañones abrir fuego. Las explosiones quizás algo exageradas, pero ¿a quien no le gusta escuchar como revientan las naves enemigas? Y el ruido de los motores, contando con que en el espacio no hay sonido, están más correctamente llevados.

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En el apartado de la interpretación de los dobladores, por supuesto en un correctísimo inglés. Decir, que la cosa no es especialmente llamativa. En la mayoría de casos los actores han dado muestra de cierto interés al poner su voz a los personajes del juego. Pero podríamos decir que en este aspecto el juego cumple con lo necesario y lo podemos dejar pasar sin pena ni gloria.

 

Viajando hacia una tierra distante

Este es un juego más de estrategia en tiempo real espacial. Si has jugado a cualquier otro juego de este género, Genesis Rising es más de lo mismo. Se nos entrega una nave capital, la cual es la más efectiva y resistente de nuestra flota. Esta nave cumple las funciones de base y fábrica de naves menores. El número de naves a controlar dependerá del límite que dispongamos en ese momento de la campaña. Que por supuesto irá incrementándose a medida que vayamos evolucionando en la misma.

Como siempre, tendremos que recoger recursos para poder construir nuevas unidades y reparar las ya desplegadas, y que además nos servirá como moneda de cambio para comerciar con otras razas.

Pero aquí es donde entra una de las partes más originales del juego. Nuestra tecnología es orgánica, es decir nuestras naves son criaturas vivas las cuales no utilizan repuestos o cosas semejantes, sino que utilizan sangre. Esta sangre puede ser obtenida de dos maneras diferentes. Por un lado están las grandes estaciones vivas, las cuales cuentan con una elevada cantidad de esta roja sustancia. Pero también podremos extraer la sangre de las naves enemigas que derrotemos. En este caso, la cantidad de este recurso que podemos extraer dependerá del tamaño de las mismas (cuanto más grandes mejor).

Pero este método no solo sirve para recuperar recursos. Cuando devoramos los restos de otra nave, también adquirimos toda la tecnología que esta tenia y de esta manera poder mejorar nuestras habilidades tanto de combate como en otras ramas de investigación.

También es posible comerciar con otras razas que habiten el sistema en el que nos encontramos. Siempre y cuando estas no sean nuestras enemigas directas. Y por último, siempre podemos tener la suerte de encontrar pecios flotando en el espacio que nos permitan saquear alguna nueva tecnología y recuperar la sangre que contienen.

Una vez tengamos la tecnología, podremos reproducirla mientras dispongamos de la cantidad de sangre necesaria para pagar el coste de la misma. A medida que vayamos avanzando en la historia, podremos obtener evoluciones de dichas tecnologías, las cuales resultarán mucho más caras de reproducir. Pero también podremos vender las que se encuentren obsoletas, tanto nuestras como saqueadas al enemigo. Por lo que se establece cierto sistema económico que eleva nuestro interés a la hora de succionar toda nave enemiga vencida.

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Todo esto nos servirá para diseñar las naves a nuestra conveniencia. Es aquí donde realmente Genesis Rising, nos da la posibilidad de poder modificar las naves a nuestra conveniencia. El juego cuenta con cuatro tipos de fuselajes básicos. Pequeños, medianos, grandes y capitales. Cada uno de los fuselajes cuenta con una cantidad de espacios en los que introducir las tecnologías obtenidas. Pero lo mejor, es que si no nos convence una determinada configuración, simplemente volvemos al diseñador y podemos cambiarla en cualquier momento o situación. Por supuesto hacer esto tiene sus inconvenientes, primero cuanto más avanzada es la tecnología más tarda en quitarse y volverse a poner. Eso significa tiempo que no está activo y puede que seamos destruidos antes de poder utilizarla. Adicionalmente, las modificaciones consumen sangre (vida) de la nave, por lo que necesitará ser curada la nave antes de lanzarla contra el enemigo.

Pero la ausencia de un sistema de investigación propio, hace que nos sintamos un poco frustrados cuando nos enfrentamos a enemigos que sí tienen sus propias tecnologías y muchas veces son más efectivas que las nuestras (aunque por suerte, no son muy listos y no las aprovechan al máximo).

De nuevo, tengo la penosa obligación de sacar los puntos negros al juego. El más grande de todos, es que el espacio en Genesis Rising es de dos dimensiones. Podemos desplazarnos por todo el escenario siempre al mismo nivel. Con ello se elimina el aspecto más interesante de jugar en un entorno donde no hay suelo. Aquí todas las naves se mueven a la misma altura y la única ventaja a tener en cuenta es tratar de buscarle la espalda a tu adversario. Pero esto tampoco es que resulte muy efectivo, pues todas las unidades maniobran igual de bien ya sean pequeñas, grandes o enormes, por lo que esta ventaja dura unos escasos segundos.

Por lo que nos encontramos con un juego de estrategia en tiempo real de estilo clásico, con escenarios espaciales. Y en el que tras muchas pruebas acabas usando la recurrente estrategia de usar las naves más gordas y en el mayor número posible para lanzarlo contra el enemigo. Por supuesto tratando siempre de centrar toda la potencia de fuego sobre la misma nave adversaria e ir eliminándolas una a una.

El juego solo tiene en cuenta la vida de la nave, el blindaje que le hayamos instalado y las armas montadas. Lo único que si diferencia una nave grande de una pequeña, es que las pequeñas se desplazan más rápido y llegan antes a la muerte contra naves grandes.

Todo esto hace que la jugabilidad sea realmente reducida. El único momento donde realmente puedes sentir la estrategia es en que tipo de arma es más efectiva contra un determinado adversario, pero una vez lo sabes, ya solo te queda atacar y atacar hasta acabar con él.

