Impresiones WildStar

El planeta Nexus está en pie de guerra… ¡y tú has sido llamado a las filas! Tú, y otros tantos miles de jugadores que ya disfrutan de esta apasionante aventura de rol en línea. Un videojuego que gracias a su desternillante sentido del humor, su intenso sistema de combate y la enorme variedad de contenidos jugables que presenta ya se ha convertido en todo un referente en el género.

- Plataformas disponibles: PC

- Género: MMORPG

- Desarrollador: Carbine Studios

- Distribuidor: NCSoft

- Fecha de lanzamiento: 3 de junio de 2014

- Idioma: Inglés

- Precio: 29,99 € (edición estándar) y 44,99 € (edición digital deluxe)

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Que el género de los MMORPG está sobresaturado no es, ni mucho menos, una novedad. Son ya demasiados los videojuegos que tratan de discutirle el trono al eternamente exitoso World of Warcraft. Hay mucha razón en estas palabras, pero también es cierto que en estos últimos años el género ha tenido el placer de recibir algúnos títulos de gran calidad como The Secret World, Guild Wars 2 o el propio WildStar. Estamos ante un videojuego sorprendentemente divertido, ingenioso y realmente completo a nivel de contenidos que, aún a pesar de mantenerse bastante fiel a los cánones del género -dicen que si algo funciona, por qué habría que cambiarlo, ¿no?-, ofrece una experiencia de juego muy satisfactoria, fresca al principio y en algunos aspectos hasta original (aunque en el fondo no lo sea). Y este es el mayor logro de un título que se ha convertido en otro de los buenos ejemplos de lo que todavía puede ofrecernos el género del rol multijugador en línea.

 

Historia

WildStar está ambientado en Nexus, un mundo imaginario en el que los jugadores viven inmersos en una cruzada por conseguir controlar el planeta ahora que su raza más poderosa ha desaparecido. Los Eldan han dejado tras de sí un rastro de misterio y grandes tesoros que provocarán conflictos entre los Exiles y Dominion (cuyos motivos para la lucha recuerdan en gran medida a los Rebeldes y el Imperio de Star Wars). Desde bien empezado el juego hasta el final, encontraremos que las aventuras, tanto de nuestro personaje como de los NPC, están narradas con una gran dósis de humor. Aunque por supuesto, no faltarán los toques melancólico y trágico en momentos puntuales. Por lo general, la historia es simple aunque el trasfondo va cogiendo distintas formas conforme vamos avanzando en ella.

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A la hora de crear nuestro personaje, tendremos para elegir entre ocho razas y seis clases. Una de las revoluciones de WildStar frente a otros MMORPG es que aquí puedes elegir además tu propio camino o lo que es lo mismo, dedicarte a realizar las misiones que más se ajusten a tu modo de juego. Si te sientes más duro que Rambo, lo tuyo pasa por ser un Soldier. Si por el contrario te gusta explorar el vasto mundo y sacar más fotos a los paisajes que un chino enfrente de la Sagrada Familia, Explorer es tu camino. Los Path serán una opción más para estrujar al 100% el videojuego y, sobre todo, para ayudar a no caer en la monotonía que implica de subir de nivel siempre de la misma forma. En total habrá cuatro Paths disponibles:

  • Explorer: descubrirán nuevos territorios al escalar grandes montañas, recorrer caminos al borde del abismo y explorar cuevas secretas.
  • Soldier: su misión consiste en derrotar a las bestias de Nexus y a los enemigos de su facción para así lograr la gloria.
  • Scientist: su labor será la de descubrir los más fascinantes secretos del planeta y aclarar el misterio de la desaparición de los Eldan.
  • Settler: llegados al nuevo planeta para hacer fortuna, los colonos se enfrentarán a grandes retos para obtener la mayor riqueza posible.

