Belleza y fantasía se abrazan para ofrecernos una aventura como las de antes.
- Plataforma: PC
- Desarrollador: Daedalic Games
- Editor: Viva-Media / Deep Silver
- Género: Aventura gráfica
Los más viejos del lugar recordarán que las aventuras gráficas eran el género de moda a finales de los 80′ y principios de los 90′. Juegos como Loom, los Monkey Island o Indiana Jones and the Fate of Atlantis son considerados hoy en día como los máximos exponentes del género, abandonado posteriormente en pos de los juegos de acción, las técnicas 3D y el frenetismo hacia el que iba dirigido la industria. Desde hace algunos -pocos- años la situación ha dado un giro de 180º, y para suerte de algunos, estamos viviendo una segunda época dorada en lo que a aventuras gráficas se refiere. Una de ellas es The Whispered World, juego realizado por la desarrolladora alemana Daedalic Entertainment y que tenemos en nuestro territorio desde hace ya más de dos años.
The Whispered World se desarrolla en un mundo de fantasía y nos pone en la piel de Sadwick, un payaso de circo ambulante que no encuentra sentido a su vida. Relegado a un trabajo familiar que no le aporta satisfacción, Sadwick siempre se está quejando, lo que produce una animadversión hacia su persona. O lo amas o lo odias, pero es difícil que resulte indiferente. En los primeros compases del juego observaremos que cualquier tarea que se le encomienda le produce el mayor de los tedios. La falta de motivación en Sadwick está bien representada en todos los aspectos. Su andar desganado, su vestimenta fea y con tonos faltos de colorido, su cara y gestos de resignación, su pesimismo, infravaloración personal e incluso su voz desagradable (la cual os hará plantearos el desactivar las voces), consiguen plasmar la idea con la que fue concebido Sadwick a la perfección. La aventura comienza cuando harto de ensayar sus números de circo, se va a dar un paseo por el bosque, y sin comerlo ni beberlo, se encuentra metido en un “fregao” del que ya no puede salir.
Con un inicio algo flojo, la trama logra, poco a poco, una consistencia que nos absorberá de forma irremediable hasta su finalización.
“No he venido a hacer de payaso”
The Whispered World tiene la principal virtud de que a pesar de no innovar en ninguno de sus apartados, todos ellos son notables. Es una aventura gráfica al uso, un ‘point & click’ de la vieja escuela. Usando el ratón y dos teclas tendremos a mano todo lo que queramos hacer. Al resaltar un objeto con el puntero dispondremos de tres opciones: Hablar, mirar e interactuar. Con la primera Sadwick nos obsequiará con una frase deprimente digna de su persona, personalizada siempre a la situación del objeto y al acto que pretendamos hacer, demostrando el buen hacer por el detalle de Daedalic. Las conversaciones son otro punto esencial de la aventura, que junto a los puzzles con recolección e interacción de objetos y minijuegos esporádicos como por ejemplo el ya clásico tablero de ajedrez con las ocho reinas o jugar con las agujas de un reloj, conforman todo el grueso de la obra. La dificultad es asequible para todos los públicos, sin ser demasiado exigentes para los menos ahondados en el género ni un paseo para los expertos en materia. De todas formas hay situaciones específicas que requieren un uso intensivo de la materia gris, pero con paciencia, aplicando un poco de lógica y por qué no, utilizando el truco de ensayo y error, toda prueba se consigue sacar adelante sin excesivas dificultades. Aclarar que como siempre en un juego del género, la habilidad de los jugadores para superar cualquier puzzle marca la diferencia entre lo que a uno le puede parecer fácil o difícil.