Hablemos hoy de lo que nos depara el futuro, uno no muy lejano pero tampoco muy cercano. Como ya apunté en mi anterior artículo, la tecnología avanza a paso de gigante: hace 10 años nadie tenía en mente lo que serían las tecnologías hoy mismo (Whatsapp, Internet en el móvil, la potencia de los smartphones…), viendo lo que ha pasado en tan poco tiempo sería normal intentar predecir lo que viene después; tenemos ciertos indicios, pero básicamente todo son especulaciones. En este artículo voy a proponer posibles tecnologías que van a pasar a ser parte de la vida cotidiana, de la persona corriente. Recalco que todo es pura especulación y os invito a presentar vuestras previsiones del futuro.

Internet lo es todo

Las compañías telefónicas se afanan en ofrecernos packs cada vez más completos: llamadas, SMS, internet, teléfono fijo, televisión… ¿Realmente necesitamos todo eso? Mi primera predicción se dirige hacia una unificación de todos esos servicios en uno: Internet. En un posible futuro no habrá llamadas a la antigua usanza, utilizaremos servicios que se conecten mediante Internet, al estilo Skype, ya hay aplicaciones que ofrecen esto. Lo mismo que pasa ahora mismo con los SMS, han sido desplazados mayoritariamente por Whatsapp y demás aplicaciones de mensajería instantánea. La televisión va perdiendo sentido a la vez que los servicios a la carta cogen fuerza (por desgracia en España no tanto como deberían). Hay quien argumentará que eso no sería posible, las compañías ya nos limitan nuestras descargas móviles, ¿cómo aguantaría la red tal cantidad de datos? Pues seguramente no, pero de eso trata el avance tecnológico, de mejorar las infraestucturas y así poder ofrecer servicios mejores y con más sentido.

Tengo que añadir un pero a esta primera reflexión, no estoy tan seguro que los teléfonos fijos vayan a ser absorbidos por el avance, no a tan corto espacio temporal. Los fijos tienen un papel muy importante no solo en el hogar sino en las empresas, las cuales requieren planes diferentes, por lo que se podría decir que la evolución tecnológica en este sentido funciona a otro ritmo.

Vamos a vestir tecnología

Los wereables tienen una tendencia muy creciente y mi segunda predicción va sobre ellos. ¡Eso tampoco es para tanto! dirán algunos, es verdad que no me arriesgo mucho en este campo pero me gustaría comparar este momento con el inicio de los smartphones. En aquel entonces proliferaban los primeros móviles táctiles, iban bastante mal y no sé cómo tuvieron tanto éxito, todo cambió cuando llegó el iPhone con su pantalla capacitiva. Luego tuvimos los primeros Android, el sistema no se conocía mucho pero íbamos mejorando hasta los primeros Samsung Galaxy. Bien, pues ahora pasa un poco lo mismo, estamos empezando y hay que mejorarlos mucho pero van a llegar a ser parte importante de la vida cotidiana. La pregunta ahora es: ¿cuánto van a cambiar? Yo espero que mucho.
Ahora mismo los wereables, tanto sean podómetros, pulseras deportivas, gafas inteligentes o relojes inteligentes, todos tienen una cosa en común: requieren un smartphone para poder exprimir al máximo sus funcionalidades. Utilizan el Internet del móvil, sólo nos permiten rascar la superficie de lo que podemos hacer con nuestro smartphone; esto va a cambiar, los wereables se van a independizar. Con esto no quiero decir que los smartphones vayan a desaparecer, a la vez que los wereables ganan potencia y utilidades también lo harán los móviles. Pero si tendremos mejores experiencias a la hora de escribir, hablar y hacer fotos con ellos; las pantallas curvadas, más grandes y ligeras ayudarán en este aspecto, el control por voz también ayudará. Quizás lleguemos a los hologramas, aunque esto ya sería quizás demasiado.

Carreras de vainas

No, no creo que se inventen las vainas ni nada por el estilo, pero si espero que la tecnología avance mucho en el terreno de la conducción.  Estos días estamos teniendo los primeros despuntes de lo que podría ser la siguiente generación en el campo de la automoción: Android Auto, propuestas de carreteras hechas de paneles solares y las carreteras que brillan en la oscuridad en Holanda.

Hace 10 años, de pequeño, fui al Forum de les cultures y en una de las exposiciones que había mostraban lo que serían los coches del mañana, era un poco como las convenciones americanas de los años 40 que mostraban como sería el futuro. Eran unos coches monoplazas, del tamaño de un Smart pero más delgados y que mantenían conexión constante entre ellos: se podían llamar, hablar en grupo, localizarse mutuamente, entender con las señales de tráfico y comunicarse con los semáforos y demás. Hace 10 años era casi un sueño, pero ahora podemos entrever que las ideas imaginadas por esos diseñadores empiezan a tomar forma.

 

Los coches vendrán con un sistema de conexión a nuestros móviles mucho más potentes que los de ahora, mientras utilizamos la interfaz del coche y su pantalla los procesos y cálculos de las aplicaciones se realizarán en los móviles, que tendrán una potencia increíble. Estos se cargaran mediante carga inalámbrica habilitado en un compartimento especial al lado del asiento del conductor. El parabrisas probablemente se use como pantalla para un proyector acoplado en el capó interior del vehículo, dónde podremos ver información necesaria sin distraernos de la conducción. Algo así es lo que nos espera en unos años, no hace falta decir que toda esta tecnología deberá ser estudiada con mucho detalle, ya que la conducción es un tema muy serio y peligroso, hay que tomar las máximas precauciones de seguridad.

¿Sólo esto?

Imaginar y especular es gratis, animo a la gente y a los lectores que liberen un poco su mente y viajen al futuro. Si no fuera porque algunos decidieron crear lo jamás pensado hoy en día no disfrutaríamos de muchas invenciones, estamos en una era de innovación. Quizás alguno de ustedes o un conocido sea el próximo Dennis M. Ritchie (creador del lenguaje de programación C) y revolucione el mundo de la tecnología.