Las 6 clases que presenta el juego son muy distintas entre sí: Warrior, Stalker, Esper, Spellslinger, Medic y Engineer. Cada clase puede desarrollar dos roles en el campo de batalla (tanque y DPS o bien DPS y sanador), cada uno de ellos definido por 8 habilidades y una “ultimate” que elegiremos entre la treintena disponible, imitando así la forma de personalizar a los personajes del Guild Wars original. Por ejemplo, podemos elegir 8 habilidades de la rama Assault del Stalker para hacer de él una máquina de matar, o bien descartar algunas en beneficio de habilidades de Support o Utility, para hacer de él un personaje más resistente y difícil de detectar. Además, cada clase dispone de un panel de AMP, bonificaciones pasivas que alteran tanto las características de nuestro personaje como de las habilidades. Por lo tanto, si tenemos en cuenta que solo podemos equipar 8 habilidades y que el funcionamiento de las mismas va variando según su rango y los AMP que escojamos, nos encontramos ante uno de los MMORPG que mayor personalización nos permite a la hora de configurar a nuestro personaje. Difícilmente vais a ver dos personajes de la misma clase con idéntica build, y eso dice mucho en favor de la profundidad de WildStar.

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Jugabilidad

Tras crear a nuestro personaje (después de un creador bastante completo, también hay que decirlo) iniciamos un largo viaje a lo largo y ancho del planeta Nexus (plasmado en forma de mundo abierto, sin tiempos de carga intermedios salvo para mazmorras) completando misiones, explorando, decorando nuestra casa, fabricando objetos y participando en eventos hasta llegar a nivel 50, momento en el que empieza el clásico end-game a base de mazmorras (en diversas dificultades), raids (de hasta 40 personas), diarias y PvP. Hasta aquí podría parecer que WildStar no ofrece nada que no hayamos visto antes, pero como apuntábamos anteriormente, el secreto está en la ejecución, gracias a un sistema de combate muy similar al que está triunfando hoy en día en el género de los MOBA, como es el caso de Smite.

Así pues, WildStar apuesta por un frenético sistema de combate en tiempo real sin target, en el que se premia la puntería, el movimiento, los reflejos y, en definitiva, la habilidad del jugador. Tanto, que estamos ante uno de los MMORPG más exigentes del mercado. Vuelven los tiempos de los wipeos, de la necesidad de CC para limpiar mazmorras, de los gastos en reparaciones y de las arenas verdaderamente competitivas. Advertencia: si lo que queréis es un MMORPG en el que poder completar raids sin apenas despeinaros, terminar mazmorras en cuestión de minutos y equipar a vuestros personajes con objetos épicos en pocos días, WildStar no es vuestro juego. Carbine Studios ha querido recuperar el sentimiento tan añorado de The Burning Crusade, en el que había que esforzarse para avanzar en el contenido. Insisto, no es un juego para gente impaciente. Eso sí: si echabais de menos un título que supusiese un verdadero reto, WildStar es ese MMORPG que esperabais.

Como no podía ser de otra forma, WildStar también presenta un completo y cuidado PvP en forma de Battlegrounds, Arenas, Warplots y World-PvP. Para los entusiastas del combate jugador contra jugador, el juego nos permite llegar a nivel máximo a través de las dos battlegrounds disponibles por el momento, que otorgan la experiencia suficiente como para resultar una vía alternativa tan viable como la del PvE. Y una vez llegados a nivel máximo, el aspecto competitivo toma forma con las arenas 2 vs 2, 3 vs 3, 5 vs 5 y las Warplots, unos campos de batalla para hasta 40 personas donde cada bando puede personalizar el diseño y las defensas de su base. Si a todo esto le añadimos los tan extendidos modos ranked, el equipo específico PvP para los mejores equipos y el incesante gankeo que se vive en las zonas compartidas por los Exile y el Imperio en el mundo abierto, los fans del PvP están servidos de contenido durante meses.

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Y por último, otra de las características fuertes de WildStar: el housing. Carbine lleva el tema a otro nivel. En un espacio virtual, fuera de los límites del continente y en una especie de islas flotantes, donde podemos acceder a nuestro pedacito de suelo personal e intransferible. Allí tenemos la posibilidad de construir nuestra propiedad y decorarla a nuestro antojo con las miles de combinaciones que hay disponibles: suelo, paredes, techo, cielo, objetos de decoración… Es realmente aterrador ver cómo pasa el tiempo mientras vas colocando, cambiando u ordenando los objetos para que tu casa quede bonita con el sencillo editor que viene incorporado en WildStar, empleando muchas más horas de las que uno se atrevería a confesar. Pero no es simplemente un elemento ornamental. No se pueden obviar los beneficios que derivan de tener una parcela más o menos decente. Y es que sumado al bonus de experiencia por descanso, los buffs diarios que se obtienen al interaccionar con el tablón de la entrada, los retos que se desbloquean por tener ciertas parcelas construidas y los materiales que se pueden sacar de nuestras propias granjas y minas, nuestra casa flotante es algo más que un detalle menor del juego.

