Debo reconocer que cuando The Crow’s Eye cayó en mis manos, no me esperaba nada de él. Realmente no tenía conocimiento alguno de que existiese si quiera (a pesar de haber sido financiado en Kickstarter y formado parte de Steam Greenlight). ¡Y cuánto mejor! Así el hype no me ha creado falsas esperanzas, haciendo que lo disfrute como se merece.
Al principio pensaba que no era más que el típico juego de puzles pasillero y con una historia insulsa, sin grandes pretensiones; aderezado con unos cuantos sustos sacados del manual de una película de terror mala y algo de crafteo. Pero cuanto más avanzaba, más ganas tenía de seguir y de dejar atrás mis primeras impresiones.
La historia me ha enganchado desde el principio. El encontrar grabaciones de voz, al más puro estilo Bioshock (lo siento, la comparación es inevitable, y más cuando podría estar ambientado, cronológicamente, entre medias de la saga); las cartas que hallaremos irán desengranando la historia de los personajes, a los que no vemos más que en unos cuantos retratos en las grabaciones y algún que otro susto, que espero que pueda provocaros sobresaltos (a mi no me lo provocó, he ido todo el juego en alerta y, a parte, soy una persona difícil de asustar). Todo esto puede hacer que The Crow’s Eye parezca solo un juego más de este estilo, pero para nada. Por alguna razón, tiene algo que lo destaca del resto, y no solo por la historia.
Empezamos en una habitación, en la que tenemos que resolver un pequeño puzle para salir. En cuanto lo hacemos, empieza la acción: la voz de un loco nos dirá ciertas cosas como que, en un alarde de originalidad, estamos ahí y no sabemos el por qué. No quiero comentar nada de la historia, simplemente diré que lo que al principio parecían simples desapariciones, no son más que una tapadera. ¿A que no os lo esperabais? Esto es solo la superficie, lo gordo está por llegar. Se dice que de la locura a la genialidad hay una delgada línea, pues bien, el doctor, que hará de narrador/examinador, camina sobre ella constantemente. Como comentario personal diré que le he cogido mucha manía a la doctora, cuando avancéis, sabréis por qué.
Así a grandes rasgos, encontraremos puzles de distintos tipos: cajas fuertes, cerraduras (ni fáciles, ni difíciles, pura habilidad: se trata de llevar una “bola” a la otra punta, pero con ayuda de otra esfera con la que levantamos los bornes de la cerradura, que tiene forma circular) pruebas con cubos (hola, Portal) y ejercicios de saltos, cámaras lentas, y alucinaciones.
Pasemos al apartado técnico. Gráficamente cumple con nota, pero no con sobresaliente. Tal vez no tenga los gráficos de un juego de utimísima generación, pero sirven su cometido. Es más, si te fijas en las paredes puedes ver las imperfecciones como grietas, agujeros… A lo mejor es cosa mía, pero podría jurar que en algunos objetos se pueden ver los brochazos de barniz o de pintura. El vapor de la respiración, el polvo, la luz que entra por la ventana… Todo está hecho con cuidado, y eso se agradece siempre.
El audio es sobresaliente. De hecho, ganaron un premio por ello. Pisadas, latidos… todo está bien hecho. Todo está colocado el momento correcto: cuando escuches un sonido, es porque tiene que estar ahí, es el momento de que lo escuches. La banda sonora, reconozco, una vez más, que al principio me disgustaba, pero a medida que avanzaba, pues me pasaba igual, iba disfrutando de ella. No recuerdo ni una nota de la melodía, pero sabe poner la tensión y mantenerla cuando corresponde. Y si hay algún momento que te hace dice “oh vaya… ” o “¡qué pena!” la melodía estará ahí para corroborarlo.
Eso sí, el juego cuenta también con puntos negativos. Hay muchas ocasiones en las que podría haber un buen susto y no las han sabido aprovechar; no vemos a otros personajes en prácticamente ningún momento, salvo excepciones; podría haber más pruebas visuales del trabajo que se realiza en la universidad, no sólo bocetos o unas siluetas al fondo en cierta parte del juego; se nombra mucho el Proyecto Filadelphia, pero no entran en grandes rasgos en qué fue; y echo en falta algún enemigo, no sólo investigar y resolver puzles. Esto es totalmente subjetivo, pero en mi opinión el tener que esconderse/huir/enfrentarse a algo, le habría podido dar al juego otro toque.
Mi puntuación final es un 8/10: Merece la pena cada euro (o la moneda que uses en tu país) que se pague por el. El juego cumple con lo que promete. Sin duda una muestra de talento de un estudio que seguro que nos seguirá sorprendiendo cada vez más. Una prueba más de que el desarrollo nacional está lleno de gente con talento.