Terapia, es una serie de artículos que irán teniendo cabida por estos lares y relatará de una forma objetiva los diferentes parecidos del videojuego con algunos temas humanos como son la ira, la amistad, la toma de decisiones o la muerte.
El sentimentalismo está siempre presente en nuestras vidas, y la diferencia que lo hace tan común es precisamente la variedad de personas que lo sienten de forma diferente. Esto, sin duda alguna, es uno de los factores más comunes en un el ser humano, y es que lo que a alguien le puede parecer estupendo, a otro le puede parecer una porquería inmunda.
En el camino nos encontramos muchos de estos casos experimentados con uno mismo, y por supuesto también encontramos en las películas, los videojuegos o los libros; esos sentimientos de odio, tristeza, muerte, enamoramiento o resignación. Este artículo va de sentimientos en el videojuego, va de las emociones que hemos sentido a lo largo de nuestras partidas en cualquier plataforma, mezcla de lo retro y lo actual. Empecemos con esta cruzada.
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Mass Effect, el cóctel sentimental.
Todo aquel que haya jugado a Mass Effect lo sabe, la saga tiene momentos para todo; reír, llorar, odiar, en definitiva, sentir. No hace mucho leí que Mass Effect tenía en cada entrega todo aquello que hubieras mejorado de la anterior, pero hay algo que prevalece; la variedad de situaciones.
Quien haya jugado a la saga sabrá que hay momentos en los que nos tendremos que despedir de personajes para siempre, y normalmente de forma bastante trágica, viéndole la cara a la persona que nos está diciendo adiós, que no está diciendo que nunca volveremos a verle el rostro que le hizo tan peculiar, para bien o para mal. También están las parejas que nacen y mueren prácticamente juntas, dotando así una parábola sobre la vida al lado de otro ser, también presente en la saga.
En la saga es bien sabido que las razas abundan, y que, como en la vida real, hay diferencias morales y éticas entre unas y otras que bien pueden llegar al odio. Pueden llegar incluso, a la cruzada en masacrarse unos a otros por diferencias que tan solo son psicológicas y están en el interior del humano, krogan, salarian o cualquier otra raza existente del universo del juego. El odio es psicológico, y eso en los videojuegos no se han dado cuenta, pero no cantemos victoria, porque nosotros en nuestro mundo real tampoco.