ANÁLISIS | Beholder

De la mano del pequeño estudio independiente, Warm Lamp Games, el día 9 de noviembre de 2016. llegaba a Steam su último trabajo: Beholder, un título que sin duda no dejará a nadie indiferente. Mezclando en una coctelera géneros como la estrategia, la supervivencia o la gestión en tiempo real dando como resultado un título que dará que hablar durante mucho tiempo.

Plataformas disponibles:  PC

Versión analizada: PC

Género: Estrategia

Desarrollador: Warm Lamp Games

Distribuidor: Warm Lamp Games

Fecha de lanzamiento: 1 de noviembre de 2016

Idioma : Textos en inglés o ruso

Beholder no tarda nada más que unos pocos segundos en ponernos en el contexto que nos quiere mostrar. Podríamos decir que nos lo presenta de una manera brusca pero que, una vez jugando al título, entiendes el por qué de esta presentación.

En Beholder tomaremos el papel de Carl Stein, un funcionario del gobierno en el que está ambientado el juego. Recibiremos una carta contándonos que hemos sido ascendidos a casero de clase D de un bloque de apartamentos al cual nos tenemos que mudar con toda nuestra familia para comenzar a trabajar. A cambio de este duro trabajo, toda nuestra familia recibirá una vivienda podremos “vivir” (de manera muy entrecomillada) en dicha casa. En nuestro trabajo no podremos descansar ni un solo segundo, puesto que en dicha carta nos comentan que hemos sido inyectados con una droga la cual suprime nuestra necesidad de dormir para poder trabajar aún mas.

A simple vista puede parecer un plan de vida relativamente bueno, con sus pros y sus contras, pero la verdad que roza la esclavitud. Carl Stein está bajo el duro yugo de un gobierno político absolutamente totalitario que controla y anula por completo la libertad y la privacidad de todos y cada uno de sus ciudadanos. Nosotros somos su marioneta.

En Beholder no tenemos una historia escrita determinada. Es cierto que nosotros seremos el casero de este bloque de pisos que os hemos comentado durante un pequeño periodo de tiempo (20 días aproximadamente si llegamos al final.) pero ahí queda la cosa. La historia del juego somos nosotros quienes la vamos escribiendo, según cómo reaccionemos a los acontecimientos que sucedan durante nuestro periodo laboral. Y es aquí donde Beholder tiene su punto fuerte, porque de manera constante estaremos siendo bombardeados con decisiones que pondrán a prueba nuestra moral y tendrán consecuencias extremas, llegando al punto de la fatalidad. Consiguiremos obtener un final u otro de los varios que tiene según haya sido nuestra jugabilidad.

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A nivel jugable, Beholder es un sencillo “point and click” en el que con el ratón realizaremos toda las acciones del juego, desde mover la cámara hasta registrar un piso, teniendo además la posibilidad de desplazar la cámara de una manera más rápida con WASD. La jugabilidad de Beholder es en 2 dimensiones en las cuales, como si cortado de manera transversal estuviera, veremos al edificio que controlamos así como todas sus estancias (Pisos de los inquilinos, nuestra casa, cocina comunitaria, etc…).

Como casero, nuestra principal función consistiría en mantener “vivo” el edificio con inquilinos que se sientan a gusto para generar más ganancias. Si algo caracteriza a Beholder es la sensación de agobio y estrés a la que estamos sometidos con Carl.

Por un lado tenemos las necesidades de los inquilinos, que nos solicitarán una serie de ayudas para ciertos problemas que les surjan en su día a día. Por otro tenemos a la familia de Carl, la cual tiene que mantener y no está exenta de problemas tampoco. Y, por si esto no fuera poco, tenemos al gobierno, que nos pone en la tesitura de registrar cada inquilino y obtener la máxima información que podamos de los mismos. Todo ello de forma totalmente discreta por su puesto, por lo que tendremos que atentar contra la intimidad de nuestros inquilinos colocando cámaras, espiándolos por la cerradura de la vivienda o entrando al piso a registrar los inmuebles, siempre y cuando el inquilino no esté.

En Beholder deberemos realizar malabares con estas tareas. ¿Ayudarías a un inquilino que es importante para tu familia, pero que a su vez contradice ciertas leyes que te impone el gobierno? Ni que decir tiene que si no seguimos las directrices del gobierno, seremos penalizados con más tareas o incluso con multas, y si no tenemos para pagar esas multas…no os contamos nada, mejor ya lo averiguareis cuando experimentéis Beholder.

Si por algo también merece mención es por la dificultad de “sobrevivir” a este trabajo de casero. El juego carece de checkpoints o savegames. Si perdemos, deberemos empezar nuevamente nuestra partida, lo cual al principio puede ser algo tedioso.

A nivel de rejugabilidad, Beholder tiene varias horas extra, pero ojo, no son infinitas puesto que los acontecimientos (tanto de los vecinos como del entorno) serán siempre los mismos en cada nueva partida. Al tener varias opciones en cada uno que se nos presenta, podremos rejugarlo varias veces de manera distinta hasta que hayamos visto todas las opciones disponibles.

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A nivel visual, aunque sencillo, Beholder es muy potente. Destaca sobre todo por la sobriedad de sus gráficos. Constantemente nos resalta el dramatismo y la tristeza de vivir bajo un estado controlador y totalitario con unos tonos grises y oscuros. Además el entorno en 3D con texturas sobrias contrasta con las texturas y el diseño de los personajes, los cuales están dibujados con un estilo cartoon (dibujo animado), muy en la línea de estos tonos tristes y oscuros que os comentamos. El estilo artístico de Beholder merece una mención especial, tanto por su originalidad como por su resultado final. El juego parece hecho de bocetos que cobran vida.

Respecto al apartado sonoro, tenemos que mencionar que Beholder no tiene ningún tipo de doblaje salvo una pequeña lectura inicial (cuando leemos la carta que nos pone en situación la historia). Todo lo que los personajes hablen lo leeremos en pequeños cuadros de diálogo, mientras escucharemos un idioma inventado, muy en el estilo de juegos como Animal Crossing o los Sims.

De la música que acompaña a Beholder, tenemos que decir que le va como anillo al dedo. Las melodías a piano, casi como si de un pequeño réquiem constante se tratara, combinan a la perfección con las sensaciones de tristeza, decadencia y depresión que viven los ciudadanos de este distópico estado totalitario, creando una ambientación espectacular para ser un título en 2 dimensiones.

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Beholder es un título que ha aparecido casi por sorpresa y ha conseguido que se hable de él durante mucho tiempo. Es capaz de transmitir sensaciones como la emoción, la tensión o el sentimiento de culpa, con una jugabilidad Point and Click, gracias a su nivel artístico y sonoro y, por supuesto. a su apuesta fuerte de poner a prueba nuestra moralidad colocándonos constantemente entre la espada y la pared.

¿Y vosotros? ¿Qué clase de persona seréis en Beholder?

Jugabilidad8
Gráficos7.5
Sonido7.5
Una experiencia tan curiosa como original. Beholder hará que tengamos que tomar decisiones difíciles y nos presionará hasta el final de nuestras partidas.
7.7

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Rubén

Rubén

Con 2 años me pusieron un mando de una NES en las manos y desde entonces ni un solo día sin videojuegos. Modelador 3D buscando nuevos retos.

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