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En el apartado de la dificultad, tenemos tres opciones. Fácil, normal y difícil. La primera opción significa encontrarnos con un adversario completamente ineficiente. Si vamos a la segunda opción podemos encontrar que el ordenador ya plantea algún que otro reto, pero solo es recomendable para jugadores totalmente inexpertos. La mejor opción es la última, pues en aquí ya tendremos delante de nosotros un adversario que nos planteará alguna dificultad. Aunque la verdad si eres un jugador experimentado en este género es más probable que tengas que repetir la misión por no saber que debías hacer en determinados momentos que por ser destruido por la máquina.

Como he dicho en su momento cuando hablaba sobre la falta de grandes batallas con multitud de naves, la razón que logro adivinar, es que no dispone de un entorno completamente en tres dimensiones. Y como también comenté antes, la única diferencia real entre naves mínima, utilizar grande flotas pierde todo su sentido. No es que lo justifique, pues a mi parecer esto es un error más en el juego. Pero si parece ser la razón del uso de pocas unidades por cada bando.

 

Compañeros hacia una tierra distante

En el apartado multijugador, el juego sufre el paso de los años. La posibilidad de jugar por internet queda reducida al desaparecido servidor de GameSpy. Por lo que este apartado queda fuera de uso. Si es cierto que permite el juego en red, pero claro, esto te limita a jugar con amigos y como el juego no cuenta con gran número de seguidores la cosa puede resultar algo complicadilla.

Después también está que el juego solo nos da una posibilidad de combate multijugador que es el deathmatch. Por lo que tampoco es que resulte demasiado llamativo o interesante. Aunque lo único bueno es que en este modo de juego, podemos utilizar las naves de cualquiera de las facciones que aparecen en el juego. Aunque lo único que sacaremos en claro, es que todas las naves se comportan igual y que la estrategia de construir el mayor número de naves y lo mas gordas posible seguirá siendo la técnica estrella.

 

Sensaciones de una tierra distante

Genesis Rising a mi parecer quedo sentenciado a ser un juego mediocre debido realmente a la falta de puntos lo suficientemente innovadores. El hecho de utilizar naves vivas que evolucionan y su apariencia a los Aliens de H.R. Giger es algo realmente llamativo. Pero que en ningún caso logran resultar realmente interesantes o aportar alguna innovación que atraiga al jugador.

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Después está la simpleza en la jugabilidad, donde la habilidad estratégica es nula. Donde desaparece la libertad de movimientos en los tres ejes limitando el combate a un mismo plano. Y así imposibilitar llevar a cabo ataques desde distintos niveles para aprovechar las deficiencias de las naves adversarias es algo imperdonable (siempre hablando de un juego de hace seis años). Más el hecho de que se pierde toda razón para el uso de naves pequeñas, salvo porque el juego no te deje hacer naves de mayor tamaño en ese momento. Cuando se tendría que haber tenido en cuenta la ventajas que tienen las naves más ágiles para atacar naves de gran tamaño. Lo convierte en un juego demasiado anodino y carente de todo interés para los aficionados que buscan nuevos retos en entornos más abiertos.

Además el juego tiene ciertos problemas de rendimiento y funcionabilidad, especialmente si trabajas en un sistema de 32 bits, pues requiere tres gigas de memoria RAM. Esto unido a ciertos bugs en la instalación, complica la vida del jugador más de lo deseado, especialmente si después se añaden las desilusiones que la jugabilidad conlleva.

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En definitiva, Genesis Rising tenía todas las papeletas para acabar siendo un juego del montón y así fue. Pero ahora tenemos la posibilidad de adquirirlo en un paquete Bundle Star.com realmente interesante. Viene acompañado de otros nueve juegos, que en su momento también pasaron sin gran éxito. Es posible que no se trate de un juego de una calidad tan elevada como para adquirirlo a un coste elevado, pero cuando nos llega en este fabuloso paquete, realmente la cosa cambia y es una opción realmente atractiva para poder probarlo y apreciar tanto sus cosas buenas como malas.

http://www.bundlestars.com/all-bundles/heroes-of-conflict-bundle/

Por lo que ahora puede ser adquirido por un precio irrisorio pues no llega a 5€ (4,58€ para ser exactos) y encima añadir otros nueve juegos a nuestra colección pues es una propuesta muy interesante y atractiva.

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Gonzalo Tello González

De profesión técnico informático, diseñador gráfico y fotógrafo. Provengo de la generación que ha tenido la suerte de ver toda la evolución de los ordenadores y de las consolas. Desde los 8 bits hasta la era actual. Enamorado de la tecnología, adoro el mundo de los videojuegos y todas las grandes experiencias que ellos me han proporcionado. El cine es una pasión, leer libros una necesidad y disfrutar de los comics y mangas algo intrínseco a mi existencia. Por si esto no fuera suficiente, soy jugador de rol a la antigua usanza y además estoy diseñando mi propio juego de rol (aunque eso es un proyecto a muy largo plazo).

1 comment

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  1. BlackIronSnake 16 septiembre, 2013 at 22:07 Responder
    Es triste recaer en los dicho que solo los grandes pueden sobresalir haciendo verdaderas obras de arte hechas en videojuegos y son empresas como estas que empiezan, hacen estos productos y acaban siendo olvidados y con una calidad algo mediocre o suficiente.

    Es una lastima, ya que nada mas empezar con el análisis me dio gusto leer “Estrategia en tiempo real” acompañado de un bajo precio.

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