La verdad es que hacía muchísimo tiempo que no disfrutaba tanto de un juego de rol. Y además, centrado en uno de los géneros que siempre me han fascinado como es el cyberpunk. Podríamos decir que el título de Shadowrun inspira a todo buen aficionado de los juegos de rol clásicos de mesa, entrañables tardes entre oscuros callejones, iluminados por los destellos de los disparos, mientras conjuradores élficos lanzan sus impresionantes bolas de fuego que se reflejan en los cristales mojados por la lluvia ácida junto con trolls llenos de ciberimplantes y armados con enorme ametralladoras que tratan de liquidar a samuráis callejeros armados con la sempiterna katana.

Pues aunque el lector pueda pensar que miento como un bellaco, la verdad es que Shadowrun Returns logra recoger todo eso y llevarlo a la pantalla de nuestros queridos compatibles, creando una mezcla realmente buena entre el típico juego de rol de ordenador y un juego de rol de mesa a la vieja usanza  -ya que en él encontramos detalles que en pocos juegos de ordenador he tenido el placer de disfrutar-, quedando gratamente sorprendido de la gracia con que se aprovechan y se aplican todas y cada una de las características del personaje.

Plataformas: Linux, MAC y PC

Versión utilizada para el análisis: PC

Desarrolladora: Harebrained Schemes

Distribuidor: Harebrained Schemes

Fecha de lanzamiento: 25 de julio del 2013

Género: RPG

Idioma: Textos en español

Precio: 14,99€ (GOG.com)

Por lo que aunque en un principio Shadowrun Returns pueda a simple vista ser menospreciado por la sombra de los grandes juegos de rol actuales, donde el despliegue gráfico tiende a esconder el fantasma de lo repetitivo y poco original, aquí sucede todo lo contrario. Aunque la mejor forma de que lo podáis comprender quizás sea con este análisis.

Historias de la calle

La verdad es que la historia de Shadowrun Returns es sencilla, pero a la vez realmente sorprendente; sobre todo para los amantes del género de la ciencia ficción y, especialmente, para los seguidores del género ciberpunk más ortodoxo. Por supuesto se trata de un thriller, con serios toques policiacos, pero yo lo plantearía más como la típica historia de investigación por parte de un detective privado, aunque en este caso, sea más de un aficionado que de un profesional. Pero aquellos de nosotros que nos gusta jugar a rol, sabemos que casi todas las historias obligan a nuestros personajes a convertirse en Sherlock Holmes de vía estrecha en alguna que otra ocasión.

Y esto mismo sucede en la historia de Shadowrun Returns, aunque con un gancho realmente interesante y con un nombre enormemente sugerente: El interruptor de un hombre muerto. Con este título uno no puede evitar desear meterse de inmediato en escena y ver qué sorpresas nos depara el juego, pues todo comienza con una videollamada a nuestro sórdido refugio.

Se trata de un amigo nuestro. El tipo en cuestión se llama Sam Watts y, en un principio, parece simplemente la típica llamada a media noche que promete más problemas que otra cosa, pero tras las primeras frases pronto descubrimos que se trata de una grabación, entonces Sam nos empieza a decir que si estamos recibiendo este video es porque está muerto y posiblemente sin que esa fuese su intención. Tras las típicas frases de que somos el único amigo y demás, por fin llega el momento más interesante: el difunto Watts no dice que hace unas semanas ha firmado un seguro de muerte que asciende a una interesante cifra de cinco ceros, y que solo podrá ser cobrada tras encontrar a su asesino y entregarlo a la justicia vivo o muerto. Por supuesto, en ningún momento estamos obligados a hacer el trabajo (pero si no lo hacemos, para qué hemos instalado el juego) pero si aceptamos esa atractiva cantidad de nuyens (que es así como se llama la moneda de curso legal en este futuro alternativo) nos meteremos de lleno en una caza que nos depara unas cuantas sorpresas realmente atractivas.

Como estamos obligado sí o sí a aceptar la misión de descubrir el asesino de nuestro antiguo socio de “runs” (nombre que se le da en la jerga de la calle a la acciones poco o nada legales llevadas a cabo por grupos de gente como nosotros, y de ahí también parte del nombre de juego de rol), viajaremos hasta la ciudad de Seattle. Nuestros primeros pasos nos hacen descubrir que la muerte de Sam es una más en la lista de una serie de asesinatos cometidos por un descerebrado que, además, parece coleccionar órganos de sus víctimas. Por supuesto, esto solo es la punta del iceberg, ya que bajo todo esto se esconde una terrible amenaza para toda la humanidad. Aunque si queréis averiguarlo, lo idóneo sería que os lo jugaseis, pues la historia está realmente bien y todo lo que en ella acontece está llevado de manera más que correcta y con un estilo narrativo muy bueno.