La verdad es que el personaje de Riddick me encantó desde el momento de su primera aparición en Pitch Black. Con la llegada de la segunda parte Las Crónicas de Riddick, donde quedaba completamente de manifiesto su protagonismo, hizo de Riddick el personaje perfecto para ser adaptado al mundo de los videojuegos, por lo que no me extrañó en absoluto cuando llegó a los compatibles The Chronicles of Riddick: Escape from Butcher Bay, donde se nos mostraba un preludio de las andanzas del señor Richard B. Riddick y de cómo logró obtener esa extraordinaria mirada que le permitía moverse en la oscuridad.
El primer juego incorporó muchos aspectos novedosos que de nuevo se aplicarían a la perfección en el juego que hoy no ocupa, además de lograr un considerable éxito de ventas que aseguró la aparición de una nueva entrega de esta saga. Pero mientras que la primera entrega mantiene la línea argumental de la historia ya vista en la gran pantalla, esta segunda nos muestra un argumento que en ningún caso tiene repercusión alguna en la historia del carismático furyano, por lo que, en cierto modo, pierde parte de la gracia que tuvo su antecesor y no puede evitar dejarnos un regusto amargo de falta de gracia.
Plataformas disponibles: PC, PlayStation 3 y Xbox 360
Versión utilizada para el análisis: PC
Desarrolladora: Starbreeze Studios
Distribuidor: Atari
Fecha de Lanzamiento: 7 de abril del 2009
Género: Acción e infiltración
Idioma: Voces en inglés y textos en español
Precio: 11,98€ (GOG.com)
Requisitos Mínimos
S.O.: Windows XP, Vista, 7
Procesador: Intel Pentium D 805, AMD Athlon X2 +3800
Memoria: 1Gb Windows XP, 2Gb Windows Vista/7
Gráficos: ATI Radeon HD 2600 XT o GeForce 6800 Ultra o mejor
DirectX: 9.0c
Disco Duro: 11 Gb
Tarjeta Sonido: Compatible con DirectX 9.0c
Las Crónicas
A estas alturas, hablar sobre el personaje principal es realizar un esfuerzo baldío. Por un lado todo aquel jugador que no conozca a Richard B. Riddick simplemente no concuerda con la categoría de jugador a la que va destinado este título. Y por el otro, los aficionados a los que sí va destinado este juego, de sobra conocen al personaje encarnado por el señor Vin Diesel, por lo que la mejor opción es hablar de lo que nos depara la historia y no derrochar palabras presentando al protagonista de este tinglado.
Podemos decir que The Chronicle of Riddick: Assault on Dark Athena es una de las muchísimas aventuras de las que disfruta nuestro protagonista antes de lo acontecido en Pitch Black. E incluso podemos conjeturar (aunque en ningún momento la historia lo afirma) que lo acontecido en este videojuego sucede poco tiempo antes del encuentro de Riddick con los simpaticones animalillos a los que no les sienta nada bien la luz solar.
En este caso nos volvemos a encontrar con que el pertinaz William J. Johns ha logrado de nuevo capturar a Riddick. Con esta será por lo menos la segunda vez que esta pareja acaban juntos y que, por casualidades del destino (y un guion algo carente de imaginación), las ilusiones del cazarecompensas se ven de nuevo frustradas. La verdad es que cualquier alcaide de institución penitenciaria empezaría a sospechar que estos dos tienen montado un negocio en esto de las recompensas, porque siempre es Johns el que consigue atrapar al inquieto Riddick, y este no tarda mucho en volverse a fugar.
Bueno, la cosa es que de nuevo Johns ha logrado echarle el guante a nuestro protagonista, y mientras viajan hacia alguna de las pocas prisiones capaces de retenerlo más de unos cuantos días, como si de un previo se tratase al inicio de la Pitch Black, el viaje se ve interrumpido por la llegada de una misteriosa nave que captura el esquife donde viajan Riddick y su captor. Por supuesto, el instinto animal que tantas veces la ha salvado la vida al furyano hace que despierte del proceso de hibernación pocos momentos antes de la aparición de la nave y permite a Riddick poder esconderse a la espera de ver cuáles son las intenciones de los tripulantes de esa tenebrosa nave.
Pronto descubrimos que se trata de una nave llamada Dark Athena. Esta gigantesca nave alberga en su interior a todo un ejército de mercenarios y actualmente se encuentra capitaneada por una mujer llamada Gale Revas.
Desde que Revas tomó el control de la nave, el negocio de los perros de guerra ha resultado ser poco lucrativo y la nueva capitana ha decidido pasarse al mercado del esclavismo, el saqueo y la piratería, que a priori dan mayores dividendos y causa un menor índice de bajas entre sus tropas. Lo malo es que no contaban con que esta nueva profesión los iba a llevar directamente a encontrarse de morros con nuestro pelón protagonista, el cual les va a demostrar lo equivocado que resulta haber cambiado de negocio. Por supuesto, esto lo haremos al estilo Riddick, es decir, mientras tratamos de salir en el follón que nos encontramos metidos, nuestros actos de violencia desmedida irán mermando considerablemente los recursos humanos de los mercenarios-piratas. Por el camino, todos aquellos que no pertenecen a los hombres de Revas que se crucen en nuestro viaje hacia la libertad, pueden ser susceptibles de que les ayudemos, aunque solo sea porque al ayudarles cumplimos un nuevo objetivo que nos acerca a la fuga.
La historia cuenta con algún que otro giro argumental no muy sorprendente, pero sí lo suficientemente dramático para darle al juego un nivel semejante al de una película, con lo que logra mantenernos pegados a la pantalla tratando de ver como los señores de Starbreeze Studios logran salvar la papeleta de esta nueva historia sin cargarse lo ya contado en las películas.
