A pesar de que esté habiendo ahora una clara aparición de JRPG, lo cierto es que se echa en falta esos toques de clasicismo que hicieron al género grande y muy valorado. En los últimos años, joyas como “Ni No Kuni: La Ira De La Bruja Blanca” han llegado a manos europeas y se han convertido en un producto a alabar, pero si en los últimos años nos han llegado títulos contados, antes nos llegaban muchos a la vez.
Eran otros tiempos en los que la saga Final Fantasy acaparaba el mercado occidental y donde salieron juegos que querían también su protagonismo. Entre esta bandada de aspirantes a leyenda, apareció en 1999 un juego de Valkyrie Studios llamado “Septerra Core: Legacy of Creator” y que como muchos de ellos se pegó un batacazo en sus ventas.
- OS: Windows 98 / XP / Vista / 7 (con problemas) / 8
- Processor: Intel/AMD Single Core CPU with 1.5 GHz
- Memory: 1 GB RAM
- Graphics: 3D with DirectX support and 128 MB
- DirectX: Version 9.0c
- Hard Drive: 1 GB available space
- Sound Card: DirectX compatible
- Additional Notes: Keyboard and mouse
Historia
Septerra Core gana puntos en este apartado, con una historia que engancha a pesar de tener algún que otro momento de sopor y aburrimiento.
Septerra, es un mundo que está formado por unos continentes que son llamados “capas” y el cual está controlado por “El Elegido”, que es quien vive en la cima del mundo. Se dice, que en el centro del núcleo hay una especie de computadora que otorga poderes legendarios a una cierta persona.
En cierto momento de la historia, nuestra protagonista Maya, entra en contacto con El Elegido y ésta piensa que su objetivo es llegar al famoso artefacto, por lo que reúne a sus amigos y se disponen a iniciar una aventura que les llevará por lugares peligrosos, asombrosos y con una ambientación sublime.
En el tema de la historia, se mantiene un ritmo constante pero que en ciertas zonas resulta demasiado cargante y con toques secundarios que no terminan de gustarme, ofreciendo un poco de aburrimiento mezclado con incertidumbre sobre si durará mucho, o si por el contrario se esfumará tan pronto que ni siquiera se puede contemplar, y hay ambas dosis de las dos cosas.
Aún así, estamos ante una historia con muchos motivos para seguir jugándola, ya que engancha de sobremanera y sus personajes no son los típicos con sentimientos repetidos y apariencia física típica de un juego de rol, no, aquí encontraremos la variedad y será premiada. Hay que destacar a Maya, la protagonista del juego, que es un claro ejemplo de superación y que siempre quiere ir un paso más allá de lo estipulado.
Jugabilidad
Os estaréis preguntado lectores, las razones por las que “Septerra Core” se pegó el batacazo que os comentaba antes y aquí tenéis la respuesta; la jugabilidad, más concretamente los combates.
Más allá de los combates por turnos y de un sistema de magias que llamaba mucho la atención, “Septerra Core” nos ofreció unos cambios muy bruscos a la hora de las batallas. ¿Por qué? la respuesta se encuentra en la infinidad de errores que podemos encontrar al combatir contra los enemigos. Personajes desplazándose donde no deben, monstruos estúpidos que apenas nos ofrece dificultad derrotarlos o lo que es peor la repetición constante de que cada combate nos parezca una copia del anterior y que para colmo, sean extremadamente lentos.
Leía no hace mucho que la lentitud puede ser benefactora en muchos casos, y que tomarse las cosas con calma podrían influir positivamente en el desarrollo de casi cualquier cosa, pero hay excepciones y por desgracia la jugabilidad lenta de “Septerra Core” no es una excepción que podamos hacer.
Ahora, no todo reluce mal en el mundo de Septerra y hay cosas muy buenas dado que la interacción de los personajes con el mapeado, la libre exploración o el movernos a través de un mundo que nos ofrece siete lugares que visitar, diferentes y dinámicos que colisionan en algo de forma positiva, y ese algo es su puesta de escena. Cada ciudad es un mundo y podremos comprobar que la repetición y el aburrimiento no se dan la mano por suerte.
Para recorrer estos siete lugares podremos disponer de naves para movernos rápidamente por estos lugares e incluso dentro de estos, distanciarnos un poco del RPG y meternos de lleno en la resolución de puzzles de aventura gráfica, eso sí, unos puzzles un poco light y los cuales no me terminan de gustar como quedan en la historia.
Es una pena, pero en la jugabilidad hay muchas cosas que repochar. A parte de infinidad de bugs, el juego no trata bien el sistema de combates y esto le dejó tocado y hundido. Yo no voy a ser de los que defiendan este apartado, y sinceramente me decepciona mucho y no me gusta.
Sonido
El sonido es un tema que se queda corto, muy corto.
Partiendo de la base de que la música no hace prácticamente aparición salvo el momentos puntuales, hay poco que hablar, salvo que cuando aparece cumple notablemente, y sin ser una premisa es buena, teniendo por delante el típico redoble de tambores en muchas ocasiones o simplemente piezas mucho más rápidas.
La ambientación está más trabajada, y con un silencio absoluto en las zonas que lo merecemos, avanzaremos por el juego escuchando pequeños detalles que con toques musicales no habríamos tenido la oportunidad de sentir; el piar de los pájaros, el correr del agua por un río, la fuerza del viento…
Los efectos de sonido a la hora de hacer algún tipo de magia tampoco son destacables y no nos ofrecerán nada que no hayamos visto, cosa que en cambio sí que lo hará su magnífico elenco de voces, que a pesar de ser un juego que está en inglés atrapa hasta al más novato entendedor de la lengua de Shakespeare.
Gráficos
Un apartado donde volvemos a encontrar el cumplimiento correcto del diseño. Basándose en una estética que recuerda mucho a una mezcla entre “Secret of Mana” (1994) y “Little Big Adventure” (1994), Valkyrie nos ofreció algo clásico pero con una estética que tampoco era muy utilizada por aquella época, por lo que es un aspecto positivo a su favor.