Podéis imaginaros rápidamente sobre qué tema está enfocado este artículo. Así es, hoy vamos a hablar sobre qué hay detrás de ese odio incondicional a Internet Explorer, por qué nos estremecemos cada vez que vemos a alguien usarlo y de la forma irracional en que lo juzgamos cada vez que tenemos oportunidad.

Un poco de historia

Internet Explorer, Google Chrome, Opera, Mozilla Firefox, Safari… todos tienen en común que son navegadores web, cada uno con su origen; pero solo uno despierta un sentido de rechazo. Haciendo un poco de historia: cuando Internet empezaba a comercializarse los navegadores web iban ligados a la propia mensualidad del servicio, por ejemplo AOL. Microsoft quiso cambiarlo con Internet Explorer, un navegador gratuito. Hasta aquí todo bien, Microsoft tenía el monopolio de los navegadores hasta que llegó Mozilla Firefox, la primera alternativa que era también gratuita. Aparecieron los estándares webs que los servicios gratuitos adoptaban, mientras que Microsoft no lo hizo, dando un trabajo extra a los desarrolladores para que las páginas se visualizaran correctamente en Internet Explorer. Esto hizo que muchas páginas que se veían bien en Mozilla Firefox y Opera no lo hiciesen en Internet Explorer, además las cargas eran lentas e iban mal, lo que empezó a generar malestar entre los usuarios medios. En este momento estábamos con la versión 6 del navegador. Hasta la versión 9 no contamos con una versión reescrita que cumpliera los estándares y la forma de ejecución de Javascript. Tardaron tanto en arreglarlo que el daño ya era irreparable.

¿Sigue siendo Internet Explorer un mal navegador?

Para nada, tiene una interfaz sencilla, fácil de manejar y se ejecuta rápido al abrirlo. Podemos verlo mejor con datos de benchmarks como los siguientes gráficos de Tom’s Hardware. Por ejemplo, es el segundo más rápido en ejecutarse y cargar las páginas por delante de Opera y Chrome. No queda en tan buena posición cuando nos fijamos solo en el tiempo de carga de página. Hay muchos otros parámetros a analizar, seguramente mucho más técnicos y decisivos los cuales desconozco y por lo tanto no voy a tratar, pero en este punto no quiero demostrar qué navegador es superior frente otro, sino dar a ver que Internet Explorer 10 es igual de competitivo que otros navegadores.

¿Por qué la gente sigue odiándolo?

Está claro que hay una sensación de desprecio hacia él en la sociedad. Esto no quiere decir que todo el mundo lo odie, ni siquiera que haya una mayoría de internautas que lo odien, pero llama la atención mucho más crucificarlo que intentar reacreditarlo como navegador. Este desagrado inicial se ha esparcido, al principio por parte de los informáticos, que fueron los primeros en experimentar con él. Luego se fue esparciendo, de usuario en usuario, se crearon las primeras páginas web dedicadas exclusivamente a criticarlo, hilos eternos en foros y los blogs aparecían como setas.

Todo esto terminó en una herencia a los usuarios jóvenes actuales, que lo odian porque los adultos que los educaron en la informática crecieron en ese odio. Pero estos jóvenes no saben realmente a qué se debe esa repulsión, es más un sentimiento innato, como la relación entre un perro y un gato. Por esta parte tenemos un sector de usuarios que no quieren ni oír hablar de él simplemente por una falta de conocimiento sobre el tema, el efecto del usuario desinformado. Todo y esto Microsoft no se ha dado por vencida, a parte de las mejoras considerables que han hecho han llegado hasta el punto de proponer un cambio de nombre al navegador, ¿solucionaria esto la problemática?

La Idea de Internet Explorer

Pero el grupo que realmente me ha llevado a la idea de escribir este artículo es el que no odia a Internet Explorer, sino a la Idea de Internet Explorer. Este puede ser un concepto complicado. Para poder entenderlo mejor os recomiendo el siguiente video de Innuendo Studios sobre Phil Fish.

Phil Fish es un desarrollador de videojuegos y creador de Fez, un juego de plataformas muy recomendable. En Internet hay esta sensación de odio hacia esta persona, al igual que la hay hacia Internet Explorer. Y como se explica en el video, el odio no es hacia Phil Fish, las personas que lo critican probablemente no conozcan a Phil Fish en persona, solo conocen cómo actual por Internet: con prepotencia y sin pelos en la lengua. Es esta idea de desarrollador prepotente la odiada.

Haciendo la extrapolación a Internet Explorer, no odiamos al programa en sí, odiamos a la actitud de Microsoft durante su desarrollo. Nos repele que no se implementaran los estándares web y que los desarrolladores tuvieran que rehacer su código para que las páginas funcionaran y se vieran correctamente. Es esa tozudería de Microsoft por querer imponer una metodología que perjudicaba a los trabajadores fieles a ellos la que es odiada. Son esos años que tardaron en rectificar y facilitar el trabajo a los desarrolladores. Todo este conjunto es el que nos lleva a odiar a la Idea de Internet Explorer.