 

Sonido

El apartado sonoro de WildStar destaca sobretodo por la gran banda sonora que ha sido compuesta expresamente para el mismo. Jeff Kurtenacker es el nombre del compositor, quien ha trabajado anteriormente en piezas para Warcraft III y World of Warcraft, además de su obra más conocida hasta el momento, otro MMORPG llamado Pirates of the Burning Sea. No llega a ser la banda sonora del título de Blizzard, pero que los temas consiguen crear una atmósfera ideal para el entorno en el cual se desarrolla toda la acción es innegable. Muchos de los cortes, de hecho, quedarán para el recuerdo como Place to call homeInto the UnknownThe Balance of Human Nature.

Para apreciarla como corresponde, os recomiendo buscar la BSO aparte y, en algún momento que tengáis libre, darle la atenta escucha que merece; os aseguro que la disfrutaréis.

 

Gráficos

En lo referente al apartado gráfico, Carbine ha apostado por un estilo ‘cartoon’ en el que prima lo artístico por encima de lo tecnológico. Con el objetivo de que el juego funcione en la mayor cantidad de configuraciones posibles, WildStar presenta un colorido mundo repleto localizaciones únicas y con un diseño y unas animaciones para personajes y enemigos tan carismáticas y cómicas que parecen sacadas de una producción de Pixar. Ni puede ni pretende competir en el aspecto técnico con juegos como Final Fantasy XIV, Elder Scrolls Online o Guild Wars 2, pero el resultado final no desmerece en absoluto. Desde bosques y praderas a montañas nevadas, pasando por ciudades, pueblos perdidos, instalaciones alienígenas e interiores de naves espaciales. Nexus es un mundo abierto inmenso, variado y, por encima de todo, vivo.

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De manera ocasional, podemos pasar de funcionar a 50 FPS estables a caer en constantes tirones que pueden acabar congelando el juego. Todo esto tendría su lógica si ocurriera en ciudades de gran tamaño o grandes concentraciones de gente, pero ni en la nave espacial del inicio (con mucha carga poligonal y personajes nuevos) ni con aglomeraciones ocurre. Para ser más exactos, ocurre en pequeños asentamientos con no más de 5 personajes no jugables y dos o tres jugadores correteando de aquí a allá. Si bien es cierto que se han ido lanzando progresivamente parches para solucionar estos temas, de vez en cuando siguen ocurriendo cosas raras, aunque por lo general, la experiencia no se ve truncada por este tipo de fallos.

En resumidas cuentas: quizás el mayor halago que se le pueda dedicar a WildStar es que se trata, ya desde su mismo lanzamiento, de un juego prácticamente completo.  En numerosas ocasiones nos hemos encontrado con títulos que estaban a mitad hacer el día de su lanzamiento, incluso hasta un año después. Star Wars: The Old Republic era un buen juego, pero se desinflaba a nivel máximo. Guild Wars 2 obvió muchísimas opciones en su lanzamiento y ha tardado 2 años en incorporarlas. Final Fantasy XIV tardó meses en incorporar algo de PvP. Ni Elder Scrolls Online ha sido capaz de ofrecer todo lo que pide un público acostumbrado a juegos que dan mucho más al mismo precio mensual. Carbine ha entendido que para convencer a alguien a dar el salto hay que ofrecerle, al menos, lo mismo, y a poder ser más. Y WildStar lo hace.

Nexus está repleta de misiones, zonas, PvP, crafteo, mazmorras, raids… y se permite el lujo de añadir housing, Paths, un buen sistema de personalización de clases, y uno de los mejores sistemas de combate de los últimos años. Ya no se trata únicamente de cambiar de MMORPG para acabar haciendo lo mismo. Se trata de cambiar para hacer más, y mejor. No es World of Warcraft, pero sí tiene las similitudes justas para convencer al público al que va destinado.

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Adrián Fernandez

Informático de 21 años residente en Valencia. Mi padre me puso la semillita de la admiración por los videojuegos a los 4 años y desde entonces no ha parado de crecer. Intentando hacerme un hueco en el mundo de los e-Sports, pero ese es otro tema. Amante del hard rock, metal y post hardcore.

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