Tu cara me suena
El tema de las secuelas, tanto en el mundo de los videojuegos como en casi cualquier otro, es un poco complicado. La gente olvida en muchas ocasiones que esta industria es básicamente la forma de vida de muchísima gente, tanto directa (estudios de desarrollo, editoras, distribuidoras, etc.) como indirectamente (revistas y medios del sector, por ejemplo). Esto quiere decir que su principal objetivo es conseguir beneficios, y un solo juego que se venda mal, o sólo peor de lo que se espera, podría resultar muy problemático para las compañías; aunque para algunas sólo significa obtener menos beneficios, pero claro, pocos son los que se conforman con ganar 5 pudiendo ganar 10 (por ejemplo).
Es justamente esto lo que lleva a las distintas compañías a pensarse muy bien en qué proyecto embarcarse, llegando a la máxima expresión en los juegos triple A. Y es esto también lo que ha generado la aparición de muchos nuevos estudios de programación de juegos para smartphones, tablets o de temática indie, que requieren una inversión en recursos muchísimo menor y que sin embargo pueden llegar a otorgar los mismos beneficios. Pero no es esto de lo que vamos a hablar aquí hoy (quizá otro día), sino de sus consecuencias, que suelen dividir a la comunidad.
El comienzo de todo
Todo juego comienza primero como una nueva IP; todos fueron una novedad en algún momento, aunque fuera hace mucho tiempo. Cada uno ha sido creado a partir de la nada como una idea totalmente nueva, aunque pueda estar basado en otro juego. Una vez lanzado un juego al mercado no hay que esperar demasiado para descubrir si se trata de un juego para el olvido, si pasa sin pena ni gloria, o si se convierte en un éxito. Normalmente, según lo buenas que sean sus ventas, aumenta las probabilidades de que aparezca o no una secuela.
Claro que también hay excepciones, y juegos que han vendido mal pueden tener secuelas, ya sea porque están basados en algo que genera interés, o porque se le nota potencial a su historia, mecánicas, etc. Y por supuesto también al contrario, buenos juegos que no han tenido secuelas o que han visto interrumpida su saga. Aquí sin embargo pueden influír infinidad de motivos de lo más variopintos, que dificultan demasiado la creación de un nuevo juego y en algunos casos (como temas legales) lo vuelve directamente imposible.
Vamos a quedarnos con la opción más común: un buen juego que haya vendido lo suficiente y que no se enfrente a ningún problema. ¿Porqué se decide a crear una secuela en lugar de desarrollar una nueva IP? Un poco la pregunta del millón, y que básicamente se puede reducir a la respuesta genérica anterior: búsqueda del beneficio. Un juego o saga que ya disponga de una buena base de fans va a garantizar un mínimo de ventas. Sin embargo, una nueva IP debe conseguir atraer de nuevo a la comunidad de jugadores, y además debe hacerlo aún mejor que una supuesta secuela, puesto que ésta requiere menos tiempo, esfuerzo y recursos que un nuevo juego; al tener ya la base del juego, de la historia, mecánicas, etc.
Es por todo esto, y probablemente por algunos motivos más, que las desarrolladoras se sienten más atraídas a crear secuelas. Y es por esto que el mercado actual parece encontrarse saturado de ellas. Hoy día desarrollar un juego triple A es más caro que nunca, una inversión muy seria que la mayoría de compañías no quiere jugarse en la incertidumbre de cómo funcionará una nueva IP; ni siquiera en darle una vuelta de tuerca importante a la mecánica de una saga conocida.
Secuelas que se aceptan rápido
Sin embargo, lo que me parece personalmente más curioso de todo este tema, es la gran diferencia que aparece muy a menudo entre las reacciones de la comunidad sobre unas u otras secuelas. Así, mientras hay algunos juegos que la mayoría de seguidores siempre desean y reciben con los brazos abiertos, hay otros que por el contrario una gran cantidad de jugadores se muestran recelosos de ver una continuación.
Posiblemente de la primera categoría, de esos juegos que reciben nuevas continuaciones que son muy bien recibidas por la comunidad (al menos por la mayoría), uno de los mayores ejemplos sea la saga Assassin’s Creed. Una saga que cuenta con muchos juegos a pesar de ser muy reciente; el primer Assassin’s Creed data de Noviembre de 2007, hasta el más reciente AC IV Black Flag de Octubre de 2013. En todo este tiempo ha acumulado 6 juegos principales para consolas de sobremesa o PC, y otros tantos para consolas portátiles, móviles o sólo para formato digital. Demasiados para mencionarlos a todos. Pero en un rápido vistazo comprobamos que sólo con los juegos principales abarca a uno por año, y a esto podemos sumarle los rumores cada vez más fuertes sobre el futuro Assassin’s Creed V.